Editorial Alaire

Entré en la habitación,
había un silencio aceptable
de verano, te pregunté si la fecha
de caducidad de algunos alimentos
que guardábamos en el frigorífico
era suficiente para aceptar una invitación
de boda de algunas sombras de ficus;
te mantenías desnuda frente a las ventanas blindadas
del alba, y no recuerdo
si ese gitano que tocaba el acordeón
quería destruir el mundo
pero no era el momento de dejarte saber
que solo existimos a ratos.
De vez en cuando recreo esa escena
con algunas de mis prostitutas imaginarias;
el gitano sigue allí, es parte del sueño de otra gente,
toca con sus dedos cojos las teclas del acordeón
como si quisiera erradicar
el trote de las almas
perdidas como un silencio de verano
entre la ceniza de los papagayos
y sus trinos bobos.

El recreo de la escena adecenta no se cuanto por la existencia aportada.
La locura está en el sitio propicio para degenerar lo que el poete+a siente.

Un abrazo y la felicitación que te envío con todos los honores.

Amigo Guillermo, si la locura está allí, doy por cumplido el propósito de este poema. Gracias por leer y dejar huella. Abrazo fuerte.

Buen poema este que nos dejas marius, en esa línea personal e intransferible tuya que siempre es indicado de buena poesía. Me gustó.

saludos

rafael

Pedazos de existencia que esparcen sus migajas agridulces en la memoria: las sombras de ficus, el alba y sus ventanas blindadas, el gitano y su intenso y bello aporte dramático...

Un lujo siempre disfrutar de tu excelente poesía, querido amigo.

Abrazos.

Tan bello como evocador trabajo, amigo Marius.
Felicidades.
Abrazos.

Me ha gustado el poema, seduces con tu inspiración
Abrazos
Pilar

Cierro con broche de oro mis lecturas de hoy. Estoy ante una obra de arte, ante el manejo de un mago de la Poesía. Convocas las connotaciones que eluden a muchos, todas, animadas por tu genio producen estas, como dices, aportaciones a la locura del Arte. Mi admiración, Marius. ERA

Sube para deleite de todos.

Abrazos y felicidad, querido amigo.

Querido amigo, es un cuadro del que cuesta salir. Atrapan las imágenes, el ritmo, el contenido que zigzaguea entre la realidad y otra visión paralela de la vida.
Siempre leerte es beber inspiración y salir saciado. Un placer querido amigo

Leerte me da la sensación de entrar en un cuadro de Dalí. La realidad de las emociones muta y toma formas inesperadas. Es un placer y una sorpresa, aunque uno se pierda. Gracias por compartirlo, Marius.

Un abrazo