Editorial Alaire

Libre, al fin escribiendo.
En verdad rompo con los conceptos.
Sé que estoy haciendo algo extraordinario, y no de otro planeta.
Si realmente creyese o pensase que mi palabra no sirve para nada, me electrocutaría en la bañera.
Y si supiese que sirve de algo, también.
¿Dónde está pues la libertad?
Muy sencillo.
En las cosas pequeñas.
Me explico:
Nunca he sabido de dónde proviene mi estilo, hasta hoy.
¿Qué iba a hacer Dios entre hombres sino desadoctrinarlos?
¿El malo de la película, o el más profundo y realista -Teniendo en cuenta que sin proverbios ni dioses el hombre caería en saco roto.-?

Ricardo López Castro escribió:Libre, al fin escribiendo.
En verdad rompo con los conceptos.
Sé que estoy haciendo algo extraordinario, y no de otro planeta.
Si realmente creyese o pensase que mi palabra no sirve para nada, me electrocutaría en la bañera.
Y si supiese que sirve de algo, también.
¿Dónde está pues la libertad?
Muy sencillo.
En las cosas pequeñas.
Me explico:
Nunca he sabido de dónde proviene mi estilo, hasta hoy.
¿Qué iba a hacer Dios entre hombres sino desadoctrinarlos?
¿El malo de la película, o el más profundo y realista -Teniendo en cuenta que sin proverbios ni dioses el hombre caería en saco roto.-?

Soltar así por así éstas ideaciones de suicido, inquieta, pero también -como lector asiduo de tus letras- me pregunto, si no es esto otra estratagema. Sigue la saga de éstos extrordinarios soliloquios. Un abrazo, poeta. ERA

El suicidio es un recurso, como cualquier medio, considero.
No consiste en un plan, así como una metáfora.