Editorial Alaire

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Reían las cigüeñas al canto infantil del ábaco
marcando en cada bola,
la cúspide infinita en beso de los pinos.

Una y una deslizan el alambre y dos son fruto
que miden a la izquierda el soplo de la prisa,
que voy por la tercera,
que no,
que tiene miedo y agarra con su panza la quinta descarada
y seis son compañía.

Y atiesa Don alambre su fino tobogán
que duerme bola siete la siesta del borrego
¡¡¡empuja fuerte, ocho ¡!
que nueve ha calado
su boina hasta las cejas
y a golpes de bastón el viejo diez avanza.

¡ Cómo me sabe a cuento, a pan y chocolate,
el nido, las cigüeñas
y el dulce contoneo con que se avanza el ábaco
– toc-toc –
en el estante.!

Sujeta que sujeta los libros azul, fresa,
La Isla del Tesoro, la vida en Julio Verne,
y el mundo de juguete que
–entonces-
traían las cigüeñas.



(Madre mía qué mundo tan chulo..Ahora es Alicante y entonces también... pero con algunas diferencias en tiempo, eso sí, el mar el mismo. Tiene magia y no cambia)

Ay, Concha, qué feliz eres y como sabes transmitir alegría y bienestar. Felicidades por tu hermoso poema.
Abrazos
Pilar

Qué bien has movido tus palabras para ofrecer al lector bpnitas y sensibles llamaradas de poeçsia y de placer.

No te vayas todadavía que quiero comprender la facilidd de tus mensajes. Un abrazo

Pilar Morte escribió:Ay, Concha, qué feliz eres y como sabes transmitir alegría y bienestar. Felicidades por tu hermoso poema.
Abrazos
Pilar

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Pilar, al menos lo intento, y unas veces sale y otras no.
De momento nos quedamos con el ábaco, a ver si olvidamos un poco las videconsolas ésas.
Abrazos siempre Pilar, y mediterráneos para más causa.

Qué gozada de poema. Cuánta originalidad y frescura.

Es genial. Así sí que sí, así aprenderían los niños los números de una forma divertida. Como tendríamos que aprender y no a base de esa palabra que empieza por h, y que yo escribo sin h.

Saludos.

Concha Vidal escribió:-
Reían las cigüeñas al canto infantil del ábaco
marcando en cada bola,
la cúspide infinita en beso de los pinos.

Una y una deslizan el alambre y dos son fruto
que miden a la izquierda el soplo de la prisa,
que voy por la tercera,
que no,
que tiene miedo y agarra con su panza la quinta descarada
y seis son compañía.

Y atiesa Don alambre su fino tobogán
que duerme bola siete la siesta del borrego
¡¡¡empuja fuerte, ocho ¡!
que nueve ha calado
su boina hasta las cejas
y a golpes de bastón el viejo diez avanza.

¡ Cómo me sabe a cuento, a pan y chocolate,
el nido, las cigüeñas
y el dulce contoneo con que se avanza el ábaco
– toc-toc –
en el estante.!

Sujeta que sujeta los libros azul, fresa,
La Isla del Tesoro, la vida en Julio Verne,
y el mundo de juguete que
–entonces-
traían las cigüeñas.



(Madre mía qué mundo tan chulo..Ahora es Alicante y entonces también... pero con algunas diferencias en tiempo, eso sí, el mar el mismo. Tiene magia y no cambia)

Como residente del reino con luna de queso y frambruesas con cabezas de chocolate (con mis nietecitos Michael y Gabriel) puedo decirte que tu poema es un himno a la primera ninez y a los corazones voladores como el tuyo, Concha. Un beso. ERA

Guillermo Cumar escribió:Qué bien has movido tus palabras para ofrecer al lector bpnitas y sensibles llamaradas de poeçsia y de placer.

No te vayas todadavía que quiero comprender la facilidd de tus mensajes. Un abrazo

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Abrazo que recojo y cuento con el ábaco. No me voy, tengo muchas cosas que contar y sumar.
Desde el mar de Alicante, añade dos abrazos marinos.

Hermoso trabajo, amiga Concha; una buena muestra de tu deliciosa poesía.
Abrazos.