El primer balbuceo
Publicado: Vie, 28 Jun 2019 1:26
fue en otro tiempo cuando la noche
caía sobre la noche y la oscuridad
tenía colmillos y su silencio
se clavaba en los corazones
ancestrales que nada entendían
sitiados por el miedo
de sus temblores y soledades
pero ocurrió que la noche
todavía flotando en el aire
como campana súbita sonó
y la primera luz de la mañana
que densa goteaba
sobre un fragmento del mundo
donde el cielo respiraba
en comunión con las piedras
alumbró como sombra torpe aún
el primer balbuceo
que como un depósito de luz
donde maceran la memoria y la utopía
ahuyenta el miedo cerval
y la barbarie dejando el camino
expedito al amor y la belleza
ya no tendrían los ancestros
que encerrarse nunca jamás
en estancias sin salida a respirar
esperanzas en descomposición
cuando después de las leguas
recorridas y del agua espesa
y del polvo y de la sangre
y de los huesos y del vuelo circular
de hambrientas aves
exhaustos les cayeran encima
las entrañas abiertas de la noche
pero el hedor va adueñándose
de lo que nace y en las postrimerías
los prepotentes dioses
hicieron acto de presencia
y con sus abyectas máscaras
suplantaron los lenguajes de la vida
preludio de la atroz historia venidera
caía sobre la noche y la oscuridad
tenía colmillos y su silencio
se clavaba en los corazones
ancestrales que nada entendían
sitiados por el miedo
de sus temblores y soledades
pero ocurrió que la noche
todavía flotando en el aire
como campana súbita sonó
y la primera luz de la mañana
que densa goteaba
sobre un fragmento del mundo
donde el cielo respiraba
en comunión con las piedras
alumbró como sombra torpe aún
el primer balbuceo
que como un depósito de luz
donde maceran la memoria y la utopía
ahuyenta el miedo cerval
y la barbarie dejando el camino
expedito al amor y la belleza
ya no tendrían los ancestros
que encerrarse nunca jamás
en estancias sin salida a respirar
esperanzas en descomposición
cuando después de las leguas
recorridas y del agua espesa
y del polvo y de la sangre
y de los huesos y del vuelo circular
de hambrientas aves
exhaustos les cayeran encima
las entrañas abiertas de la noche
pero el hedor va adueñándose
de lo que nace y en las postrimerías
los prepotentes dioses
hicieron acto de presencia
y con sus abyectas máscaras
suplantaron los lenguajes de la vida
preludio de la atroz historia venidera