Editorial Alaire

Quién quién quién
quién supo lloverse a sí mismo,
arrojando de si lejos todo espejo,
todo chaparrón. Quién nunca se tradujo
en una lágrima aun menos imperceptible.
Quién escucha para quién nadie grita.
Quién acabará este poema
si yo muero ahora en un verso que ya era mío.
Quién quién quién
sabrá enseñarte que como la vida
los poemas bellos también terminan [STRIKE]de repente[/STRIKE].

...¿ Quién?
Y al lanzarse la pregunta
La respuesta se arrojó deliberadamente al vacío.
Este maldito amor me obliga a arrancar el reguero de mis própias decisiones.

Un beso
Pepa

Qué poemón nos has dejado, amigo. Andaba picoteando por el foro, sin ninguna intención de responder a nadie, pero esto me ha sobrepasado. Me lo llevo para leérmelo con más calma cuando me haga una composición de lugar. Pero el poema YA es buenísimo, quiero decir: en una sola lectura ya me ha atrapado, no hay por qué examinarlo.

Los versos finales, arrasadores. El de repente tachado, la leche. El Quién omnipresente, agobiante, frenético, es un quién que trepida, contamina.

Qué presentación.

Espero que te quedes, claro.

Y bienvenido. Bienvenido.

Hasta pronto.