Editorial Alaire

Porque sé que un recuerdo se corrompe
cuando se queda solo,
y porque sé que el hombre necesita encontrarse
y el tiempo escribe un cuento entre sus horas múltiples,
duermo junto a mis huellas.

Yo quise un día conquistar el Asia.
Y hoy paso por dejar en tus oídos
el leve retumbar de mis ejércitos
que vuelven derrotados sin conciencia de cuerpo.
Pero no te preocupes,
porque tengo un refugio feliz que se repite,
un sabor a limón donde guardar tu vida,
un silencio que cuida las cosas que te pasan.

Los ojos rutinarios requieren cierto ángulo para ver las estrellas,
ese lugar donde se pone uno
a favor del espíritu,
en el que a veces lloras
sin hacerte preguntas.
Por eso es una lucha todavía
contra la soledad del horizonte
que vive amenazando
con mudarse otra vez al día siguiente.

Con paciencia de montaña nevada
regreso de contar
las heridas abiertas del paisaje, de reducir
mis antiguas creencias a un eslogan,
y me pido perdón y me perdono.



Manuel Sánchez

Lorenzo Batalla escribió:Porque sé que un recuerdo se corrompe
cuando se queda solo,
y porque sé que el hombre necesita encontrarse
y el tiempo escribe un cuento entre sus horas múltiples,
duermo junto a mis huellas.

Yo quise un día conquistar el Asia.
Y hoy paso por dejar en tus oídos
el leve retumbar de mis ejércitos
que vuelven derrotados sin conciencia de cuerpo.
Pero no te preocupes,
porque tengo un refugio feliz que se repite,
un sabor a limón donde guardar tu vida,
un silencio que cuida las cosas que te pasan.

Los ojos rutinarios requieren cierto ángulo para ver las estrellas,
ese lugar donde se pone uno
a favor del espíritu,
en el que a veces lloras
sin hacerte preguntas.
Por eso es una lucha todavía
contra la soledad del horizonte
que vive amenazando
con mudarse otra vez al día siguiente.

Con paciencia de montaña nevada
regreso de contar
las heridas abiertas del paisaje, de reducir
mis antiguas creencias a un eslogan,
y me pido perdón y me perdono.



Manuel Sánchez

-----------------------

Buenos días Manuel, perfecta esa historia poemizada donde te pides perdono y te lo otorgas. Con tus acostumbradas metáforas breves y precisas.
Me gusta.
Abrazos mediterráneos.

Hoka, Manuel. Me ha gustado mucho el tono intimista, como de confesión, que consigues en este poema. Las imágenes de la última estrofa me parecen magníficas. Saludos.

Hermoso poema, Manuel, como a Pablo, a mí también me encantaron los versos finales. Mis felicitaciones y abrazo, compañero.

Lorenzo Batalla escribió:Porque sé que un recuerdo se corrompe
cuando se queda solo,
y porque sé que el hombre necesita encontrarse
y el tiempo escribe un cuento entre sus horas múltiples,
duermo junto a mis huellas.

Yo quise un día conquistar el Asia.
Y hoy paso por dejar en tus oídos
el leve retumbar de mis ejércitos
que vuelven derrotados sin conciencia de cuerpo.
Pero no te preocupes,
porque tengo un refugio feliz que se repite,
un sabor a limón donde guardar tu vida,
un silencio que cuida las cosas que te pasan.

Los ojos rutinarios requieren cierto ángulo para ver las estrellas,
ese lugar donde se pone uno
a favor del espíritu,
en el que a veces lloras
sin hacerte preguntas.
Por eso es una lucha todavía
contra la soledad del horizonte
que vive amenazando
con mudarse otra vez al día siguiente.

Con paciencia de montaña nevada
regreso de contar
las heridas abiertas del paisaje, de reducir
mis antiguas creencias a un eslogan,
y me pido perdón y me perdono.



Manuel Sánchez

Este poema es bellísimo, amigo Manuel, celebró leerte aquí también.
Un abrazo.

Concha Vidal escribió:

Lorenzo Batalla escribió:Porque sé que un recuerdo se corrompe
cuando se queda solo,
y porque sé que el hombre necesita encontrarse
y el tiempo escribe un cuento entre sus horas múltiples,
duermo junto a mis huellas.

Yo quise un día conquistar el Asia.
Y hoy paso por dejar en tus oídos
el leve retumbar de mis ejércitos
que vuelven derrotados sin conciencia de cuerpo.
Pero no te preocupes,
porque tengo un refugio feliz que se repite,
un sabor a limón donde guardar tu vida,
un silencio que cuida las cosas que te pasan.

Los ojos rutinarios requieren cierto ángulo para ver las estrellas,
ese lugar donde se pone uno
a favor del espíritu,
en el que a veces lloras
sin hacerte preguntas.
Por eso es una lucha todavía
contra la soledad del horizonte
que vive amenazando
con mudarse otra vez al día siguiente.

Con paciencia de montaña nevada
regreso de contar
las heridas abiertas del paisaje, de reducir
mis antiguas creencias a un eslogan,
y me pido perdón y me perdono.



Manuel Sánchez

-----------------------

Buenos días Manuel, perfecta esa historia poemizada donde te pides perdono y te lo otorgas. Con tus acostumbradas metáforas breves y precisas.
Me gusta.
Abrazos mediterráneos.

Hola, Concha. Ya ves fiel a mis maneras. Ya soy muy mayor para cambiar. Me alegra que te haya gustado, amiga.
Abrazos mediterráneos.

A favor de la historia, Lorenzo, aplaudo tu poema y te animo a que sigas fuerte componiendo.

Un abrazo

Lorenzo Batalla.
Yo me centro en la profundidad de tu poema perfectamente vertical, solo se logra con una filosofía propia, un alto, puro y claro espejo.
Me ha encantado y me siento agradecido.
Un cordial saludo y un abrazo.

Isai.

Pablo Rodríguez Cantos escribió:Hoka, Manuel. Me ha gustado mucho el tono intimista, como de confesión, que consigues en este poema. Las imágenes de la última estrofa me parecen magníficas. Saludos.

Hola Pablo, me alegra mucho que te haya gustado la última estrofa de este poema y te agradezco tu comentario.
Un fuerte abrazo.

Hermosa profundidad que late y conmueve querido amigo...todavía no me acostumbro a tu nuevo nick y se me escapan tus poemas...pero siempre es un gusto leerte...te abrazo con todo mi cariño...
Nancy

Lorenzo Batalla escribió:Porque sé que un recuerdo se corrompe
cuando se queda solo,
y porque sé que el hombre necesita encontrarse
y el tiempo escribe un cuento entre sus horas múltiples,
duermo junto a mis huellas.

Yo quise un día conquistar el Asia.
Y hoy paso por dejar en tus oídos
el leve retumbar de mis ejércitos
que vuelven derrotados sin conciencia de cuerpo.
Pero no te preocupes,
porque tengo un refugio feliz que se repite,
un sabor a limón donde guardar tu vida,
un silencio que cuida las cosas que te pasan.

Los ojos rutinarios requieren cierto ángulo para ver las estrellas,
ese lugar donde se pone uno
a favor del espíritu,
en el que a veces lloras
sin hacerte preguntas.
Por eso es una lucha todavía
contra la soledad del horizonte
que vive amenazando
con mudarse otra vez al día siguiente.

Con paciencia de montaña nevada
regreso de contar
las heridas abiertas del paisaje, de reducir
mis antiguas creencias a un eslogan,
y me pido perdón y me perdono.



Manuel Sánchez

Un desdoble intenso y vital, Manuel. Profundas reflexiones sobre el aguante requerido en un mundo de imagenes instantaneas y de escarpado abismo. El cierre integra las fuerzas con el acto mayor del amor: el perdón. Un abrzo grande, poeta. ERA

Manuel, me ha gustado mucho este poema tuyo porque sus versos son como aforismos donde encuentro una voz autentica, y fue como despertarme en la punta del Everest, allí, donde las verdades de la vida saben mejor. Mis abrazos.

Luis M. escribió:Hermoso poema, Manuel, como a Pablo, a mí también me encantaron los versos finales. Mis felicitaciones y abrazo, compañero.

Hola, Luis. Celebro que te haya gustado el poema, y te agradezco tu comentario.
Un fuerte abrazo.

Marisa Peral escribió:

Lorenzo Batalla escribió:Porque sé que un recuerdo se corrompe
cuando se queda solo,
y porque sé que el hombre necesita encontrarse
y el tiempo escribe un cuento entre sus horas múltiples,
duermo junto a mis huellas.

Yo quise un día conquistar el Asia.
Y hoy paso por dejar en tus oídos
el leve retumbar de mis ejércitos
que vuelven derrotados sin conciencia de cuerpo.
Pero no te preocupes,
porque tengo un refugio feliz que se repite,
un sabor a limón donde guardar tu vida,
un silencio que cuida las cosas que te pasan.

Los ojos rutinarios requieren cierto ángulo para ver las estrellas,
ese lugar donde se pone uno
a favor del espíritu,
en el que a veces lloras
sin hacerte preguntas.
Por eso es una lucha todavía
contra la soledad del horizonte
que vive amenazando
con mudarse otra vez al día siguiente.

Con paciencia de montaña nevada
regreso de contar
las heridas abiertas del paisaje, de reducir
mis antiguas creencias a un eslogan,
y me pido perdón y me perdono.



Manuel Sánchez

Este poema es bellísimo, amigo Manuel, celebró leerte aquí también.
Un abrazo.

Hola, Marisa. Me alegra que te pases por aquí. Gracias por tu presencia, amiga.
Un abrazo.

Guillermo Cumar escribió:A favor de la historia, Lorenzo, aplaudo tu poema y te animo a que sigas fuerte componiendo.

Un abrazo

Hola, Guillermo, recibo ese aplauso con satisfacción, y sí, seguiré componiendo si las circunstancias me lo permiten. Gracias. Un abrazo.