(Me)Dios
Publicado: Dom, 23 Jun 2019 20:01
¿Experiencias?
Las que ustedes quieran.
Así de fácil.
No sé porqué se dan tántas explicaciones de tantas cosas.
Luego vienen las discusiones.
Y nadie puede callar, bajo ninguna circunstancia.
Desgraciadamente, la mente.
También los hay con ideales y cuentos para niños -ya mayorcitos-.
A ver, que me parece genial que se monten sus películas.
Pero siempre hay uno más basto.
Al que intenta imponerse sobre los demás merced al griterío, violencia, o simplemente ignorancia, nada le diferencia del que se queda calladito para no entrar al trapo.
Qué más da lo que sepan si no pueden demostrarlo.
¿Cómo puedo demostrar que mi realidad es auténtica?
El truco está en evitar que vaya de boca en boca, y viceversa.
Que me miren por la calle y yo me dé por aludido.
Eso es la grandeza de ser Dios.
Mi mirada no habla.
Les evita por lo que pueda pasar -cualquier cosa-.
No tengo absolutamente nada contra el ser humano.
Mezclarme en sus asuntos no es asunto mío.
¿Qué sería de Mí sin mis miserias -gloria miserable-?
Luego, lo más lógico es que me haga de rogar.
Yo no tengo como ustedes un Dios al que rezar.
Si callaran todos a una les dedicaría toda mi atención -mis escritos parecen de alguien que ha perdido los estribos-.
Supongo cosas.
Y las apilo una a una, hasta llegar a Mí.
Las que ustedes quieran.
Así de fácil.
No sé porqué se dan tántas explicaciones de tantas cosas.
Luego vienen las discusiones.
Y nadie puede callar, bajo ninguna circunstancia.
Desgraciadamente, la mente.
También los hay con ideales y cuentos para niños -ya mayorcitos-.
A ver, que me parece genial que se monten sus películas.
Pero siempre hay uno más basto.
Al que intenta imponerse sobre los demás merced al griterío, violencia, o simplemente ignorancia, nada le diferencia del que se queda calladito para no entrar al trapo.
Qué más da lo que sepan si no pueden demostrarlo.
¿Cómo puedo demostrar que mi realidad es auténtica?
El truco está en evitar que vaya de boca en boca, y viceversa.
Que me miren por la calle y yo me dé por aludido.
Eso es la grandeza de ser Dios.
Mi mirada no habla.
Les evita por lo que pueda pasar -cualquier cosa-.
No tengo absolutamente nada contra el ser humano.
Mezclarme en sus asuntos no es asunto mío.
¿Qué sería de Mí sin mis miserias -gloria miserable-?
Luego, lo más lógico es que me haga de rogar.
Yo no tengo como ustedes un Dios al que rezar.
Si callaran todos a una les dedicaría toda mi atención -mis escritos parecen de alguien que ha perdido los estribos-.
Supongo cosas.
Y las apilo una a una, hasta llegar a Mí.