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El accidente
Publicado: Dom, 31 Ago 2008 9:27
por Ramón Carballal
Todavía las luces se están quemando en mis pupilas.
La noche de piedra me habla y estás tú, que ya no
eres pretérito sino un puente de marfil hacia la locura.
Apareciste como bosque de espejos,
ciega, insolente, anónima fue la primera palabra,
después los escarceos de un duende con mallas rojas
y pirañas que salían de libros para amanecer cotidianas en tus pechos.
¿Por qué recuerdo esa noche de cristales, de ciclones y teatros erguidos?
La felicidad es un meteoro, guiña los ojos, maneja ardides de vieja
y me enseña flores en huecos blancos como un mago el racimo de tu carne viva.
Es tarde, siempre es tarde cuando hablas y yo estoy aquí asegurándote
que el magnolio se revuelca entre deseos,
que aquellas bocas regresan de una batalla de sueños,
que por un momento los búhos recitan tu nombre
y ese ulular cae como lluvia en mis manos abiertas.
No recuerdo bien los números, los lugares son amarillos,
imagino el humo vertiéndose en el halo de un faro ausente,
hay un punto de orgullo mas allá de las mesas de mármol
cuando me dices que no soportas los cantos de guerra ,
que estás harta de huir de los vértices de tu cuerpo.
Salir, retornar, vivir, tocar la rugosa piel de un árbol
del que ignoras su memoria, huir de la voz de los muertos(todo está muerto,
las pisadas hacen el camino de vuelta, el mar es un ojo seco, gelatinoso, inútil),
cinco güisquis, tres oportos, sólo para pronunciar ese arlequín de letras
que nos lleva a la herencia indómita de una chispa de fuego.
Volveremos, no lo dudes, a la piel lisa de los días perfectos,
pero no ahora que bajamos por calles de inmundicia,
comercios pequeños como pupilas de invierno,
letras en los rótulos(enfermas, demacradas),
orín en las cerraduras, arañas comiéndose el tiempo
y el mar haciendo su nido de azabache en el ángulo obtuso de tus senos.
Ahí está nuestro coche, amor, subamos al ruido de dos cuerpos que se hieren,
abre tus párpados, muerde en el centro, en la espina dorsal de mis miedos,
condúceme al odio, dame vida, ¿qué pasa en los cristales?,
dragones mueven mis brazos, tú me preguntas por aquel sueño
que se levanta intacto en los labios, iremos al teatro, lo juro, como lobos
iremos, porque la vida real sólo quiere rosas de ceniza en las venas,
un golpe de tiniebla, miríadas de lágrimas cristalinas golpean tus mejillas,
qué miseria de jardines, qué dolor de preguntas si es la sangre
una moneda de garfios relucientes, y ese cuerpo anónimo tendido en la niebla,
y nosotros llorando, y esta mierda de azar que se vuelve oscuro
en la lengua.
Publicado: Dom, 31 Ago 2008 9:51
por Luis Oroz
Sobre todo la segunda mitad del poema me parece asombrosa, el poema crece poco a poco, tal vez por el extremo surrealismo de la primera parte (esto que digo es solo por gusto personal)
Lo cierto es que uno se va enganchando a la historia, al pensamiento, a esa conciencia que se sabe finita y que sujeta el dolor con alfileres.
Salir, retornar, vivir, tocar la rugosa piel de un árbol
del que ignoras su memoria, huir de la voz de los muertos(todo está muerto,
las pisadas hacen el camino de vuelta, el mar es un ojo seco, gelatinoso, inútil),
cinco güisquis, tres oportos, sólo para pronunciar ese arlequín de letras
que nos lleva a la herencia indómita de una chispa de fuego.
Volveremos, no lo dudes, a la piel lisa de los días perfectos,
pero no ahora que bajamos por calles de inmundicia,
comercios pequeños como pupilas de invierno,
letras en los rótulos(enfermas, demacradas),
orín en las cerraduras, arañas comiéndose el tiempo
y el mar haciendo su nido de azabache en el ángulo obtuso de tus senos.
Ahí está nuestro coche, amor, subamos al ruido de dos cuerpos que se hieren,
abre tus párpados, muerde en el centro, en la espina dorsal de mis miedos,
condúceme al odio, dame vida, ¿qué pasa en los cristales?,
dragones mueven mis brazos, tú me preguntas por aquel sueño
que se levanta intacto en los labios, iremos al teatro, lo juro, como lobos
iremos, porque la vida real sólo quiere rosas de ceniza en las venas,
un golpe de tiniebla, miríadas de lágrimas cristalinas golpean tus mejillas,
qué miseria de jardines, qué dolor de preguntas si es la sangre
una moneda de garfios relucientes, y ese cuerpo anónimo tendido en la niebla,
y nosotros llorando, y esta mierda de azar que se vuelve oscuro
en la lengua.
Esta "tensión", "pulsión" es la que a mi me gustaría para mis poemas, con la que disfruto como un niño y en la cual se trasladan todas las sensaciones poéticas.
Un placer, compañero.
Luis Oroz.
Publicado: Dom, 31 Ago 2008 12:40
por Rafel Calle
Excelente poema, querido amigo Ramón. Me ha encantado.
Una sucesión de imágenes que se clavan en el ardor del tiempo, en la paridad de la carne, como un imán caníbal de un fantasioso elemento. La longitud bellísima que sugiere, la condición más trágica de lo incierto. Y el alquimista. Sí, porque hay una presunción de mago de la palabra por la virtud de la química fantástica.
Ha sido un placer, colega. Este, a mi juicio, es un poema de los buenos.
Recibe un fuerte abrazo.
Publicado: Dom, 31 Ago 2008 12:50
por Pepa Ortiz
Ahí está nuestro coche: Subamos al ruído de dos cuerpos que se hieren.
Iremos al teatro, lo juro, iremos... qué dolor de preguntas si es la sangre...
Ramón, el confluir de cicatrices abre las puertas de los atardeceres.
Y una sola lengua se hace ceniza, pero más de una , cuestiona la noche de piedra, así... echa mano del arlequín de las letras para darte y encontrar huellas en el viaje.
Un beso
Pepa
Publicado: Dom, 31 Ago 2008 14:40
por Hallie Hernández Alfaro
Si, adhiero a los compañeros. Este poema es un compendio de sentir y hacer poético que hace temblar la estética del mundo.
Ya te habia comentado antes lo que produjo en mí, de nuevo y repitiéndome(lo sé)afirmo que es maravilloso.
Un besote
Hallie
Re: El accidente
Publicado: Dom, 31 Ago 2008 19:43
por Blanca Sandino
Me ha gustado muchísimo. Yo, ya lo sabes, no entiendo mucho, pero creo que es el mejor poema que he leído de los que nos regalas. Me has dejado sobrecogida, Ramón, y con un poquito de tristeza.
Gracias. Muchas.
Blanca
Ramón Carballal escribió:
Todavía las luces se están quemando en mis pupilas.
La noche de piedra me habla y estás tú, que ya no
eres pretérito sino un puente de marfil hacia la locura.
(...)
un golpe de tiniebla, miríadas de lágrimas cristalinas golpean tus mejillas,
qué miseria de jardines, qué dolor de preguntas si es la sangre
una moneda de garfios relucientes, y ese cuerpo anónimo tendido en la niebla,
y nosotros llorando, y esta mierda de azar que se vuelve oscuro
en la lengua.
Publicado: Dom, 31 Ago 2008 20:24
por Ana Villalobos Carballo
Es un poema fuerte, muy fuerte, Ramón, con imágenes bellas e impactantes. Lo siento como algo realmente vivido por quien escribe y que aún quema, si es así no sólo el poema es una maravilla sino el que estés con nosotros.
Un beso que te llegue al corazón
Ana
re: El accidente
Publicado: Dom, 31 Ago 2008 21:08
por Alonso de Molina
el texto te atrapa hasta el último párrafo, centro del poema,
donde alcanza su máximo nivel lírico bien recreado
a través de imágenes altamente impactantes.
Ahí está nuestro coche, amor, subamos al ruido de dos cuerpos que se hieren,
abre tus párpados, muerde en el centro, en la espina dorsal de mis miedos,
condúceme al odio, dame vida, ¿qué pasa en los cristales?,
dragones mueven mis brazos, tú me preguntas por aquel sueño
que se levanta intacto en los labios, iremos al teatro, lo juro, como lobos
iremos, porque la vida real sólo quiere rosas de ceniza en las venas,
un golpe de tiniebla, miríadas de lágrimas cristalinas golpean tus mejillas,
qué miseria de jardines, qué dolor de preguntas si es la sangre
una moneda de garfios relucientes, y ese cuerpo anónimo tendido en la niebla,
y nosotros llorando, y esta mierda de azar que se vuelve oscuro
en la lengua.
Me alegro del reencuentro con tus textos, veo
que tu salud poética es envidiable, espero y deseo
que la otra salud esté mejor aún
te mando un abrazo
.
Publicado: Dom, 31 Ago 2008 21:17
por Martín Desormeaux
En textos como éste es cuando el poema no es poema y se vuelve más poesía que nunca, donde ya definir el género es una mala costumbre y lo lírico, lo cotidiano nos estrella al intentar definir qué estamos leyendo. Nombrar algunas imágenes aisladas no sería hacerle justicia al todo, aunque sí creo -creo- que en el final se hace más potente, casi delirante.
Un gusto leerte, Ramón.
Saludos.
Martín Desormeaux.-
Publicado: Dom, 31 Ago 2008 21:29
por Alejandra Goerne
Como Cristal es tu poema, exactamente como él. Punzante y traslúcido. Fragil y con el poder y la fuerza de una esquina que es capás de cortarlo y desgarrarlo todo...hasta el aliento. Cada vez que te leo, me quedo pensativa. Te envío un gran abrazo Ramón y toda mi admiración.
Publicado: Lun, 01 Sep 2008 13:06
por Ramón Carballal
Luis Oroz escribió:Sobre todo la segunda mitad del poema me parece asombrosa, el poema crece poco a poco, tal vez por el extremo surrealismo de la primera parte (esto que digo es solo por gusto personal)
Lo cierto es que uno se va enganchando a la historia, al pensamiento, a esa conciencia que se sabe finita y que sujeta el dolor con alfileres.
Salir, retornar, vivir, tocar la rugosa piel de un árbol
del que ignoras su memoria, huir de la voz de los muertos(todo está muerto,
las pisadas hacen el camino de vuelta, el mar es un ojo seco, gelatinoso, inútil),
cinco güisquis, tres oportos, sólo para pronunciar ese arlequín de letras
que nos lleva a la herencia indómita de una chispa de fuego.
Volveremos, no lo dudes, a la piel lisa de los días perfectos,
pero no ahora que bajamos por calles de inmundicia,
comercios pequeños como pupilas de invierno,
letras en los rótulos(enfermas, demacradas),
orín en las cerraduras, arañas comiéndose el tiempo
y el mar haciendo su nido de azabache en el ángulo obtuso de tus senos.
Ahí está nuestro coche, amor, subamos al ruido de dos cuerpos que se hieren,
abre tus párpados, muerde en el centro, en la espina dorsal de mis miedos,
condúceme al odio, dame vida, ¿qué pasa en los cristales?,
dragones mueven mis brazos, tú me preguntas por aquel sueño
que se levanta intacto en los labios, iremos al teatro, lo juro, como lobos
iremos, porque la vida real sólo quiere rosas de ceniza en las venas,
un golpe de tiniebla, miríadas de lágrimas cristalinas golpean tus mejillas,
qué miseria de jardines, qué dolor de preguntas si es la sangre
una moneda de garfios relucientes, y ese cuerpo anónimo tendido en la niebla,
y nosotros llorando, y esta mierda de azar que se vuelve oscuro
en la lengua.
Esta "tensión", "pulsión" es la que a mi me gustaría para mis poemas, con la que disfruto como un niño y en la cual se trasladan todas las sensaciones poéticas.
Un placer, compañero.
Luis Oroz.
Creo que era importante que la tensión se mantuviera y a ser posible se acrecentara hacia el final del poema. El hecho de describir un accidente en forma de historia poética lo exigía asi. En cuanto a lo del surrealismo de la primera parte, te diría que a veces la forma en la que escribimos nos la dicta, de alguna manera, el inconsciente(al menos me pasa a mi)y ahora estoy pasando por una fase en la que parece que solo puedo escribir con toques "surrealistas", supongo que todo pasará...Gracias, Luis, un honor la visita y el comentario. Un abrazo.
Publicado: Lun, 01 Sep 2008 13:07
por Ramón Carballal
Rafel Calle escribió:Excelente poema, querido amigo Ramón. Me ha encantado.
Una sucesión de imágenes que se clavan en el ardor del tiempo, en la paridad de la carne, como un imán caníbal de un fantasioso elemento. La longitud bellísima que sugiere, la condición más trágica de lo incierto. Y el alquimista. Sí, porque hay una presunción de mago de la palabra por la virtud de la química fantástica.
Ha sido un placer, colega. Este, a mi juicio, es un poema de los buenos.
Recibe un fuerte abrazo.
Gracias, Rafael, de verdad me alegra que te guste el poema. También es un honor verte por mis letras. Un abrazo.
Publicado: Lun, 01 Sep 2008 13:08
por Ramón Carballal
Pepa Ortiz escribió:Ahí está nuestro coche: Subamos al ruído de dos cuerpos que se hieren.
Iremos al teatro, lo juro, iremos... qué dolor de preguntas si es la sangre...
Ramón, el confluir de cicatrices abre las puertas de los atardeceres.
Y una sola lengua se hace ceniza, pero más de una , cuestiona la noche de piedra, así... echa mano del arlequín de las letras para darte y encontrar huellas en el viaje.
Un beso
Pepa
Bonito comentario me dejas, Pepa. Gracias por él. Un abrazo.
Publicado: Lun, 01 Sep 2008 13:29
por Ricardo Serna G
Ramón Carballal,
Un poema que atrapa... Maravilloso
te felicito, querido amigo
Me quedo un rato a disfrutarlo
Un abrazo fuerte
re: El accidente
Publicado: Lun, 01 Sep 2008 19:40
por carmen iglesia
Yo Ya te lo dije... es un pedazo de poema, de los que estremecen y de los que se guardan para releer... Yo sí creo que es de lo mejor que te he leído y te he leído muchas cosas buenas...
Una gozada volver a él.
Besotes,
Carmen