Editorial Alaire

Una vez más, lentos, vendrán los días
amontonando rutinas oscuras.
Va a ser así, sin duda. Así dejará el tiempo
su furtivo rastro de sangradura.

Yo estaré donde los libros de aquella
academia abierta al mar, aletargado,
donde la red apresa las palabras
que nada saben decir de nosotros.

Pensábamos que todo se sostenía solo,
que el pálpito sería eterno en nuestra efigie,
que no era necesario que forjásemos nada.

Pudimos haber sido aquellos libros,
un calendario abierto a otras citas.
Pudimos haber sido otras historias,
un caleidoscopio de otro milenio,
no esas nubes corriendo hacia este lado
de la soledad.

Y nosotros aún,
siempre extraños al sol,
esperando, esperando, esperando.

Bella y profunda sensibilidad que descubre los instantes...
Un gusto leerte amigo...te abrazo con todo mi cariño...
Nancy

Hermoso trabajo, Enrique.
El alma lectora agradece estas nubes de soledad y este poema tan bien urdido.

Felicitaciones sinceras y aplausos.

Hermoso poema donde la rutina del tiempo da paso a la paz aceptada.
Me gustó mucho.
Abrazos
Pilar

Muchas gracias Lunamar, Hallie y Pilar por leer y dejarme vuestros amables comentarios.

Seguimos por aquí. Un cordial saludo.

Enrique,

me gusta el poema, amigo. Creo que has sabido trasmitir muy bien la nostalgia y la belleza de la idea. Esta imagen:

Yo estaré donde los libros de aquella
academia abierta al mar, aletargado,

me ha gustado muchísimo, me parece muy lograda, muy evocadora.

Saludos.

Muy agradecido, Pablo, por dejarme tu amable comentario. Me alegro que te gustara la imagen de esos dos versos.

Un cordial saludo.

enrique sanmol escribió:Una vez más, lentos, vendrán los días
amontonando rutinas oscuras.
Va a ser así, sin duda. Así dejará el tiempo
su furtivo rastro de sangradura.

Yo estaré donde los libros de aquella
academia abierta al mar, aletargado,
donde la red apresa las palabras
que nada saben decir de nosotros.

Pensábamos que todo se sostenía solo,
que el pálpito sería eterno en nuestra efigie,
que no era necesario que forjásemos nada.

Pudimos haber sido aquellos libros,
un calendario abierto a otras citas.
Pudimos haber sido otras historias,
un caleidoscopio de otro milenio,
no esas nubes corriendo hacia este lado
de la soledad.

Y nosotros aún,
siempre extraños al sol,
esperando, esperando, esperando.

Me parece un gran poema, Enrique. Perspicaz.

Pudimos haber sido aquellos libros,
un calendario abierto a otras citas.
Pudimos haber sido otras historias,
un caleidoscopio de otro milenio,
no esas nubes corriendo hacia este lado
de la soledad.




Te felicito poeta por un poema que me parece bien conseguido. ERA

Hermoso trabajo, amigo Enrique.
Abrazos.

Muy agradecido E.R.A. y Rafel por leer este poema y dejarme vuestros amables comentarios.

Un cordial saludo

enrique sanmol escribió: Pudimos haber sido aquellos libros,
un calendario abierto a otras citas.
Pudimos haber sido otras historias,
un caleidoscopio de otro milenio,
no esas nubes corriendo hacia este lado
de la soledad.

Hermoso poema, Enrique, (la estrofa que destaco me gustó de manera especial). Mis felicitaciones, compañero. Un abrazo.

enrique sanmol escribió:Una vez más, lentos, vendrán los días
amontonando rutinas oscuras.
Va a ser así, sin duda. Así dejará el tiempo
su furtivo rastro de sangradura.

Yo estaré donde los libros de aquella
academia abierta al mar, aletargado,
donde la red apresa las palabras
que nada saben decir de nosotros.

Pensábamos que todo se sostenía solo,
que el pálpito sería eterno en nuestra efigie,
que no era necesario que forjásemos nada.

Pudimos haber sido aquellos libros,
un calendario abierto a otras citas.
Pudimos haber sido otras historias,
un caleidoscopio de otro milenio,
no esas nubes corriendo hacia este lado
de la soledad.

Y nosotros aún,
siempre extraños al sol,
esperando, esperando, esperando.

Me encanta el poema, y sus profundidades. De esos que hacen pensar en casi todo eso que ya sabemos y no llevamos a la práctica. Pero es que las cosas no se solucionan solas. Y a casa nadie traerá nada.

"Lo mejor, no sentarse en una silla.". Repito muchas veces ese verso de la gran G. F. pero es que me gusta. Su nombre aventuraba su persona. Gloria de grande y de gloria bendita de leerla y escucharla.

Esperando, esperando, esperando. Genial cierre.

Si al menos supiéramos qué esperamos, ya tendríamos bastante ganado. Jugaríamos con ventaja. Pero me temo que...

Un abrazo.

Muy amables vuestros comentarios, Luis y Antonia, a este poema que, como tantos otros, no sé si logra transmitir lo que intenté.

Muchas gracias y un cordial saludo!

Buen nivel es un poema de altos vuelos.
Implica abstracción y objetividad, curiosamente, y amalgama de sentimientos.
Solo aquel que conozca sus vicisitudes puede vivir conforme, con forma y fondo.
Abrazos.