Ricardo López Castro escribió:Mi punto de vista, ERA.
Muchas cosas son las que nos retienen aquí.
¿No sería mejor prescindir de todas ellas?
Para mí eso es autosuficiencia.
Es decir, el mayor temor, o los mayores temores se esfuman, porque los temores solo nacen de la duda.
No se trata de elegir entre la vida y la muerte, sino de admitir la propia libertad intelectual.
Que la vida, o lo que sea, venga a uno.
El mayor error del ser humano es creerse sus propias palabras.
Multitud de poemas solo para rizar el rizo.
Nacer, reproducirse y morir...
Lavado de cerebro a invertir, o asumir evidencias morales.
Ellas son, con su voz callada, las que nos dirigen.
Ricardo querido, sólo hay una razón por querer extirpar a otros de nuestro seno. La tribu humana se hiere y se reconforta entre sí. Mucha de la gente que anda indigente en las calles del mundo, lo hace por una gran decepción con padres, madres, hermanos, tíos, primos, vecinos, en fin, aquel núcleo social que por sus propias patologías fallararon, traspasaron, ignoraron, despreciaron, quebraron el espiritu de esa persona que ahora deshecha toda relación humana hasta consigo mismo. Sólo hay una razón; haber perdido la confianza en la vital relación humana. Es un desencanto que obra el milagro de la restoración de la esperanza. Cuando nos desasocioamos tenemos ese derecho. Cuando las condiciones internas y externas se vuelven infrahumanas, sólo el milagro del amor restablece la vida. Los extremos requieren de extremos. Lo imposible de lo imposible. Sin la buena fe, hasta uno mismo no tiene que ir muy lejos, uno mismo se hiere y se destroza, y se tira en la basura.
La dignidad es un acto solitario, la integridad es un acto solitario, cuando nadie nos ve, esa persona está constantemente elegiendo su modus vivendi, sus modus operandus.
La autosuficiencia emocional es posible. Creo que es la dignidad de resolver por uno mismo cómo vamos a conducirnos a solas y delante de la gente, y por sobretodo entre la gente.
No creo que la duda surja de los demás ni la duda ni la validación. Irrita si alguien duda de nosotros, duele si alguien desconfía de nuestras habilidades, hiere cuando es un esfuerzo deliberado por hacernos tambalear. La dignidad viene al rescate siempre. El problema se complica si empezamos a creerle a los demás que ellos tienen el poder de hacernos o destruirnos. Se complica aun más si nos creemos a sí que no valemos. Creo que estas son las bases del desprecio, del odio.
El complot de muchos contra uno es algo real. La indiferencia es un arma tan antigua como el hombre. Pero igualmente el individuo se puede infligir y azotar a la sociedad. Tenemos muchos ejemplos recientes y tristemente cada día más.
Nacer no es suficiente. Reproducirnos es demasiado fácil, morir, eso viene de seguro. La cosa es observar la sabiduría de la incertidumbre. Hacer como haces , las preguntas difíciles. Un abrazo, ERA