El lamento de la espuma

[Ara López]

Parece que tienen que mencionar las alas de los pegasos,
hablar de la efímera belleza del invierno asesino,
abordar con aparente naturalidad y elegancia la llegada de la muerte
y en el proceso reconocerse, con mucha sutileza, como dioses.
Superiores por una sensibilidad que de poseerla realmente
sabrían que es una carga demasiado pesada y no un trofeo.

Se esfuerzan por reflejar profunda oscuridad
y una agonía que sólo ellos son capaces de comprender.
Son los que se adjudican poder diferenciar entre el llanto del mar
y el lamento de la espuma que toca la arena lejana.

Expertos recurriendo a la premisa de que proclamándote dios
eventualmente alguien terminará orando en tu nombre,
aunque jamás obrarás milagro alguno.

Parece que la incoherencia ornamentada debe ser aplaudida,
se erige un monumento en torno a la palabra rimbombante y rebuscada
aunque aquella extremadamente simple sea la que erice la piel.
Porque para eternizar una lágrima no hace falta escupir el diccionario,
con desnudarse de la cruz a la fecha ante una página en blanco, basta.

Cualquiera que se detenga a contemplar la caída de la lluvia
tiene más poesía entre el pecho y la espalda
que aquellos que eyaculan precozmente ante la magnificencia de releerse.

[Concha Vidal]

Parece que tienen que mencionar las alas de los pegasos,
hablar de la efímera belleza del invierno asesino,
abordar con aparente naturalidad y elegancia la llegada de la muerte
y en el proceso reconocerse, con mucha sutileza, como dioses.
Superiores por una sensibilidad que de poseerla realmente
sabrían que es una carga demasiado pesada y no un trofeo.

Se esfuerzan por reflejar profunda oscuridad
y una agonía que sólo ellos son capaces de comprender.
Son los que se adjudican poder diferenciar entre el llanto del mar
y el lamento de la espuma que toca la arena lejana.

Expertos recurriendo a la premisa de que proclamándote dios
eventualmente alguien terminará orando en tu nombre,
aunque jamás obrarás milagro alguno.

Parece que la incoherencia ornamentada debe ser aplaudida,
se erige un monumento en torno a la palabra rimbombante y rebuscada
aunque aquella extremadamente simple sea la que erice la piel.
Porque para eternizar una lágrima no hace falta escupir el diccionario,
con desnudarse de la cruz a la fecha ante una página en blanco, basta.

Cualquiera que se detenga a contemplar la caída de la lluvia
tiene más poesía entre el pecho y la espalda
que aquellos que eyaculan precozmente ante la magnificencia de releerse.

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Pues bien Ara, bofetadas con la palma abierta.
A tomar nota, sin duda.
Abrazos mediterráneos.

[E. R. Aristy]

Parece que tienen que mencionar las alas de los pegasos,
hablar de la efímera belleza del invierno asesino,
abordar con aparente naturalidad y elegancia la llegada de la muerte
y en el proceso reconocerse, con mucha sutileza, como dioses.
Superiores por una sensibilidad que de poseerla realmente
sabrían que es una carga demasiado pesada y no un trofeo.

Se esfuerzan por reflejar profunda oscuridad
y una agonía que sólo ellos son capaces de comprender.
Son los que se adjudican poder diferenciar entre el llanto del mar
y el lamento de la espuma que toca la arena lejana.

Expertos recurriendo a la premisa de que proclamándote dios
eventualmente alguien terminará orando en tu nombre,
aunque jamás obrarás milagro alguno.

Parece que la incoherencia ornamentada debe ser aplaudida,
se erige un monumento en torno a la palabra rimbombante y rebuscada
aunque aquella extremadamente simple sea la que erice la piel.
Porque para eternizar una lágrima no hace falta escupir el diccionario,
con desnudarse de la cruz a la fecha ante una página en blanco, basta.

Cualquiera que se detenga a contemplar la caída de la lluvia
tiene más poesía entre el pecho y la espalda
que aquellos que eyaculan precozmente ante la magnificencia de releerse.

De vez en cuando nos llega una botella con un mensaje, lo abrimos y dice una sola frase: el infierno del Arte. Me gusta esta displiciencia, Ara. Aquí estamos todos de una forma u otra. Sin duda La Poesía pertenece a La Belleza y La Belleza a La Verdad y La Verdad al mar. Tenemos que bucear para encontrarla. Un abrazo grande, poeta. ERA

[Ara López]

Un gran abrazo para ti también, Concha.

[Ara López]

Mi querida E.R.A., muchas gracias.

Un enorme abrazo y un beso.

[Guillermo Cumar]

Buena la inspiración y buen poema , Ara. Un saludo largo para que la incoherencia frene y se dispense.

Un abrazo

[Ara López]

Buena la inspiración y buen poema , Ara. Un saludo largo para que la incoherencia frene y se dispense.

Un abrazo

Gracias, Guillermo.

Un abrazo.

[Pilar Morte]

Es lo que buscamos, Ana, coherencia y emoción. Buen poema dejas al lector.
Abrazos
Pilar

[Ara López]

Es lo que buscamos, Ana, coherencia y emoción. Buen poema dejas al lector.
Abrazos
Pilar

Querida Pilar, muchas gracias.

Un gran abrazo.

[Marius Gabureanu]

Ara, puede que sea un poema-denuncia, con un mensaje para oscurecer a los dioses, poéticamente hablando, y a los que se creen dioses dejarlos en blanco, pero a mí me ha encantado cómo has dicho todas esas cosas que las imagino como una celda de mariposas. Mis abrazos sinceros.

[Ara López]

Ara, puede que sea un poema-denuncia, con un mensaje para oscurecer a los dioses, poéticamente hablando, y a los que se creen dioses dejarlos en blanco, pero a mí me ha encantado cómo has dicho todas esas cosas que las imagino como una celda de mariposas. Mis abrazos sinceros.

Mi estimado Marius, me alegra te haya gustado el poema. Yo he disfrutado imaginando la celda de mariposas que me ofreces. Siempre me ha gustado tu vivaz ingenio.

Un abrazo enorme.

[Rosa Marzal]

Aunque es imposible conocer y, por tanto, juzgar las motivaciones, las razones últimas que llevan a cada autor a plasmar en un poema su particular universo , la sensibilidad de cada lector interpreta esa verdad o apariencia de verdad, y allí es donde pueden caer las máscaras con las que se disfraza la palabra. Los falsos dioses se convierten en humo ante la evidencia.

Buen poema, Ara.

Un abrazo.

[Ara López]

Aunque es imposible conocer y, por tanto, juzgar las motivaciones, las razones últimas que llevan a cada autor a plasmar en un poema su particular universo , la sensibilidad de cada lector interpreta esa verdad o apariencia de verdad, y allí es donde pueden caer las máscaras con las que se disfraza la palabra. Los falsos dioses se convierten en humo ante la evidencia.

Buen poema, Ara.

Un abrazo.

Estimada Rosa, me ha encantado con lo que finalizas el comentario "Los falsos dioses se convierten en humo ante la evidencia." Casi lamento que no se me ocurriese a mí para colocarlo en el poema ajajajajaa En serio me ha encantado esa frase ¡Maravillosa!

Gracias por pasar por acá.

Un beso grande.