Hojas secas
Publicado: Mié, 12 Jun 2019 22:37
Era lindo amanecer
con los pies en el rocío
matinal,
en la niebla que trasluce
de algún dormido velero
su fanal.
O en el campo con sus aves
que con horario saludan
la mañana
y los perros que alborotan
con sus colas y sus saltos
nuestra calma.
Fueron dulces los amargos
que destrenzaron los sueños
despacito
para que el recuerdo muera
en su boca del presente
como un río.
Eran tan verdes mis hojas
en aquellas primaveras
juveniles...,
eran tantos mis capullos
que esperaban por el alba
para abrirse...
Hoy desfilan mis fantasmas
con mis culpas cual banderas
del tormento
cuando el sueño me abandona
dejándome en la negrura
del silencio.
No hay ya perros ni rocío
que me puedan dar consuelo
en mi insomnio
y son los recuerdos furias
que carcomen mi alegría
con su acoso.
Los fracasos de mi vida
son muertos que reverdecen
en sus fosas
reclamando el imposible
remedio para las penas
de mi historia.
Son amargos los amargos
que rezongan con mis lágrimas,
aunque fieles,
disipando las torturas
del despertar vulnerable
en su simiente.
Nota. «amargo», como sustantivo, refiere al mate con el que solemos desayunar en mi patria; al terminarse el agua, el mate produce un sonido característico al que llamamos «rezongo».
con los pies en el rocío
matinal,
en la niebla que trasluce
de algún dormido velero
su fanal.
O en el campo con sus aves
que con horario saludan
la mañana
y los perros que alborotan
con sus colas y sus saltos
nuestra calma.
Fueron dulces los amargos
que destrenzaron los sueños
despacito
para que el recuerdo muera
en su boca del presente
como un río.
Eran tan verdes mis hojas
en aquellas primaveras
juveniles...,
eran tantos mis capullos
que esperaban por el alba
para abrirse...
Hoy desfilan mis fantasmas
con mis culpas cual banderas
del tormento
cuando el sueño me abandona
dejándome en la negrura
del silencio.
No hay ya perros ni rocío
que me puedan dar consuelo
en mi insomnio
y son los recuerdos furias
que carcomen mi alegría
con su acoso.
Los fracasos de mi vida
son muertos que reverdecen
en sus fosas
reclamando el imposible
remedio para las penas
de mi historia.
Son amargos los amargos
que rezongan con mis lágrimas,
aunque fieles,
disipando las torturas
del despertar vulnerable
en su simiente.
Nota. «amargo», como sustantivo, refiere al mate con el que solemos desayunar en mi patria; al terminarse el agua, el mate produce un sonido característico al que llamamos «rezongo».