Editorial Alaire

Jamás falté a quién no lo hiciera primero,
y aún así,
comedido y parco en palabras
siempre pensé dos veces la maldición
antes de vomitarla.

Me enseñaron lo que es el respeto,
las buenas maneras y la educación.
Dejo pasar, abro la puerta y cedo mi asiento,
sin fijarme siquiera en el sexo,
y aunque cada vez me encuentro
con más gestos de desprecio
no cambiaré en este aspecto.

Soy firme ante la igualdad entre personas,
sean hombres, mujeres,
blancos, negros o azules o rojos,
creo con todas mis fuerzas
en el Estado de Derecho,
y aborrezco a los portavozas
que generalizan sin piedad
por adquirir notoriedad.

Así que, a quien pueda interesar,
no me incluyas en ningún cesto
ni hagas de mis condiciones indicativos de delito,
igualdad de derechos en la Constitución,
marcado a fuego,
luchemos por que se aplique,
sin cortapisas ni rodeos,
pero no queramos privar a cada género
de sus maravillosas diferencias,
ni criminalizar sin miramientos
generalizando a discreción.

.

Bueno, en realidad algo así como el 95% de las pocas diferencias entre ambos sexos son solo físicas. Y también creo que la violencia y discriminación contra la mujer deben de ser combatidas de manera especial, pues la fuerza física no es la misma en general.
Pero también es cierto que más allá de estas cuestiones hay que actuar con coherencia y sensatez. Y al igual que una parte de la rancia derecha española es machista hasta las trancas, también hay una parte de la izquierda que a veces se pasa en el otro extremo.
Un abrazo, compañero.

Mercedes Bou Ibañez escribió:
Me encantó su modo de exponerlo, bien fluido, muy bien poetizado y una gran dosis de realidad. El tema del feminismo se ha desvirtualizado por culpa del feminismo radical, hasta el extremo que hay quien piensa que el cederle el asiento a una mujer o abrirle la puerta para que pase es un acto machista y no de cortesía. Gracias.

Hombre, pues yo no soy feminista, pero ahora que lo dices, ceder el asiento en el metro o en el autobús a una mujer únicamente por el hecho de ser mujer sí que es machista, claro que sí..

Hermoso e interesante trabajo, amigo Israel.
Abrazos.

Israel Liñán escribió:Jamás falté a quién no lo hiciera primero,
y aún así,
comedido y parco en palabras
siempre pensé dos veces la maldición
antes de vomitarla.

Me enseñaron lo que es el respeto,
las buenas maneras y la educación.
Dejo pasar, abro la puerta y cedo mi asiento,
sin fijarme siquiera en el sexo,
y aunque cada vez me encuentro
con más gestos de desprecio
no cambiaré en este aspecto.

Soy firme ante la igualdad entre personas,
sean hombres, mujeres,
blancos, negros o azules o rojos,
creo con todas mis fuerzas
en el Estado de Derecho,
y aborrezco a los portavozas
que generalizan sin piedad
por adquirir notoriedad.

Así que, a quien pueda interesar,
no me incluyas en ningún cesto
ni hagas de mis condiciones indicativos de delito,
igualdad de derechos en la Constitución,
marcado a fuego,
luchemos por que se aplique,
sin cortapisas ni rodeos,
pero no queramos privar a cada género
de sus maravillosas diferencias,
ni criminalizar sin miramientos
generalizando a discreción.

Quienes exhiben un comportamiento de control sobre los otros,desarrollan patrones de comportamiento antisociales. Pero, no es tan simple. Necesitar controlor a los demás muchas veces raya en patologías que conducen a la violencia. Por ejemplo, ahora que como sociedades nos estamos adentrando a los transgéneros, simultáneamente están brotando nuevas fobias y comportamietos.


Tu poema es muy bello, una confirmación para los seres apacibles que gozan de una gran libertad; ser consecuente con los demás. La cortesía y buenos modales son herencias de buen juicio. Tu canto es de paz, querido Israel, Esa es la inteligencia emocional en prraxis. Abrazos, ERA

Por encima de muchos radicalismos está la educación, que no es ceder el asiento sino tener en cuenta a los demás y obrar en consecuencia.
Me gustó el poema.
Abrazos
Pilar

El feminismo radical no lo están intentando implantar las mujeres sino los globalistas, para ir creando "El nuevo orden mundial", una sociedad donde todos seamos esclavos y además que seamos pocos, unos quinientos millones de personas en vez de 7.545.000 de personas como somos actualmente.

El análisis obsesivo de los micromachismos y los microhembrismos sólo busca que nos enemistemos los hombres con las mujeres.

Hombres y mujeres unidos pueden hacer grandes cosas. Enfrentados poco o nada. Eso es lo que quieren las élites. Que no nos aguantemos.

La buena educación siempre será agradable, tanto de un hombre hacia una mujer como de una mujer hacia un hombre.

Me ha gustado mucho tu poema porque nos permite reflexionar sobre este estado de cosas.

Felicitaciones, Israel
Un abrazo
Ana

Israel Liñán escribió:Jamás falté a quién no lo hiciera primero,
y aún así,
comedido y parco en palabras
siempre pensé dos veces la maldición
antes de vomitarla.

Me enseñaron lo que es el respeto,
las buenas maneras y la educación.
Dejo pasar, abro la puerta y cedo mi asiento,
sin fijarme siquiera en el sexo,
y aunque cada vez me encuentro
con más gestos de desprecio
no cambiaré en este aspecto.

Soy firme ante la igualdad entre personas,
sean hombres, mujeres,
blancos, negros o azules o rojos,
creo con todas mis fuerzas
en el Estado de Derecho,
y aborrezco a los portavozas
que generalizan sin piedad
por adquirir notoriedad.

Así que, a quien pueda interesar,
no me incluyas en ningún cesto
ni hagas de mis condiciones indicativos de delito,
igualdad de derechos en la Constitución,
marcado a fuego,
luchemos por que se aplique,
sin cortapisas ni rodeos,
pero no queramos privar a cada género
de sus maravillosas diferencias,
ni criminalizar sin miramientos
generalizando a discreción.

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¡ Ah¡ pues yo, en cuanto al poema, contenido y continente me parecen ambos perfectos. En tu línea que sabes me encanta.
Abrazos mediterráneos.