Editorial Alaire

Sylvia Pennings



Y son las noches con sus brotes infinitos los que se elevan por encima de nuestros corazones, las que huyen de nosotros.

Huyen con sus carnes sin pellejo entre el frío que acuchilla nuestro espíritu.



Son tallos desgarrados, inertes.


Son hileras de miedo cubiertas de aliento sombrío.


Son gritos que claman justicia.


Y entre la blanca tempestad que esconde tu asombro, solo el silencio justifica una distancia solemne.


Las copas en lanza mueren sin adarve ni disparo en el costado. Expiran en el momento exacto.


No hay culpa. Solo sosiego.


El mismo que ofreces cada vez que partes.


Quédate en el frío.


Quédate en el fondo del camino.

Muy bello tu poema, Pilar, un gusto leerte. Creo que en primer verso hay una errata: donde dice "los que se elevan" debería decir, creo, "las que se elevan" si se refiere a "las noches"; o bien, si se refiere a los "brotes", entonces habría que quitar el artículo "los" de "los que se elevan". Ya nos dices. Saludos.

Pablo Rodríguez Cantos escribió:Muy bello tu poema, Pilar, un gusto leerte. Creo que en primer verso hay una errata: donde dice "los que se elevan" debería decir, creo, "las que se elevan" si se refiere a "las noches"; o bien, si se refiere a los "brotes", entonces habría que quitar el artículo "los" de "los que se elevan". Ya nos dices. Saludos.

Agradezco su paso por mis letras.

Saludos.

Belleza y profundidad despliegan tus versos querida amiga...muy conmovedor...
Un gusto leerte...te abrazo con todo mi cariño...
Nancy

Maria Pilar Gonzalo escribió:

Sylvia Pennings



Y son las noches con sus brotes infinitos los que se elevan por encima de nuestros corazones, las que huyen de nosotros.

Huyen con sus carnes sin pellejo entre el frío que acuchilla nuestro espíritu.



Son tallos desgarrados, inertes.


Son hileras de miedo cubiertas de aliento sombrío.


Son gritos que claman justicia.


Y entre la blanca tempestad que esconde tu asombro, solo el silencio justifica una distancia solemne.


Las copas en lanza mueren sin adarve ni disparo en el costado. Expiran en el momento exacto.


No hay culpa. Solo sosiego.


El mismo que ofreces cada vez que partes.


Quédate en el frío.


Quédate en el fondo del camino.

Bello poema, María Pilar.

Lunamar Solano escribió:Belleza y profundidad despliegan tus versos querida amiga...muy conmovedor...
Un gusto leerte...te abrazo con todo mi cariño...
Nancy

Muchas gracias Lunamar.

Siempre es un placer salir a tu encuentro.

Abrazos.

Hermoso poema estructurado con versos largos y cortos, que le dan una cadencia especial y agradable.
Un placer de lectura Mª Pilar.
Un abrazo
J. Manuel

Aplaudo tu poema María Pilar y la propia figura de tus formas,.

un abrazo

E. R. Aristy escribió:

Maria Pilar Gonzalo escribió:

Sylvia Pennings



Y son las noches con sus brotes infinitos los que se elevan por encima de nuestros corazones, las que huyen de nosotros.

Huyen con sus carnes sin pellejo entre el frío que acuchilla nuestro espíritu.



Son tallos desgarrados, inertes.


Son hileras de miedo cubiertas de aliento sombrío.


Son gritos que claman justicia.


Y entre la blanca tempestad que esconde tu asombro, solo el silencio justifica una distancia solemne.


Las copas en lanza mueren sin adarve ni disparo en el costado. Expiran en el momento exacto.


No hay culpa. Solo sosiego.


El mismo que ofreces cada vez que partes.


Quédate en el frío.


Quédate en el fondo del camino.

Bello poema, María Pilar.

Muchas gracias preciosa E. R. Aristy

Abrazos.

jose manuel saiz escribió:Hermoso poema estructurado con versos largos y cortos, que le dan una cadencia especial y agradable.
Un placer de lectura Mª Pilar.
Un abrazo
J. Manuel

Muchas gracias José Manuel.

Abrazos.

Guillermo Cumar escribió:Aplaudo tu poema María Pilar y la propia figura de tus formas,.

un abrazo

Gracias Guillermo.

Abrazos.

Hermoso trabajo, amiga María Pilar.
Abrazos.

Rafel Calle escribió:Hermoso trabajo, amiga María Pilar.
Abrazos.

Muchas gracias.

Siempre tan amable y cumplidor.

Abrazose.