Editorial Alaire

Aún habla el silencio,
el que absorbió
el firmamento de las luces, dejando en penumbra
una haz de estrellas rotas.

Hay un tren donde la mirada se diluye
en los cristales,
un andén con pañuelos al aire
con reseñas de nubes veloces, un tornado de paso,
asunción al olvido.
Una voz recia anuncia en la sala de espera
el hallazgo de espejos cuarteados y sin dueño.
Me dejo llevar de esa entonación
pensando rehacer la imagen concebida.
Pero no existe un Hamelín que reintegre pasajeros
al lugar de origen,
ni una galaxia de nimbos donde compartir la niebla.
Me desorienta el andén donde todos protegen su equipaje,
y nadie comprende que me pierda en la distancia corta
que resuelven los ojos de un niño.

Diviso el cercanías.
Me dirijo al vagón primero
pensando
que la salida del túnel está cerca
y desde allí podré divisar el soplo del vuelo,
retazos de horizontes de paz.

Así fue... la alegría en llanto
como un regocijo de luz.

Profundo y muy sentido el instante de tus versos querida amiga...
Un gusto leerte...te abrazo con todo mi cariño...
Nancy

Lunamar Solano escribió:Profundo y muy sentido el instante de tus versos querida amiga...
Un gusto leerte...te abrazo con todo mi cariño...
Nancy

Gracias, querida amiga, por dejar junto a estos versos su grata palabra.
Abrazos
Pilar

Pilar Morte escribió:Aún habla el silencio,
el que absorbió
el firmamento de las luces, dejando en penumbra
una estrella fugaz.

Hay un tren donde la mirada se diluye
en los cristales,
un andén con pañuelos al aire
con reseñas de nubes veloces, un tornado de paso,
asunción al olvido.
Una voz recia anuncia en la sala de espera
el hallazgo de espejos cuarteados y sin dueño.
Me dejo llevar de esa entonación
pensando rehacer la imagen concebida.
Pero no existe un Hamelín que reintegre pasajeros
al lugar de origen,
ni una galaxia de nimbos donde compartir la niebla.
Me desorienta el andén donde todos protegen su equipaje,
y nadie comprende que me pierda en la distancia corta
que resuelven los ojos de un niño.

Diviso el cercanías.
Me dirijo al vagón primero
pensando
que la salida del túnel está cerca
y desde allí podré divisar el soplo del vuelo,
retazos de horizontes de paz.

Así fue... la alegría en llanto,
como un regocijo de luz.

Hay profundidad en tus versos, me agradó su lectura.

Pilar Morte escribió:Aún habla el silencio,
el que absorbió
el firmamento de las luces, dejando en penumbra
una haz de estrellas rotas.

Hay un tren donde la mirada se diluye
en los cristales,
un andén con pañuelos al aire
con reseñas de nubes veloces, un tornado de paso,
asunción al olvido.
Una voz recia anuncia en la sala de espera
el hallazgo de espejos cuarteados y sin dueño.
Me dejo llevar de esa entonación
pensando rehacer la imagen concebida.
Pero no existe un Hamelín que reintegre pasajeros
al lugar de origen,
ni una galaxia de nimbos donde compartir la niebla.
Me desorienta el andén donde todos protegen su equipaje,
y nadie comprende que me pierda en la distancia corta
que resuelven los ojos de un niño.

Diviso el cercanías.
Me dirijo al vagón primero
pensando
que la salida del túnel está cerca
y desde allí podré divisar el soplo del vuelo,
retazos de horizontes de paz.

Así fue... la alegría en llanto
como un regocijo de luz.

Cuando llegamos al regocijo, lloramos también. Qué profundo y bello y cierto tu poema, Pilar. ERA

Hace poco en un poema del Sr, Ferreiro dije que me gustan los trenes, las estaciones de tren, los andenes...
Pero no las despedidas, por eso sólo grabo el abrazo de ida, ese que te dan cuando van a buscarte.
Es el mejor abrazo del mundo.

El silencio es bueno casi siempre, sólo tenemos que aprender a interpretarlo, es calma y tranquilidad. No es malo.

Un abrazo Pilar, desde la sala de espera. Y espero que estés en esa reunión tan genial y pasándolo en grande. Yo espero ir en la próxima ocasión.

Pilar Morte escribió:
Pero no existe un Hamelín que reintegre pasajeros
al lugar de origen,
ni una galaxia de nimbos donde compartir la niebla.
Me desorienta el andén donde todos protegen su equipaje,
y nadie comprende que me pierda en la distancia corta
que resuelven los ojos de un niño.

Precioso poema, Pilar. Todo él es bueno, pero los versos que destaco me parecieron fantásticos.

Mis felicitaciones y un gran abrazo, amiga.

Mercedes Bou Ibañez escribió:

Pilar Morte escribió:Aún habla el silencio,
el que absorbió
el firmamento de las luces, dejando en penumbra
una estrella fugaz.

Hay un tren donde la mirada se diluye
en los cristales,
un andén con pañuelos al aire
con reseñas de nubes veloces, un tornado de paso,
asunción al olvido.
Una voz recia anuncia en la sala de espera
el hallazgo de espejos cuarteados y sin dueño.
Me dejo llevar de esa entonación
pensando rehacer la imagen concebida.
Pero no existe un Hamelín que reintegre pasajeros
al lugar de origen,
ni una galaxia de nimbos donde compartir la niebla.
Me desorienta el andén donde todos protegen su equipaje,
y nadie comprende que me pierda en la distancia corta
que resuelven los ojos de un niño.

Diviso el cercanías.
Me dirijo al vagón primero
pensando
que la salida del túnel está cerca
y desde allí podré divisar el soplo del vuelo,
retazos de horizontes de paz.

Así fue... la alegría en llanto,
como un regocijo de luz.

Hay profundidad en tus versos, me agradó su lectura.

Gracias, Mercedes, por dejar tu grata palabra.
Abrazos
Pilar

E. R. Aristy escribió:

Pilar Morte escribió:Aún habla el silencio,
el que absorbió
el firmamento de las luces, dejando en penumbra
una haz de estrellas rotas.

Hay un tren donde la mirada se diluye
en los cristales,
un andén con pañuelos al aire
con reseñas de nubes veloces, un tornado de paso,
asunción al olvido.
Una voz recia anuncia en la sala de espera
el hallazgo de espejos cuarteados y sin dueño.
Me dejo llevar de esa entonación
pensando rehacer la imagen concebida.
Pero no existe un Hamelín que reintegre pasajeros
al lugar de origen,
ni una galaxia de nimbos donde compartir la niebla.
Me desorienta el andén donde todos protegen su equipaje,
y nadie comprende que me pierda en la distancia corta
que resuelven los ojos de un niño.

Diviso el cercanías.
Me dirijo al vagón primero
pensando
que la salida del túnel está cerca
y desde allí podré divisar el soplo del vuelo,
retazos de horizontes de paz.

Así fue... la alegría en llanto
como un regocijo de luz.

Cuando llegamos al regocijo, lloramos también. Qué profundo y bello y cierto tu poema, Pilar. ERA

Gracias, ERA, por dejar tus gratas palabras.
Abrazos
Pilar

Hermoso trabajo, amiga Pilar.
Abrazos.

Y aún así y con todo late el verso. Qué complicadas son las mentes, y qué bueno seguir intentando descifrarnos.
Me gustó pasar, leer y recordar otros propios electro planos.
Un abrazote Pilar.