Editorial Alaire

HOJAS DE OTOÑO

De pronto, un día,
no son árbol.
El viento las arranca de las ramas
y las dispersa como pasto sobre la tierra.

Hojas secas
lánguidas y marchitas.
Barridas por el aire, por el hombre,
por el tiempo.
Igual que las estrellas
son fruto de sí mismas (se decantan
como ellas sobre el mundo).
No siendo nada, serlo todo: polvo,
ceniza, sedimento de otra vida.
A veces se parecen a nosotros.
A nuestros miedos.
Hojas desahuciadas sin presente,
sin savia ni futuro; sujetas al albur
fugaz de un remolino.
Como palomas desorientadas,
algunas caen al mar.


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Hondo y reflexivo el mirar de tus versos querido amigo...
Un gusto leerte...te abrazo con todo mi cariño...
Nancy

Hojas que tientan al otoño en la primavera con ambición y sacrificio arte,

Un abrazo

Gracias por los comentarios, Lunamar y Guillermo. Muy amables.
Un abrazo
J. Manuel

Pensaba que ya había dejado mi huella
en estas hojas de otoño, José Manuel,
porque estoy segura que lo había leído,
es un poema muy hermoso...
Un abrazo, compañero.

Una excelente mirada que nos acerca a nosotros mismos en el espejo de la Naturaleza. Elegante y sobrio en tu versificar, realmente bello e interesante lo que nos cuentas, Jose Manuel.
Salud.

Logras transmitir lo inevitable de los cambios. La caída de las hojas señalan un ciclo que termina, y a dónde van tan lejos del árbol? Ahora parecen no haber sido imprescindibles. Me ha conmovido cómo detienes al tiempo para contemplar la alegoría de las hojas, José Manuel. Abrazos, ERA