Editorial Alaire

Huelo el café de las nueve,
el que renueva las células,
aplaca el sueño que arrastra
pesadillas que no logro entender.
El aroma se extiende por la casa,
y yo aspiro el regusto amargo de sus granos.

Es hora de empezar a andar, (olvidar que duelen las piernas)
de no coger el sentido errado,
y desterrar suburbios de la mente.

Saco el mapa de las aceras,
muestra donde conducen los canes adiestrados;
ellos son brújula que acierta;
saben esperar la caricia y el agua que calma la sed.

Reconfortada, salgo con la chaqueta
que compré en las rebajas;
la de círculos
que siempre llevan al lugar de origen,
la que guarda los espejismos
de los días que parecen sol.

Hay que andar,
lo dice el terapeuta que no miente
ni se equivoca.
Primero una serie de tai-chi
para ordenar el pensamiento
que recurrente pone calcetines
en el cubo de la basura.

La inercia desbarata mis planes,
no sigo el que marqué en la huida.
Ahora soy un transeúnte que no sabe
el número de su casa
y se sienta en el banco esperanzado
que le llamen cuando adviertan la ausencia.
Me deleito en los árboles,
y acudo a las raíces que siempre salen en mi auxilio.
Más tarde, es mirada cómplice,
motor de dirección única.

Un poema de lo cotidiano muy bien escrito, Pilar:

Un placer pasar por lo tuyo y disfrutar de tus versos.

Un abrazo
Ana

Qué bien te manejas con el verso y cómo diriges tus conciertos, amiga, Aplaudo tus formas y tus claves con el buen deseo
de llenarte de aplaudos y fervores.

Un abrazo

Me impresiona la fuerza del poema, ese dejo de confusión, de alteración, de pérdida.
La brújula parece no saber de mentiras, de nortes por sur, de estrechos parajes, de círculos que vuelven.

Abrazo y felicidad, querida Pilar.

He creído entender que tratas el alzheimer desde la perspectiva del paciente. El cuerpo reacciona a los estímulos que la mente no recuerda, o a los olores de siempre.
Me ha gustado cómo desgranas ese día a día, esa desgana tan tremenda que sufren estas personas.
Un placer pasar por este poema.
Abrazos.

Pilar Morte escribió:Huelo el café de las nueve,
el que renueva las células,
aplaca el sueño que arrastra
pesadillas que no logro entender.
El aroma se extiende por la casa,
y yo aspiro el regusto amargo de sus granos.

Es hora de empezar a andar, (olvidar que duelen las piernas)
de no coger el sentido errado,
y desterrar suburbios de la mente.

Saco el mapa de las aceras,
muestra donde conducen los canes adiestrados;
ellos son brújula que acierta;
saben esperar la caricia y el agua que calma la sed.

Reconfortada, salgo con la chaqueta
que compré en las rebajas;
la de círculos
que siempre llevan al lugar de origen,
la que guarda los espejismos
de los días que parecen sol.

Hay que andar,
lo dice el terapeuta que no miente
ni se equivoca.
Primero una serie de tai-chi
para ordenar el pensamiento
que recurrente pone calcetines
en el cubo de la basura.

La inercia desbarata mis planes,
no sigo el que marqué en la huida.
Ahora soy un transeúnte que no sabe
el número de su casa
y se sienta en el banco esperanzado
que le llamen cuando sientan la ausencia.
Me deleito en los árboles,
y acudo a las raíces que siempre salen en mi auxilio.
Más tarde, es mirada cómplice,
motor de dirección única.

Me ha gustado mucho tu poema, Pilar. He saboreado el café y te he acompañado en el devenir de este hermoso paseo que haces por las cosas cotidianas con una brillantez y facilidad pasmosa.
Mi aplauso.
Abrazos.

Ana Muela Sopeña escribió:Un poema de lo cotidiano muy bien escrito, Pilar:

Un placer pasar por lo tuyo y disfrutar de tus versos.

Un abrazo
Ana

Gracias, querida amiga, por acompañar los versos con tu amable palabra.
Abrazos
Pilar

Guillermo Cumar escribió:Qué bien te manejas con el verso y cómo diriges tus conciertos, amiga, Aplaudo tus formas y tus claves con el buen deseo
de llenarte de aplaudos y fervores.

Un abrazo

Me alegra que lo veas así, querido amigo, y te agradezco que me lo digas.
Abrazos
Pilar

Me gusta mucho este novedoso aire realista que traen tus versos, Pilar. Excelente poema, amiga. Un gran abrazo.

Profundo y sensible el mirar de tus versos siempre querida amiga...
Siempre grato leerte...te abrazo con todo mi cariño...
Nancy

Hallie Hernández Alfaro escribió:Me impresiona la fuerza del poema, ese dejo de confusión, de alteración, de pérdida.
La brújula parece no saber de mentiras, de nortes por sur, de estrechos parajes, de círculos que vuelven.

Abrazo y felicidad, querida Pilar.

Gracias, querida amiga, por acompañar estos versos von tu valiosa palabra.
Abrazos
Pilar

Ana García escribió:He creído entender que tratas el alzheimer desde la perspectiva del paciente. El cuerpo reacciona a los estímulos que la mente no recuerda, o a los olores de siempre.
Me ha gustado cómo desgranas ese día a día, esa desgana tan tremenda que sufren estas personas.
Un placer pasar por este poema.
Abrazos.

No, querida amiga, no hablo de alzheimer, pero podría ser. Es lo que tiene la poesía, cada uno interpreta los versos.
Gracias por venir y dejar tu amable huella.
Abrazos
Pilar

Muy buen poema Pilar.
Me encantó este verso:

"Es hora de empezar a andar, (olvidar que duelen las piernas)".

Creo que somos parecidas, en esas cosas que nos hacen sentir, que nos arañan la piel.
Un abrazo Pilar.

Ese café es el que adorna, cada mañana a las 5,30, mis intempestivas horas que gritan en el despertador.
Atrás quedan sueños y pesadillas y es hora de poner el cuerpo en marcha para una nueva jornada de lucha propia y de guerrillas... entre árboles.
Al final de la jornada sigue habiendo un refugio al que volver.
Andar y regresar; por inercia, por prescripción medica o por supervivencia.
Me gustan las imágenes que traes, huída incluida, y esos olvidos que esperan que alguien nos extrañe.
Un abrazo, Pilar, y todo un placer leerte.

¡Cuánto me regocija leer tu obra!... Ese poder de comunicación tan veloz y a la vez profundo que nos instala en cada verso y en la hondura de cada frase perfecta y envolvente con cada una de las palabras sintácticamente omniscientes, que se van deslizando armoniosamente en un admirable ballet de significados.
Saludos, Pilar