Editorial Alaire

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No me hagas esperar, porque la espera
puede cerrar las puertas del deseo
y, por mucho que llames, ya no creo
que puedas despertar a la portera.

Aunque escondas ganzúa en la cartera,
no vas a liberar al pobre reo
y va a quedarte solo el pataleo
del que llega segundo en la carrera.

No me hagas esperar pues, impaciente,
llenaré de cadenas y cerrojos,
este arco entreabierto de mis brazos.

Y tu te estrellarás en la rompiente
y no recogerás ni los despojos
de mi antiguo deseo hecho pedazos.


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Josefa A. Sánchez escribió:.


No me hagas esperar, porque la espera
puede cerrar las puertas del deseo
y, por mucho que llames, ya no creo
que puedas despertar a la portera.

Aunque escondas ganzúa en la cartera,
no vas a liberar al pobre reo
y va a quedarte solo el pataleo
del que llega segundo en la carrera.

No me hagas esperar pues, impaciente,
llenaré de cadenas y cerrojos,
este arco entreabierto de mis brazos.

Y tu te estrellarás en la rompiente
y no recogerás ni los despojos
de mi antiguo deseo hecho pedazos.


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Pepa, no sabes qué alegría verte. Volví hace un mes aproximadamente a este foro y no te había visto en todo el tiempo, ya iba a preguntar por ti. Celebro inmensamente volver a leerte y comprobar que sigues escribiendo como los ángeles. Este soneto es prueba irrefutable de lo que digo. Te felicito y te envío un gran abrazo para celebrar mi reencuentro con tus letras.
PD: Sabes algo de mi gran amigo Quinteño de greda? Me gustaría también volver a verle y leerle...

Me alegra leerte, esta vez con un soneto que muestra la altura de tu técnica y la belleza que siempre plasmas en tus versos.
Me gustó mucho. Felicidades.
Abrazos, querida amiga.
Pilar

Josefa A. Sánchez escribió:.


No me hagas esperar, porque la espera
puede cerrar las puertas del deseo
y, por mucho que llames, ya no creo
que puedas despertar a la portera.

Aunque escondas ganzúa en la cartera,
no vas a liberar al pobre reo
y va a quedarte solo el pataleo
del que llega segundo en la carrera.

No me hagas esperar pues, impaciente,
llenaré de cadenas y cerrojos,
este arco entreabierto de mis brazos.

Y tu te estrellarás en la rompiente
y no recogerás ni los despojos
de mi antiguo deseo hecho pedazos.


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Hola, Pepa. !Qué bueno despertarse con una sonrisa¡ y gracias por dejarnos esta joya de poema, por el fondo y la forma; y aunque algún purista se queje de una sinalefa repetida, a mi me ha gustado un montón.

Un abrazo compartido,


Víctor

Josefa A. Sánchez escribió:.


No me hagas esperar, porque la espera
puede cerrar las puertas del deseo
y, por mucho que llames, ya no creo
que puedas despertar a la portera.

Aunque escondas ganzúa en la cartera,
no vas a liberar al pobre reo
y va a quedarte solo el pataleo
del que llega segundo en la carrera.

No me hagas esperar pues, impaciente,
llenaré de cadenas y cerrojos,
este arco entreabierto de mis brazos.

Y tu te estrellarás en la rompiente
y no recogerás ni los despojos
de mi antiguo deseo hecho pedazos.


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Pepa!regalo cumbre de éste día es encontrarte aquí presente! Humor, ingenio, talentos galore! Abrazos, ERA

Josefa A. Sánchez escribió:.


No me hagas esperar, porque la espera
puede cerrar las puertas del deseo
y, por mucho que llames, ya no creo
que puedas despertar a la portera.

Aunque escondas ganzúa en la cartera,
no vas a liberar al pobre reo
y va a quedarte solo el pataleo
del que llega segundo en la carrera.

No me hagas esperar pues, impaciente,
llenaré de cadenas y cerrojos,
este arco entreabierto de mis brazos.

Y tu te estrellarás en la rompiente
y no recogerás ni los despojos
de mi antiguo deseo hecho pedazos.


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Pepa!regalo cumbre de éste día es encontrarte aquí presente! Humor, ingenio, talentos galore! Abrazos, ERA

Una alegría volver a leer tus sonetos, Pepa, que siempre me han gustado mucho, y esta vez, también. Recibe mis abrazos y felicitaciones.

Josefa A. Sánchez escribió:.


No me hagas esperar, porque la espera
puede cerrar las puertas del deseo
y, por mucho que llames, ya no creo
que puedas despertar a la portera.

Aunque escondas ganzúa en la cartera,
no vas a liberar al pobre reo
y va a quedarte solo el pataleo
del que llega segundo en la carrera.

No me hagas esperar pues, impaciente,
llenaré de cadenas y cerrojos,
este arco entreabierto de mis brazos.

Y tu te estrellarás en la rompiente
y no recogerás ni los despojos
de mi antiguo deseo hecho pedazos.


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Qué bueno despertar con este soneto y el sol de fondo.
El deseo tiene sus propias puertas, las esperas sus genuinos cerrojos.
Me encantó de arriba a abajo y de izquierda a derecha.
Un abrazote, Pepa, desde este patio abierto.

Un soneto de altura que se hace entender. Es lo más difícil: crear un poema para todo publico y que no pierda la calidad poética de los grandes. Te FELICITO y te APLAUDO.

Un abrazo grande, mi poeta.
Óscar

Siempre he dicho que yo no podría considerarme poeta si no fuese capaz de escribir un soneto. Si esto es así, tú hace tiempo que tienes ese título. Tu poema es propio de alguien que lleva la poesía en su alma y que sabe componer sus versos de forma no solo correcta, sino accesible, dentro de la innegable dificultad que ello supone.
Te felicito cordialmente.
Abrazos.
Jerónimo

Bello y entregado querida amiga...
Un gusto leerte...te abrazo con todo mi cariño...
Nancy

Gracias, Jorge Salvador, por tu muy generoso y exagerado comentario. La verdad es que los últimos meses solo he venido al foro en contadas ocasiones. De Quinteño no se nada desde su última publicación aquí. Me alegra verte de regreso y tener oportunidad de disfrutar de tu ingenio poético.
Un abrazo.
Pepa

Gracias, Pilar, siempre al quite con una palabra amable para mis ocurrencias. Me alegra recibirte en mis cosas.
Un abrazo.
Pepa

Gracias, Victor, por lo mucho positivo que de ti recibo. A pesar de haber leído los temarios de algunos sabios autores, incluido el tuyo, se me siguen disparando las "sinalefas" como cohetes sin caña. Cosas de mi supina contumacia.
Un abrazo.
Pepa

Como siempre esos sonetos, ejemplo de la gran altura técnica de todas tus construcciones. Parece como si tuvieran aceite las palabras porque uno, mientras lee, va resbalando sin modo alguno de sujección y ya se va cayendo cuarteto y terceto abajo hasta depositarte suavemente en el suelo.

Todo un placer de lectura, queridíííísima amiga.

A ver si pronto nos podemos ver en Madrid para daros un fuerte abrazo, a ti y a Rafa.

Un bico jrande.