La maleta roja

[Antonia Mauro]

Esa maleta que miro muchas veces
está siempre cerrada:
no quiero que los fantasmas vuelvan a salir.

La sonrisa de las niñas
la sonrisa de las madres
la sonrisa de la madre de su madre
y hasta la sonrisa de su padre…
pero las sonrisas se van ocultando
como la inocencia perdida en un conflicto sanguinario.

Somos el abrazo de una madre y su hijo.
A su lado un fantasma que no conozco:
no me gustan sus ojos. No me gustan sus ojos. Una sombra tenebrosa
me despedaza.

Esa maleta roja.

Ahora está en algún lugar de mi casa.
Exactamente igual como la tenía
exactamente
igual

como la imaginaba
igual que esa lámpara que un día le regalé

-me gustaba hacerle regalos en este mundo sin regalos-.

Ahora ilumina mi vestíbulo:
a esa maleta la miro muchas veces como antes la miraba
pero siempre está cerrada
como el corazón de los dioses
como el corazón…

Esa maleta roja.
Pero ahora ya qué importa todo si estás tú para apartarme el pelo de la cara.
Ahora ya no importa nada.

...

[Ana Muela Sopeña]

Qué magnífico poema, Antonia:

Sugerente a más no poder.

El contacto con los antepasados siempre es misterioso... y trae orden y caos al mismo tiempo.

Felicitaciones
Un beso
Ana

[Pilar Morte]

Esa maleta roja, querida Antonia, que todos tenemos con caramelos y fotos rotas, hace que nos identifiquemos con tu poema. Me gustó mucho.
Abrazos
Pilar

[Rafel Calle]

Muy bello trabajo, amiga Antonia. Creo que estás en un momento sumamente bueno para tu creatividad.
La versificación mejora a cada poema que te leo, aquí, me parece acertada; sin embargo, no podrás seguir mejorándola si no cuidas los signos de puntuación, porque estos están íntimamente ligados a los recursos estilísticos del verso.
Felicidades.
Abrazos.

[Arturo Rodríguez Milliet]

De poco sirven las maletas, sin importar su color,
si puedes dominar sus demonios con la fuerza de tu verbo.
Esa maleta roja sin abrir, es mucho lo que nos cuenta.
Mucho disfrute despierta tu poética, que seguiré en adelante.
Un abrazo.

[Marius Gabureanu]

Estupendo poema, en todos los aspectos. Es profundo, en sus verdades hay espejos del alma, coincido con Rafel,, este poema tuyo, Antonia, es una lampara filosófica, algo para aprender, la poesía nace así. Muchos abrazos, querida amiga.

[Ignacio Mincholed]

Antonia, felicidades por la visión.
Esas maletas que guardan tanto espacio dentro y que apenas ocupan espacio.

Un abrazo.
Ignacio

[J. J. Martínez Ferreiro]

Una joya poética, así de fuerte veo está maleta llena de abrazos y de más cosas entrañables (Decía Kiopa, un amigo mío, por desgracia ya desaparecido, que "entrañable" es la palabra más grande del idioma castellano)

Eres grande y "entrañable", amiga Antonia.

Todo un lujo tenerte por aquí.

Un biquiño.

[E. R. Aristy]

Esa manera de captar el detalle es tu fuerte, Antonia. Maravillada con tu estilo. ERA

[Rafel Calle]

Arriba con este poema de Antonia.

[Antonia Mauro]

Muchas gracias Ana.
Un abrazo.

Muchas gracias Pilar, eres muy amable.
Un abrazo.

Muchas gracias Rafel,
algún signo de puntuación modifiqué y añadí,
pero si crees que es mejorable, que seguro que sí,
siempre todo se puede mejorar, me dices.
Muchas gracias. Un abrazo.

Muchas gracias Arturo, me alegra que te haya gustado.
Un abrazo.

[Antonia Mauro]

Mcuhas gracias mi pequeo Marius de 1.90, vale y uno jaja.

"Una lámpara filosofíca,", qué gozada tus convmentarios, tus versos...

Me gustan mucho las lámparas, ésas que te hacen compañía,
hasta los ordenadores cuando la pantalla hace de lámpara.,
y está colocado sobre la mesita de al lado de la cama.

NO puede haber nadamalo en algo que dé luz,
una lámpara, una luciérnaga, una estrella, la luna , el sol
y el iluminador que me pongo todas las mañanas debajo de los ojos,
cerca de los pómulos para tener una mirada irresistible
sobre todo cuando anochece ajaj
(sonrisita cabrona).

Abrazos gigantes.

Tú lo has dicho Ignacio, esa maleta es pequeña, de esas de fin de semana,
es muy antigua ya, aunque parece de ahora, es bonita esa maleta,
aunque notodos los recuerdos que hay en ella son buenos, o sí,
pero no puedo abrirla,

cuando estaba mi madre para ciertos años la abría y miraba fotos,
ahora me resulta casi simposible.
Está en los alto del armario, y eso que no me gusta dejar nada en lo alto de los armarios
pero me gusta vigilarla, la veo desde el sofá, está en la parte superior esquina esquierda.

Allé está.
Si supiera que algunas cosas saldrían fuera, la abriría y cerraría rapidamente para que no saliera todo (las cosas malas no por supuesto), no me gusta regodearme en lo malo, todo lo contrario, una que es muy positiva.

Si al albrirla funcionase como una caja mágica de música y pudiera escuchar a mi madre, aunque fuese un minuto
o a mi abuela cantar...sería impresionante, pero no, ese tiepo de magia no existe, otra sí y yo creo en ella.
Creo en la gente que te hace la vida mejor, y algunos están aqui.

Mucas gracias. Un abrazo.
Y ya me voy yendo que estoy poco habladora (emoticono irónico).

[John Garlic]

A una caja de Pandora personal e intransferible se parece la pequeña maleta roja de tu soberbio poema, magnífico por su sobriedad y lirismo. Qué grande eres, amiga Antonia.
Saludos afectuosos, admirada poetisa.

[Antonia Mauro]

Muchas gracias señor Ferreiro, no exagere jajaajaj

PUes la verdad es algo grato de oir, eso de que alguien te llame entrañable
mola mucho. Seguro que kiopa sabía mucho.
Me alegreo que te haya gustado
Gracias. Un abrazo.

Muchas gracias Era.
Lo intengo, a veces lo conseguiré y otras...

Un abrazo y muchas gracias.

Muchas gracias Jhon
la verda que viniendo de usted
es todo un honor.

Un abrazo.

Gracias Rafel.
Un abrazo.