Editorial Alaire

No se trata de pensar sobre el silencio,
eso daría de qué hablar,
tampoco la redundancia de pensar en silencio
ni la estéril meditación…

Lo terrible es pretender pensar
y que solo surja el silencio.

Cementerio de lápidas blancas sin fechas ni epitafios,
intrincado laberinto de ígnotas sabidurías
tan absurdas como antiguas,
emociones sin nombre que nunca nadie sintió
y noción de tres colores más allá del ultravioleta.

Añoranza vacía,
el rencor pesa más sobre lo no sufrido.

Ya no puedes pensar
de tanto pensar
cuando surge el silencio.

Arturo Rodríguez Milliet escribió:No se trata de pensar sobre el silencio,
eso daría de qué hablar,
tampoco la redundancia de pensar en silencio
ni la estéril meditación…

Lo terrible es pretender pensar
y que solo surja el silencio.

Cementerio de lápidas blancas sin fechas ni epitafios,
intrincado laberinto de ígnotas sabidurías
tan absurdas como antiguas,
emociones sin nombre que nunca nadie sintió
y tres colores más allá del ultravioleta.

Añoranza vacía,
el rencor pesa más sobre lo no sufrido.

Ya no puedes pensar
de tanto pensar
cuando surge el silencio.

Un potente poema reflexivo, conceptual, humano. Me resulta determinante el final, esa estrofa que sintetiza la idea del poema, que nos revela una de las dolorosas circunstancias de la naturaleza humana, en un entorno asfixiante.
La pulcritud formal ayuda a leer el poema con agrado.

Un abrazo fuerte, amigo.
Óscar

Qué bien das a conocer el silencio buscado y el que viene impuesto. Un poema bello y reflexivo. Me gustó leerte.
Besos
Pilar

Sensible profundidad que conmueve querido amigo... hermosos versos...
Te abrazo con todo mi cariño...
Nancy

Hermoso e interesante trabajo, amigo Arturo.
Abrazos.