Editorial Alaire

La llovizna neblinea el protocolo
¿Dónde tendrá el corazón?
A lo mejor entre pedazos de servilleta.
O quizás hayan roto su tejado
las vacas que escaparon del servicio militar.

Lo último que recuerdo es tu atención,
tranquila e imparable
mientras la madrugada se hacía cálida en mi boca.

Pinto nervioso cuadrados en la agenda.
Te imagino en un primer Macondo,
tumbada entre la hierba fresca.
 

Andrés Canay escribió:La llovizna neblinea el protocolo
¿Dónde tendrá el corazón?
A lo mejor entre pedazos de servilleta.
O quizás hayan roto su tejado
las vacas que escaparon del servicio militar.

Lo último que recuerdo es tu atención,
tranquila e imparable
mientras la madrugada se hacía cálida en mi boca.

Pinto nervioso cuadrados en la agenda.
Te imagino en un primer Macondo,
tumbada entre la hierba fresca.
 

Macondo, Macondo, ciudad donde las vacas vuelan y los pajaritos florecen en los postes de luz! Me ha parecido tu poema excepcionalmente diciente y bello.


todo el poema parece estar pegado con alfileres, una especie de collage, un stream of concioussness que se interrumpe como en éstos versos:

Lo último que recuerdo es tu atención,
tranquila e imparable
mientras la madrugada se hacía cálida en mi boca.

Ma gusta mucho, Andrés. Saludos, E. R. Aristy

Andrés Canay escribió:La llovizna neblinea el protocolo
¿Dónde tendrá el corazón?
A lo mejor entre pedazos de servilleta.
O quizás hayan roto su tejado
las vacas que escaparon del servicio militar.

Lo último que recuerdo es tu atención,
tranquila e imparable
mientras la madrugada se hacía cálida en mi boca.

Pinto nervioso cuadrados en la agenda.
Te imagino en un primer Macondo,
tumbada entre la hierba fresca.
 

Brillante collage de sensaciones, como jinetes en la tormenta con el malogrado Jim escapando de Vietnam...

Un placer la lectura. Un cordial saludo.

Hermoso, mucho; cohesionado, imperioso y bien resuelto.

Felicitaciones sinceras, Andrés.

Tan bello como interesante trabajo, amigo Andrés.
Abrazos.

Presentas un poema con lucidez y belleza. Me gustó leerte.
Abrazos
Pilar