Editorial Alaire

Cuando Caen los Truenos en el Pasto


Mirar las vidrieras mojadas es como hacer el amor, es un grito abrazado a otro grito, algo así como la taza que humea en una habitación sin muebles

Cortarse el pelo es como fabricar cubos de cartulina o levantar campanarios en el centro de un valle, es como capturar estrellas en la panza de una jarra, o pensar en el olor sexual de los vestidos, en el humo de la caricia o del golpe

Abrir un pollo crudo bajo la canilla es como escribir un cuento donde hay casas de madera pintadas de blanco, y calesitas, para secar las sábanas

Y viajar es algo parecido a la pérdida de un peine, a la tos oculta en una sala de espera que patrulla la amenaza del viento, es como el estrépito de una mano cuando se desploma en una tecla

Todo se puede con la palabra menos tu pelo, tu pelo que no se parece más que a la pupila del oso, cuando caen los truenos en el pasto


Rafael Teicher

Cuando se llega a dominar la simbología de las cosas se llega a la libertad de romper todas sus reglas. Tu madurez y dominio de la palabra es evidente.

Todo se puede con la palabra menos tu pelo, tu pelo que no se parece más que a la pupila del oso....

Has descrito el más negro y lustroso pozo de fuerza incognita. Me maravilla tu ingenio Teicher.

Me cuesta adentrarme en tus poemas , pero cuando lo hago descubro un mundo metafórico inquietante, como este. Un placer
Un abrazo
Pilar

Hasta causa asombro tu facilidad para seguir sacando nuevas maravillas de tu sombrero. Podría existir un riesgo de sistematización, pero no lo veo en absoluto, sino que apareces lozano y cada vez más alegre.

Hasta pronto.

Es aterradora, la belleza que guardan tus versos Rafael. Uno se acurruca a esperar lo que nunca llega, pero que a trozos presiente.

Que maravilla poeta

abrazos en la distancia