Editorial Alaire

Tu oscuridad, madre, da sombra.

Eras rostro en la belleza de una fotografía sin lugar.
Tu voz de relámpago, el carmín fulgente en la risa,
el encendido color del estío,
entallado luce entre los pinos.

La caricia de Ángel abraza tu pelo azabache como postura
en un campo de viandas y mediodía,
de domingo y voces alegres.

En la casa miras siempre al sur,
quizá un Ícaro sin alas sea el robusto árbol donde vive tu paz,
quizá el reloj que ya no entiendes
descubra en ti el mercurio de un hogar,
la esfinge que se refugia en tus mejillas.

Siempre hay una razón que se dibuja en las ventanas.
Allí la claridad guarda un nombre, que no es el tuyo,
madre mía.

Me ha encantado, querido amigo. Un poema para disfrutar su fondo y forma. Felicidades.
Abrazos
Pilar

Un poema para disfrutarlo, amigo Ramón.
Todo un placer de lectura.
Un abrazo.

La enorme claridad de tus versos, amigo, resplandece en las lecturas que le he dedicado. No hace falta decirte que, la construcción en cuanto a fondo y forma, aporta una lectura suave y sincera en su decir.

Desde mi isla, un fuerte abrazo.

José Manuel F. Febles

Excelente poema, muy emotivo, bello y sincero. Me ha gustado mucho leerlo. Salud.

Un abrazo.
Óscar

Ramón Carballal escribió:Tu oscuridad, madre, da sombra.

Eras rostro en la belleza de una fotografía sin lugar.
Tu voz de relámpago, el carmín fulgente en la risa,
el encendido color del estío,
entallado luce entre los pinos.

La caricia de Ángel abraza tu pelo azabache como postura
en un campo de viandas y mediodía,
de domingo y voces alegres.

En la casa miras siempre al sur,
quizá un Ícaro sin alas sea el robusto árbol donde vive tu paz,
quizá el reloj que ya no entiendes
descubra en ti el mercurio de un hogar,
la esfinge que se refugia en tus mejillas.

Siempre hay una razón que se dibuja en las ventanas.
Allí la claridad guarda un nombre, que no es el tuyo,
madre mía.

El amor que todo lo tranciende. Me maravilas, Ramon. Abrazos, ERA

Ramón Carballal escribió:Tu oscuridad, madre, da sombra.

Eras rostro en la belleza de una fotografía sin lugar.
Tu voz de relámpago, el carmín fulgente en la risa,
el encendido color del estío,
entallado luce entre los pinos.

La caricia de Ángel abraza tu pelo azabache como postura
en un campo de viandas y mediodía,
de domingo y voces alegres.

En la casa miras siempre al sur,
quizá un Ícaro sin alas sea el robusto árbol donde vive tu paz,
quizá el reloj que ya no entiendes
descubra en ti el mercurio de un hogar,
la esfinge que se refugia en tus mejillas.

Siempre hay una razón que se dibuja en las ventanas.
Allí la claridad guarda un nombre, que no es el tuyo,
madre mía.

Ay, este poema me ha llenado de lágrimas de belleza; hermoso a más no poder.

Un abrazo, querido amigo.

Pilar Morte escribió:Me ha encantado, querido amigo. Un poema para disfrutar su fondo y forma. Felicidades.
Abrazos
Pilar

Gracias, Pilar. Me alegra que te haya gustado el poema. Besos.

Un poema cargado de imágenes poderosas y de palabras que se sienten como trazos de un pincel. Me gustó. Gracias por compartir.

Un abrazo.

¡Qué maravilloso retrato pleno de lirismo!
Saludos, Ramón

Hermoso, emotivo, del alma, gran poema Ramon todo un placer pasar por tu poesía.

Un gran abrazo.

Cecilia

Hermoso y muy emotivo querido amigo...siempre vibrante y logrado...
Un gusto leerte...te abrazo con todo mi cariño...
Nancy

Una oscuridad que expande su luz en la memoria. Un poema conmovedor y magnífico, que lleva tu sello de excelencia.

Me ha encantado, Ramón.

Abrazos.

Miguel Ángel Martínez Góm escribió:Un poema para disfrutarlo, amigo Ramón.
Todo un placer de lectura.
Un abrazo.

Gracias, Miguel, por tus amables palabras. Un abrazo.

José Manuel F. Febles escribió:La enorme claridad de tus versos, amigo, resplandece en las lecturas que le he dedicado. No hace falta decirte que, la construcción en cuanto a fondo y forma, aporta una lectura suave y sincera en su decir.

Desde mi isla, un fuerte abrazo.

José Manuel F. Febles

Gracias, José Manuel, por el generoso comentario. Un abrazo desde Galicia.