Editorial Alaire

Enero se vierte en mi espera.

Recorro los lugares de la brisa,
la ciudad suave y atlántica
donde nunca crece el invierno.

Todo es magia y presagio,
son las horas de la huida,
el lento ventilador del mañana.

Aquí el tren con sus goznes sin oráculos,
allí la despedida como ejes
o alas de pájaro
en el silencio de la noche.

Ya no hay retorno desde la ceniza de las vías,
el insomnio asoma en racimos de ausencia.

Aún no descubrí que los laberintos aproximan las huellas,
que otro designio- departamento veintiuno-
sueña con historias que se columpian en los libros,
auroras del hastío.

Mi mano dibuja en el cristal un sol,
una palmera, el caparazón de una isla.

Entre el estertor del volcán y la palidez de las playas
un hombre contempla los días de su vida.

Y no mira atrás porque el tiempo de las mariposas
acaba cuando no hay otro espacio que un átomo
sin memoria, un brote imberbe
que nace, de pronto, a la luz.

Precioso poema, Ramón.
Todo un placer de lectura, amigo.
Un abrazo.

Ramón Carballal escribió:Enero se vierte en mi espera.

Recorro los lugares de la brisa,
la ciudad suave y atlántica
donde nunca crece el invierno.

Todo es magia y presagio,
son las horas de la huida,
el lento ventilador del mañana.

Aquí el tren con sus goznes sin oráculos,
allí la despedida como ejes
o alas de pájaro
en el silencio de la noche.

Ya no hay retorno desde la ceniza de las vías,
el insomnio asoma en racimos de ausencia.

Aún no descubrí que los laberintos aproximan las huellas,
que otro designio- departamento veintiuno-
sueña con historias que se columpian en los libros,
auroras del hastío.

Mi mano dibuja en el cristal un sol,
una palmera, el caparazón de una isla.

Entre el estertor del volcán y la palidez de las playas
un hombre contempla los días de su vida.

Y no mira atrás porque el tiempo de las mariposas
acaba cuando no hay otro espacio que un átomo
sin memoria, un brote imberbe
que nace, de pronto, a la luz.

Todo tu poema es luz.
Magnífica tu manera de escribir compañero.
Gracias por la lectura.
Un abrazo grande.

Ramón Carballal escribió:Enero se vierte en mi espera.

Recorro los lugares de la brisa,
la ciudad suave y atlántica
donde nunca crece el invierno.

Todo es magia y presagio,
son las horas de la huida,
el lento ventilador del mañana.

Aquí el tren con sus goznes sin oráculos,
allí la despedida como ejes
o alas de pájaro
en el silencio de la noche.

Ya no hay retorno desde la ceniza de las vías,
el insomnio asoma en racimos de ausencia.

Aún no descubrí que los laberintos aproximan las huellas,
que otro designio- departamento veintiuno-
sueña con historias que se columpian en los libros,
auroras del hastío.

Mi mano dibuja en el cristal un sol,
una palmera, el caparazón de una isla.

Entre el estertor del volcán y la palidez de las playas
un hombre contempla los días de su vida.

Y no mira atrás porque el tiempo de las mariposas
acaba cuando no hay otro espacio que un átomo
sin memoria, un brote imberbe
que nace, de pronto, a la luz.

Bueno..., ¿y que comento ahora?

Lo de siempre...

Magníficas metáforas, y un escrito simplemente de Ramón Carballal,
que es muchísimo.

Un abrazo.

Fabuloso poema, Ramón:

Me ha emocionado. Es de una belleza indescriptible.

Un abrazo
Enhorabuena
Ana

Muy hermoso, como siempre. Calidad, hondura y belleza. Un gusto leerte.
Besos
Pilar

Ramón,

magnífico poema una vez más, como siempre. A mí me gusta muchísimo tu poesía, ya lo sabes. Me conmueve tu capacidad para la descripción lírica, para entresacar de las esquinas de la existencia hasta el último resto de belleza. Un hombre viaja en un tren, mira el paisaje y recuerda. Construyes el poema como planos que se entrelazan entre sí, una técnica que dominas a la perfección: el paisaje exterior influye en el sentimiento interior, el recuerdo en el presente, el presente en el paisaje, el recuerdo en el sentimiento... La sabia concatenación de estas influencias paralelas dibujan el completo: el sujeto poemático emerge por arte de magia, presente y definido. Vemos ese viajante y comprendemos su alma, nos asomamos a una vida.

Bueno, que me gusta mucho.
Un abrazo.

Lo dicho mi querido amigo... vibrante estallido que encuentra su propia luminosidad...
Un gusto leerte...aquí o allá...te abrazo con todo mi cariño...
Nancy

Miguel Ángel Martínez Góm escribió:Precioso poema, Ramón.
Todo un placer de lectura, amigo.
Un abrazo.

Gracias, Miguel, por la lectura y el amable comentario. Un abrazo.

Silvia Savall escribió:

Ramón Carballal escribió:Enero se vierte en mi espera.

Recorro los lugares de la brisa,
la ciudad suave y atlántica
donde nunca crece el invierno.

Todo es magia y presagio,
son las horas de la huida,
el lento ventilador del mañana.

Aquí el tren con sus goznes sin oráculos,
allí la despedida como ejes
o alas de pájaro
en el silencio de la noche.

Ya no hay retorno desde la ceniza de las vías,
el insomnio asoma en racimos de ausencia.

Aún no descubrí que los laberintos aproximan las huellas,
que otro designio- departamento veintiuno-
sueña con historias que se columpian en los libros,
auroras del hastío.

Mi mano dibuja en el cristal un sol,
una palmera, el caparazón de una isla.

Entre el estertor del volcán y la palidez de las playas
un hombre contempla los días de su vida.

Y no mira atrás porque el tiempo de las mariposas
acaba cuando no hay otro espacio que un átomo
sin memoria, un brote imberbe
que nace, de pronto, a la luz.

Todo tu poema es luz.
Magnífica tu manera de escribir compañero.
Gracias por la lectura.
Un abrazo grande.

Gracias a ti, Silvia, por acercarte a este poema y comentarlo tan amablemente. Un fuerte abrazo.

Alejandro Costa escribió:

Ramón Carballal escribió:Enero se vierte en mi espera.

Recorro los lugares de la brisa,
la ciudad suave y atlántica
donde nunca crece el invierno.

Todo es magia y presagio,
son las horas de la huida,
el lento ventilador del mañana.

Aquí el tren con sus goznes sin oráculos,
allí la despedida como ejes
o alas de pájaro
en el silencio de la noche.

Ya no hay retorno desde la ceniza de las vías,
el insomnio asoma en racimos de ausencia.

Aún no descubrí que los laberintos aproximan las huellas,
que otro designio- departamento veintiuno-
sueña con historias que se columpian en los libros,
auroras del hastío.

Mi mano dibuja en el cristal un sol,
una palmera, el caparazón de una isla.

Entre el estertor del volcán y la palidez de las playas
un hombre contempla los días de su vida.

Y no mira atrás porque el tiempo de las mariposas
acaba cuando no hay otro espacio que un átomo
sin memoria, un brote imberbe
que nace, de pronto, a la luz.

Bueno..., ¿y que comento ahora?

Lo de siempre...

Magníficas metáforas, y un escrito simplemente de Ramón Carballal,
que es muchísimo.

Un abrazo.

Gracias por tu generosidad, Alejandro. Un abrazo.

Ana Muela Sopeña escribió:Fabuloso poema, Ramón:

Me ha emocionado. Es de una belleza indescriptible.

Un abrazo
Enhorabuena
Ana

Eres muy amable, Ana. Un abrazo.

Hermoso y evocador trabajo, amigo Ramón.
Abrazos.

Ramón Carballal escribió:Enero se vierte en mi espera.

Recorro los lugares de la brisa,
la ciudad suave y atlántica
donde nunca crece el invierno.

Todo es magia y presagio,
son las horas de la huida,
el lento ventilador del mañana.

Aquí el tren con sus goznes sin oráculos,
allí la despedida como ejes
o alas de pájaro
en el silencio de la noche.

Ya no hay retorno desde la ceniza de las vías,
el insomnio asoma en racimos de ausencia.

Aún no descubrí que los laberintos aproximan las huellas,
que otro designio- departamento veintiuno-
sueña con historias que se columpian en los libros,
auroras del hastío.

Mi mano dibuja en el cristal un sol,
una palmera, el caparazón de una isla.

Entre el estertor del volcán y la palidez de las playas
un hombre contempla los días de su vida.

Y no mira atrás porque el tiempo de las mariposas
acaba cuando no hay otro espacio que un átomo
sin memoria, un brote imberbe
que nace, de pronto, a la luz.

Hermoso y reflexivo poema, Ramón. Un placer de lectura. Abrazos, ERA

En su momento se me había pasado esta pequeña joya, una de las muchas, que Ramón Carballal nos regala en estos foros.
Lo subo para el disfrute de la comunidad.

Apertas e saúde.