
Luna de almendros
en flor
y embelesada,
cautiva
de amor, ¡ay!,
el súbito temblor en la piel
de marzo
y la bóveda celeste estremecida,
cuando duerme Endimión
y envuelve tu luz pálida su cuerpo
en estrecho lazo,
luna,
y otros hombres y otras mujeres
y otras noches
se abrazan y se aman
y se entregan
y conciben
y traen al mundo frutos
carnales,
pasiones que empujan
la turbación
selenita
de los sueños.
González Alonso
*Selene se enamora del pastor Endimión, de belleza irresistible, y le concede el deseo de dormir eternamente. Endimión permanecerá eternamente joven y la luna lo amará en su sueño.