Editorial Alaire

Así se alumbró la bienvenida.

Creamos una burbuja viajera,
un resplandor entreverado,
la rama fértil en el angosto pasillo del tiempo.

Con qué amor vigilamos la piel, los sentidos,
el eco de su respirar.

Y volaron los pensamientos de la ilusión,
erguidos los espejos de la caricia y el futuro.

Cuidar al príncipe y un solo tambor en el silencio.

Otro lugar, en océanos varados,
mientras la luz ambigua reflejaba en el rostro
el crecimiento y la singladura.

Oh! sí, los juegos y las gracias como un estallido de címbalos,
la preocupación por un narciso que crece entre la bruma y la calma.

Escudos y gloria, el lago y el hielo
donde se desliza la conformidad,
tan azul, tan soñadora.

El mundo fácil es el mundo de las arañas,
codiciosas a la espera de un insecto, de un corazón, de un esqueje.

Y supuran los años hasta aquí,
en el lugar árido de los osos vespertinos,
carne que unge el dolor de una voz imberbe
que desconoce la sed del sacrificio,
la conjugación noble, la lid de la vida.

Ramón Carballal escribió:Así se alumbró la bienvenida.

Creamos una burbuja viajera,
un resplandor entreverado,
la rama fértil en el angosto pasillo del tiempo.

Con qué amor vigilamos la piel, los sentidos,
el eco de su respirar.

Y volaron los pensamientos de la ilusión,
erguidos los espejos de la caricia y el futuro.

Cuidar al príncipe y un solo tambor en el silencio.

Otro lugar, en océanos varados,
mientras la luz ambigua reflejaba en el rostro
el crecimiento y la singladura.

Oh! sí, los juegos y las gracias como un estallido de címbalos,
la preocupación por un narciso que crece entre la bruma y la calma.

Escudos y gloria, el lago y el hielo
donde se desliza la conformidad,
tan azul, tan soñadora.

El mundo fácil es el mundo de las arañas,
codiciosas a la espera de un insecto, de un corazón, de un esqueje.

Y supuran los años hasta aquí,
en el lugar árido de los osos vespertinos,
carne que unge el dolor de una voz imberbe
que desconoce la sed del sacrificio,
la conjugación noble, la lid de la vida.

Subrayo algunos versos espigados de entre los que arman este buen poema. Con mis felicitaciones.
Salud.

Me ha encantado, Ramón, es un poema equilibrado y muy profundo en lo que evoca.Recibe mis abrazos.

Siempre es una garantía de calidad leer tus poemas, Ramón. Cuidas cada palabra, y eso se nota.

Un abrazo.

Este es un poema muy especial; lleva signaturas muy desnudas, da luz a verdades dolorosas; la belleza se impone al tono de la reflexión aún cuando la solitaria lágrima se apodera del recinto.

Abrazos y felicitaciones, querido amigo.

Ramón Carballal escribió:Así se alumbró la bienvenida.

Creamos una burbuja viajera,
un resplandor entreverado,
la rama fértil en el angosto pasillo del tiempo.

Con qué amor vigilamos la piel, los sentidos,
el eco de su respirar.

Y volaron los pensamientos de la ilusión,
erguidos los espejos de la caricia y el futuro.

Cuidar al príncipe y un solo tambor en el silencio.

Otro lugar, en océanos varados,
mientras la luz ambigua reflejaba en el rostro
el crecimiento y la singladura.

Oh! sí, los juegos y las gracias como un estallido de címbalos,
la preocupación por un narciso que crece entre la bruma y la calma.

Escudos y gloria, el lago y el hielo
donde se desliza la conformidad,
tan azul, tan soñadora.

El mundo fácil es el mundo de las arañas,
codiciosas a la espera de un insecto, de un corazón, de un esqueje.

Y supuran los años hasta aquí,
en el lugar árido de los osos vespertinos,
carne que unge el dolor de una voz imberbe
que desconoce la sed del sacrificio,
la conjugación noble, la lid de la vida.

Un poema excelso en forma y significados. Te felicito, querido Ramón. Abrazos, ERA

Muy bello trabajo, amigo Ramón.
Abrazos.

Siempre sonora belleza querido amigo... y una emoción que rasga intensidad profunda...
Un gusto siempre...te abrazo con todo mi cariño...
Nancy

Julio Gonzalez Alonso escribió:

Ramón Carballal escribió:Así se alumbró la bienvenida.

Creamos una burbuja viajera,
un resplandor entreverado,
la rama fértil en el angosto pasillo del tiempo.

Con qué amor vigilamos la piel, los sentidos,
el eco de su respirar.

Y volaron los pensamientos de la ilusión,
erguidos los espejos de la caricia y el futuro.

Cuidar al príncipe y un solo tambor en el silencio.

Otro lugar, en océanos varados,
mientras la luz ambigua reflejaba en el rostro
el crecimiento y la singladura.

Oh! sí, los juegos y las gracias como un estallido de címbalos,
la preocupación por un narciso que crece entre la bruma y la calma.

Escudos y gloria, el lago y el hielo
donde se desliza la conformidad,
tan azul, tan soñadora.

El mundo fácil es el mundo de las arañas,
codiciosas a la espera de un insecto, de un corazón, de un esqueje.

Y supuran los años hasta aquí,
en el lugar árido de los osos vespertinos,
carne que unge el dolor de una voz imberbe
que desconoce la sed del sacrificio,
la conjugación noble, la lid de la vida.

Subrayo algunos versos espigados de entre los que arman este buen poema. Con mis felicitaciones.
Salud.

Gracias, Julio, por el amable comentario que dejas. Un abrazo.

Marius Gabureanu escribió:Me ha encantado, Ramón, es un poema equilibrado y muy profundo en lo que evoca.Recibe mis abrazos.

Gracias por esas palabras. Marius. Un abrazo.

F. Enrique escribió:Siempre es una garantía de calidad leer tus poemas, Ramón. Cuidas cada palabra, y eso se nota.

Un abrazo.

Gracias por tu amabilidad, F. Enrique. Un abrazo.

Como siempre, hay calidad y belleza en tus versos. Precioso poema.
Besos
Pilar

Bellísimo, de una ternura circunspecta.
Abrazos, Ramón.

Hallie Hernández Alfaro escribió:Este es un poema muy especial; lleva signaturas muy desnudas, da luz a verdades dolorosas; la belleza se impone al tono de la reflexión aún cuando la solitaria lágrima se apodera del recinto.

Abrazos y felicitaciones, querido amigo.

Gracias, Hallie, por el comentario que dejas. Un abrazo, amiga.

E. R. Aristy escribió:

Ramón Carballal escribió:Así se alumbró la bienvenida.

Creamos una burbuja viajera,
un resplandor entreverado,
la rama fértil en el angosto pasillo del tiempo.

Con qué amor vigilamos la piel, los sentidos,
el eco de su respirar.

Y volaron los pensamientos de la ilusión,
erguidos los espejos de la caricia y el futuro.

Cuidar al príncipe y un solo tambor en el silencio.

Otro lugar, en océanos varados,
mientras la luz ambigua reflejaba en el rostro
el crecimiento y la singladura.

Oh! sí, los juegos y las gracias como un estallido de címbalos,
la preocupación por un narciso que crece entre la bruma y la calma.

Escudos y gloria, el lago y el hielo
donde se desliza la conformidad,
tan azul, tan soñadora.

El mundo fácil es el mundo de las arañas,
codiciosas a la espera de un insecto, de un corazón, de un esqueje.

Y supuran los años hasta aquí,
en el lugar árido de los osos vespertinos,
carne que unge el dolor de una voz imberbe
que desconoce la sed del sacrificio,
la conjugación noble, la lid de la vida.

Un poema excelso en forma y significados. Te felicito, querido Ramón. Abrazos, ERA

Gracias, ERA, por tus generosas palabras. Un abrazo.