sobre dejar de respirar, poco a poco
Publicado: Mié, 27 Feb 2019 18:00
Tengo un pulmón que no sabe si renunciar
a mendigar sangre a las madrugadas,
así empecé mi carta de presentación
en aquel lugar virtual de solteras a lo gótico.
El día siguiente
muchas de las mujeres allí registradas
de grafitos que ni dios entiende
donaban uno de sus pulmones
carismáticos,
con botas negras de silencio en puntos suspensivos,
y me preguntaban si mi sombra sabe ladrar.
Dije que sí, pero se me olvidó especificar
que la mía, es una sombra castrada
por su propia voluntad,
que no procrea, mi sombra
y yace extasiada de hormigas
en su instinto supremo de ser vaso capilar de una calle desdibujada.
Y quise elegir un avatar
de pulmones perforados
pero recordé que las cruces del recuerdo
sacudidas por un terremoto larguísimo de cuervos
mezclan sus nombres (no vaya ser que me despierte algún día
siendo feliz, y me falte un café bien negro).
Ahora no sé si crearme otro perfil,
encontré un lugar para putear el cielo
y está a la derecha de los párpados,
la tercera salida yendo para llorar;
pero mi pulmón gótico ya escribe con el hollín de la mañana
su carta de presentación.
a mendigar sangre a las madrugadas,
así empecé mi carta de presentación
en aquel lugar virtual de solteras a lo gótico.
El día siguiente
muchas de las mujeres allí registradas
de grafitos que ni dios entiende
donaban uno de sus pulmones
carismáticos,
con botas negras de silencio en puntos suspensivos,
y me preguntaban si mi sombra sabe ladrar.
Dije que sí, pero se me olvidó especificar
que la mía, es una sombra castrada
por su propia voluntad,
que no procrea, mi sombra
y yace extasiada de hormigas
en su instinto supremo de ser vaso capilar de una calle desdibujada.
Y quise elegir un avatar
de pulmones perforados
pero recordé que las cruces del recuerdo
sacudidas por un terremoto larguísimo de cuervos
mezclan sus nombres (no vaya ser que me despierte algún día
siendo feliz, y me falte un café bien negro).
Ahora no sé si crearme otro perfil,
encontré un lugar para putear el cielo
y está a la derecha de los párpados,
la tercera salida yendo para llorar;
pero mi pulmón gótico ya escribe con el hollín de la mañana
su carta de presentación.