Editorial Alaire

Diez mandamientos para seguir siendo ángel:
nunca lavarse los pies
porque las agujas se oxidan
con sólo saber que están allí;
nunca hacer de ángel de los perros
para no denunciar su espejo;
nunca pagar por adelantado
los litros de sangre congelada
de ranas hinchadas por la soledad;
nunca medir las botas del hombre
que dice "estoy aburrido
de que en mi jardín
se peleen las zorras";
nunca prometer a los semáforos
otro color que el de una sombra prestada;
nunca preguntarse sobre el día siguiente
de los párpados...;
nunca pagar con tarjeta de crédito
las plumas quemadas
por el juez de las coincidencias;
nunca obedecer al columpio de ríos secos;
nunca decir rana y sangre en la misma frase;
nunca decir zorra y jardín en la misma frase;
nunca decir aguja y óxido en la misma frase;
nunca decir perro y espejo en la misma frase;
nunca decir semáforos a lo prestado;
nunca decir pluma a los párpados.
Y nunca lavarse los pies,
porque se supone
que no hay palabras para decir
que los ángeles, también se enlodan.

Estos aportes a la locura son extraordinariamente incisos. Cortes por donde se extirpa lo que no nos sirve que viene siendo solo un diminuto pixel en la gran pantalla. Todo es importante. Una intensa experiencia leerte, Marius. ERA

Muchas gracias, E.R.A. Creo que tu comentario le hace justicia a este intento, que juega con un concepto, no tan inspirado, por cierto, sino como una avenida llena de letreros de publicidad que no interesan mucho, pero que de noche se ven bonitos, y a uno le dan ganas de tomar coca cola, sabiendo que le hace mal a la salud, mientras conduce su coche, mientras decide su tiempo. Abrazos, querida amiga.

Estimado Marius, leerte siempre es sorpresivo, intenso, profundo, sublime, encantador... ¡Bueno, que te lanzas unos poemazos!
Disculpa si nunca tengo para ofrecerte un comentario que haga honor a lo que me transmiten tus palabras.

Me encantó el poema en su totalidad y amé el final...

Y nunca lavarse los pies, porque
se supone
que no hay palabras para decir
que los ángeles, también se enlodan.

¡Perfecto!

Un gran abrazo para ti.

La locura y el ingenio en comunión. Es plausible, es un poema que distiende la mente e invita a visitar los manicomios. Salud.

Un abrazo fraterno.
Óscar

Los ángeles, tan diestros en cualquier mancha de lodo, en las manchas de tinta que podrían haber sido lodo, en esos test de personalidad que casi mueren en el recuerdo. Me refiero al antiquísimo test de Rochard. Allí, tu poema seria una volante genialidad de espejos, sombras y párpados, de luces, riquezas y memoria. Las mariposas de la mente, las mil figuras en perspectiva, la claridad de los pensamientos, la inspiración de MG.

Abrazos y felicitaciones, querido amigo.

Marius un poema escrito en la originalidad de tu línea, siempre tan personal e intransferible. Me gustó y disfruté leyendo

saludos

rafael

Una secuencia que desliza experiencias y reflexiones querido amigo... vivaz y sostenido...
Un gusto leerte...te abrazo con todo mi cariño...
Nancy

Nuestro amigo Marius sumando locuras.

Se podrían implantar estos nuevos mandamientos y retirar los otros que ya están super manoseados y obsoletos.
Me encantan tus locuras, Marius.
Se te echa de menos.
Un abrazo.

Feliz rescate de esta nueva muestra de la portentosa originalidad del gran Mariur.

Todo un placer de lectura.

Estamos a la espera de tu regreso.

Abrazos y salud.