Editorial Alaire

En el lugar que ufano me coloco
me exige el ajetreo el tono de mi canto.
Cuando me digo ¡arriba!... me levanto,
y, si no digo nada, lo hago poco a poco.

Algunas veces voy, y otras vengo.
Por eso sé que soy de vuelta diferente
pues pongo los remilgos de forma inconsecuente
hasta que el clavo entra en lo que ya no tengo.


Si no vuelvo me duele la membrana
y si vuelvo no sé lo que me duele.
Me miro y me arrebato, por eso me despierto.

El hambre me reprende la galbana,
al más impropio estilo de la zona que muele
las pausas mas longevas del concierto.

Guillermo, siempre he admirado esa sabiduría irónica de tus poemas. Dejo huella y presencia, y aplaudo tu destreza por quitarle a la vida todos sus sinónimos y reducirla a lo que es: apenas el espejo de un lugar. Recibe mis abrazos.

Marius Gabureanu escribió:Guillermo, siempre he admirado esa sabiduría irónica de tus poemas. Dejo huella y presencia, y aplaudo tu destreza por quitarle a la vida todos sus sinónimos y reducirla a lo que es: apenas el espejo de un lugar. Recibe mis abrazos.

Gracias Marius , québien me sienta que me sigas. Mi abrazo con mi resuello para ti.

Arriba va con los cuarenta ladrones

Otro inteligente e ingenioso poema. Un abrazo, compañero.

Guillermo Cumar escribió:En el lugar que ufano me coloco
me exige el ajetreo el tono de mi canto.
Cuando me digo ¡arriba!... me levanto,
y, si no digo nada, lo hago poco a poco.

Algunas veces voy, y otras vengo.
Por eso sé que soy de vuelta diferente
pues pongo los remilgos de forma inconsecuente
hasta que el clavo entra en lo que ya no tengo.


Si no vuelvo me duele la membrana
y si vuelvo no sé lo que me duele.
Me miro y me arrebato, por eso me despierto.

El hambre me reprende la galbana,
al más impropio estilo de la zona que muele
las pausas mas longevas del concierto.

A mí me ha causado una gran emoción leer este soneto tuyo. Dejé de lado la observación de cualquier aspecto técnico porque, desde el primer verso, solo quise disfrutar de la ingeniosa cabalgata. Has logrado imágenes y metáforas felicísimas, de esas que sorprenden y emocionan, sin olvidar los juegos de palabras y las bellas antítesis. Quizás otro día le eche una mirada más crítica en cuanto a la estructura, pero hoy me quedo gratamente satisfecho de haber llegado hasta tu ventana.

un abrazo grande, amigo.
Óscar

Genuino Guillermo.
Auténtico siempre, sin dobleces, así, como le sale.

Abrazos querido amigo, y por supuesto marinos.

Sensibles retratos que desbordan cristalinos entre tus versos querido amigo...
Un gusto leerte... te abrazo con todo mi cariño...
Nancy

Hermoso trabajo, amigo Guillermo.
Abrazos.

Guillermo Cumar escribió:En el lugar que ufano me coloco
me exige el ajetreo el tono de mi canto.
Cuando me digo ¡arriba!... me levanto,
y, si no digo nada, lo hago poco a poco.

Algunas veces voy, y otras vengo.
Por eso sé que soy de vuelta diferente
pues pongo los remilgos de forma inconsecuente
hasta que el clavo entra en lo que ya no tengo.


Si no vuelvo me duele la membrana
y si vuelvo no sé lo que me duele.
Me miro y me arrebato, por eso me despierto.

El hambre me reprende la galbana,
al más impropio estilo de la zona que muele
las pausas mas longevas del concierto.

La ironía es un arte wue manejas bien, Guillermo. Me gusta tu poema, me despierta a un incomodo lugar, y por esa poesia del absurdo y teatro de la opresión no cambiaria de curso. Dices mucho en tu buen hacer poético. Un abrazo, ERA