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- MAD -

Publicado: Jue, 21 Feb 2019 18:45
por Israel Liñán
La noche, como aceituna negra que rueda
sin control
hacia el centro exacto de la gran hoguera.

El murmullo suave del tráfico
se filtra por los conductos del aire acondicionado,


En la calle el frío aumenta la resolución de los contornos,
al fondo se divisan las cuatro torres,
vigías del desaliento

Borrachos multicolores pasean con el gorro calado,
y juran por los mil dioses,
hijos de todas las putas de Montera,
que volverán a olfatear el semen reseco
en las sábanas amarillentas.

Un anormal toca la guitarra en la esquina de Preciados,
canciones de amor para niños pijos
que sueñan con vientres de porcelana,
canta que el amor es un cuento de mierda
en el que los monstruos se follan a las princesas,
y me contagio de la risa que emana
del alcantarillado,
ruedo por su epidermis asfaltada.

La ciudad nunca duerme,
acaso se despereza de madrugada.

Re: - MAD -

Publicado: Jue, 21 Feb 2019 19:40
por Lunamar Solano
Intenso recorrido que desgrana los pasos de un silencio que absorbe y gime sus columnas...
Un gusto leerte querido amigo...te abrazo con todo mi cariño...
Nancy

Re: - MAD -

Publicado: Vie, 22 Feb 2019 14:39
por Pablo Ibáñez
Israel,

así es MAD, amigo. La has pintado con gran habilidad. Bueno, yo vivo en la sierra y me toca más tangencialmente. Pero cuando me acerco, siempre noto esas contradictorias sensaciones que tan bien describes. Dormir siempre es malo, pero no dormir nunca también.

Me gusta mucho el poema.
Abrazos.

Re: - MAD -

Publicado: Dom, 24 Feb 2019 12:19
por Rafel Calle
Hermoso e interesante trabajo, amigo Israel. Todo un compendio de la Capital, con tu personalísima impresión.
Felicidades.
Abrazos.

Re: - MAD -

Publicado: Dom, 24 Feb 2019 12:56
por E. R. Aristy
Israel Liñán escribió:La noche, como aceituna negra que rueda
sin control
hacia el centro exacto de la gran hoguera.

El murmullo suave del tráfico
se filtra por los conductos del aire acondicionado,


En la calle el frío aumenta la resolución de los contornos,
al fondo se divisan las cuatro torres,
vigías del desaliento

Borrachos multicolores pasean con el gorro calado,
y juran por los mil dioses,
hijos de todas las putas de Montera,
que volverán a olfatear el semen reseco
en las sábanas amarillentas.

Un anormal toca la guitarra en la esquina de Preciados,
canciones de amor para niños pijos
que sueñan con vientres de porcelana,
canta que el amor es un cuento de mierda
en el que los monstruos se follan a las princesas,
y me contagio de la risa que emana
del alcantarillado,
ruedo por su epidermis asfaltada.

La ciudad nunca duerme,
acaso se despereza de madrugada.
La ciudad pinta su cruel graffiti y su olor a orín marca territorio de cualquier necesidad sin techo. De cualquier callejón alborotado de gatos hambientos. No conozco a Madrid, pero toda ciudad trafica la diaspora de una lucha por seguir un ritmo inventado por la supervivencia. Te felicito, Israel, por trasmitir muy bien esta realidad.