Editorial Alaire

NATURALEZA SIMPLE


Era mayo y llovía sobre el patio.
Me llamó.
Dijo que no vendría
aquella noche a casa.
Tampoco recibí
la carta que esperaba, me dolía
el alma de nostalgia.
Era como si todo se volviera
sombrío alrededor
o que el día
mudara su esperanza.
Miré por la ventana.
Vi a un petirrojo
volar hasta la encina. Sacudía
nervioso la cabeza, parecía
buscar entre las ramas.
La tarde cayó sobre la mesa
oscureciendo un libro
de luz entre mis manos.
De repente cesó la lluvia,
el viento, y amainó
la angustia y la añoranza.
Apareció un vestigio
azul sobre la encina,
un atisbo de sol y de esperanza.
Cantaba el petirrojo
detrás de un claroscuro,
le respondía otro
cercano en la distancia,
se sacudían ambos
el agua de las plumas.

Tras la ventana
el patio parecía hermoso.
De nuevo todo
volvía a ser perfecto (y ella vino
aquella noche a casa).


--oOo--

Tan simple que emociona José.
Gracias querido amigo por encontrar siempre la magia en escenas quizás cotidianas y pintarlas con palabras de una forma exquisita, sublime.
Te abrazo. Desde mi sur.

Muy bello tu poema, José Manuel. Con imágenes simples consigues ilustrar la historia interna. Saludos.

Muchas gracias M. Inés por tu comentario.
Abrazos
J. Manuel

Pablo Rodríguez Cantos escribió:Muy bello tu poema, José Manuel. Con imágenes simples consigues ilustrar la historia interna. Saludos.

Muy amable Pablo, agradezco tus palabras.
Un abrazo
J. Manuel

José Manuel,

muy bello el poema, amigo, en tu línea de aliento limpio y corto. Habrá quien diga que adolece de ambición y vanguardismo. Es tu elección consciente, a mí me parece tan acertada como la otra. Lo que de verdad importa es el talento, la capacidad de abrir en la mente del lector, en tres minutos, una ventana a otra realidad y hacerle llegar sus colores vivamente. Y eso tú lo tienes.

Un abrazo.

jose manuel saiz escribió:NATURALEZA SIMPLE


Era mayo.
Llovía sobre el patio.

Llamó.
Dijo que no vendría
aquella noche a casa.
Tampoco recibí
la carta que esperaba.
Era como si todo se volviera
sombrío alrededor
o que el día
mudara su esperanza.

Miré por la ventana.
Vi a un petirrojo
volar hasta la encina. Sacudía
nervioso la cabeza, parecía
buscar entre las ramas.

La tarde cayó sobre la mesa
oscureciendo un libro
de luz entre mis manos.

De repente cesó la lluvia,
el viento.
Amainó
la angustia y la nostalgia.

Apareció un vestigio
de sol sobre la encina.
Cantaba el petirrojo
detrás de un claroscuro,
le respondía otro
cercano en la distancia,
se sacudían ambos
el agua de las plumas.

Tras la ventana
el patio parecía hermoso.
De nuevo todo
volvía a ser perfecto
(finalmente, ella vino
aquella noche a casa).


--oOo--

Maravilloso poema, Jose Manuel, L mas bello es asi de simple. Recibe un gran abrazo. ERA

Hermosa escena que va divulgando luces y sombras de los instantes querido amigo... muy emotivo...
Un gusto leerte...te abrazo con todo mi cariño...
Nancy