Editorial Alaire

Si escribo contra Dios me atraigo.
A favor de Él no hay nada.
Vamos a ver, ¿qué diferencia hay?
Debo sentir debilidad por las causas perdidas o vencidas.
Dios o lo que yo creo que es Dios no acaba de convencerme.
Quizá deba enfocarlo de otro modo:
¿Qué me ha dado la vida?
No sé dónde está la realidad, el realismo, no lo veo por ningún sitio.
Mis letras son demoledoras.
Ni aun así me hunden o consiguen hacerme estallar.
Esto es, estoy cuerdo.
Dios es nada.
Es por ello que muchas veces pensé en tirarme a la piscina.
Dios aún no existe.
Escribo lo mismo, sobre lo mismo, la misma esencia desde hace ya seis o siete u ocho años.
"Esto no es un bucle sin return.
Esto es Dios pidiendo paso.
Es por ello que oscilo entre Dios y Ricardo.
Cada vez la vida me resulta más banal y surrealista."
"Busco una idea nueva.
Pero deshacerme de Dios no es una idea."

Un hermoso e interesante trabajo querido amigo.
Una búsqueda que se encuentra así misma y se pierde en cada vuelta de la consciencia, oscilando entre el yo y las respuestas que desde alma van indagando en el discernimiento de la verdad.
Fuerte abrazo