Editorial Alaire

I

El cenicero rojo de melamina está atiborrado.
Ha sido una noche de reflexiones.

Las entrañas devorándose a preguntas,
desgarrándome en la travesía,
pero continúo cavando, hacia lo profundo,
hasta dar con la habitación de los espejos.

He llegado allí sorteando cada letra de mi nombre,
cada centímetro de mi forma,
en contra de todo instinto de supervivencia.

Me multiplico en sus brillantes paredes infinitas
y me transformo en un caleidoscopio de negaciones
con sus respectivas sonrisas mezquinas.


II

Y en medio de tantas distorsiones,
de la nada brotas.
Estás.
Absolutamente definido, invariable.
Una estatua con signo de interrogación.

Las culpas comienzan a tropezarse,
desesperadas por ser atendidas.
Por colarse en lo más profundo y retoñar
como una flor pútrida.

Empieza el festín y soy consciente
que me he servido como plato principal
para el verdugo de mi consciencia.


III

Inclusive aquí tu recuerdo me hostiga,
me hunde los dientes como un perro rabioso,
y no debería anhelar que cada beso te escalde,
obligándote a buscar refugio entre tus propios brazos,
temiendo que el cuerpo, de tanto doblarse, se parta en dos.

Ni anhelar que el recuerdo de tu rostro
se desfigure tanto, que se transforme
en una especie de mueca grotesca,
modelada por las heces de las moscas.

Tampoco aspirar que no concilies sueño alguno,
que los roces ajenos te lijen mis señales con sangre,
el silencio se quiebre con mi voz y te llegue a modo de estocada
y que cada parpadeo te traiga la intermitencia de una pesadilla.

En medio de esta habitación de reflejos
me observo como una sombra que languidece,
y eso debería bastar para no desearte pena alguna,
ni con mis palabras, ni con mis silencios.

Pero…


IV

Espero que cada sonrisa te duela,
porque soy una hija de puta.

Es un gran poema, Ara,en sus detalles, minuciosamente, revelas todo lo necesario para que se convierta en un poema para recordar. No me queda sino aplaudirte y otra vez leerlo, para empaparme del significado y su potencia, que viajan a toda luz. Recibe mis abrazos sinceros.

Ara,

me has sorprendido con este poema, amiga. Llega una voz arrasada, agresiva, diría. Llega mucho. El verso final es como la puñalada final que cierra todo el conjunto con extraordinaria contundencia. A veces uno necesita desahogarse y soltar por la borda palabras duras. Es la función terapéutica de la poesía, una de las principales que cabe atribuirle.

Un abrazo.

Marius Gabureanu escribió:Es un gran poema, Ara,en sus detalles, minuciosamente, revelas todo lo necesario para que se convierta en un poema para recordar. No me queda sino aplaudirte y otra vez leerlo, para empaparme del significado y su potencia, que viajan a toda luz. Recibe mis abrazos sinceros.

Estimado Marius, me alegra que hayas disfrutado del poema. Gracias por tus palabras, que lo consideres un poema para recordar significa mucho para mí.

¡Un gran abrazo!

Pablo Ibáñez escribió:Ara,

me has sorprendido con este poema, amiga. Llega una voz arrasada, agresiva, diría. Llega mucho. El verso final es como la puñalada final que cierra todo el conjunto con extraordinaria contundencia. A veces uno necesita desahogarse y soltar por la borda palabras duras. Es la función terapéutica de la poesía, una de las principales que cabe atribuirle.

Un abrazo.

Mi querido Pablo, primero que nada, me alegra que te haya gustado este poema. Admito que tu sorpresa, halaga.

En mi caso, sean palabras duras o suaves, hable del desamor o de las mieles de la vida (cosa que rara vez hago, por no decir que nunca, pero es un ejemplo), la poesía es terapéutica. Expresar lo que se siente es liberador, aunque a veces buscándolo terminemos con magulladuras.

Cómo siempre, agradezco que continúes pasando por mis letras y compartiendo tus impresiones conmigo.

¡Un beso!

Ara, me ha encantado este poema:

Dureza y contundencia en tus versos. Con un final espectacular.

Aplausos
Un beso
Ana

Ara López escribió:I

El cenicero rojo de melamina está atiborrado.
Ha sido una noche de reflexiones.

Las entrañas devorándose a preguntas,
desgarrándome en la travesía,
pero continúo cavando, hacia lo profundo,
hasta dar con la habitación de los espejos.

He llegado allí sorteando cada letra de mi nombre,
cada centímetro de mi forma,
en contra de todo instinto de supervivencia.

Me multiplico en sus brillantes paredes infinitas
y me transformo en un caleidoscopio de negaciones
con sus respectivas sonrisas mezquinas.


II

Y en medio de tantas distorsiones,
de la nada brotas.
Estás.
Absolutamente definido, invariable.
Una estatua con signo de interrogación.

Las culpas comienzan a tropezarse,
desesperadas por ser atendidas.
Por colarse en lo más profundo y retoñar
como una flor pútrida.

Empieza el festín y soy consciente
que me he servido como plato principal
para el verdugo de mi consciencia.


III

Inclusive aquí tu recuerdo me hostiga,
me hunde los dientes como un perro rabioso,
y no debería anhelar que cada beso te escalde,
obligándote a buscar refugio entre tus propios brazos,
temiendo que el cuerpo, de tanto doblarse, se parta en dos.

Ni anhelar que el recuerdo de tu rostro
se desfigure tanto, que se transforme
en una especie de mueca grotesca,
modelada por las heces de las moscas.

Tampoco aspirar que no concilies sueño alguno,
que los roces ajenos te lijen mis señales con sangre,
el silencio se quiebre con mi voz y te llegue a modo de estocada
y que cada parpadeo te traiga la intermitencia de una pesadilla.

En medio de esta habitación de reflejos
me observo como una sombra que languidece,
y eso debería bastar para no desearte pena alguna,
ni con mis palabras, ni con mis silencios.

Pero…


IV

Espero que cada sonrisa te duela,
porque soy una hija de puta.

Un poema duro, de muy buena hechura, Ara. Abrazos, ERA

Ana Muela Sopeña escribió:Ara, me ha encantado este poema:

Dureza y contundencia en tus versos. Con un final espectacular.

Aplausos
Un beso
Ana

Querida amiga, muchísimas gracias.

Un abrazo grande para ti.

E. R. Aristy escribió:

Ara López escribió:I

El cenicero rojo de melamina está atiborrado.
Ha sido una noche de reflexiones.

Las entrañas devorándose a preguntas,
desgarrándome en la travesía,
pero continúo cavando, hacia lo profundo,
hasta dar con la habitación de los espejos.

He llegado allí sorteando cada letra de mi nombre,
cada centímetro de mi forma,
en contra de todo instinto de supervivencia.

Me multiplico en sus brillantes paredes infinitas
y me transformo en un caleidoscopio de negaciones
con sus respectivas sonrisas mezquinas.


II

Y en medio de tantas distorsiones,
de la nada brotas.
Estás.
Absolutamente definido, invariable.
Una estatua con signo de interrogación.

Las culpas comienzan a tropezarse,
desesperadas por ser atendidas.
Por colarse en lo más profundo y retoñar
como una flor pútrida.

Empieza el festín y soy consciente
que me he servido como plato principal
para el verdugo de mi consciencia.


III

Inclusive aquí tu recuerdo me hostiga,
me hunde los dientes como un perro rabioso,
y no debería anhelar que cada beso te escalde,
obligándote a buscar refugio entre tus propios brazos,
temiendo que el cuerpo, de tanto doblarse, se parta en dos.

Ni anhelar que el recuerdo de tu rostro
se desfigure tanto, que se transforme
en una especie de mueca grotesca,
modelada por las heces de las moscas.

Tampoco aspirar que no concilies sueño alguno,
que los roces ajenos te lijen mis señales con sangre,
el silencio se quiebre con mi voz y te llegue a modo de estocada
y que cada parpadeo te traiga la intermitencia de una pesadilla.

En medio de esta habitación de reflejos
me observo como una sombra que languidece,
y eso debería bastar para no desearte pena alguna,
ni con mis palabras, ni con mis silencios.

Pero…


IV

Espero que cada sonrisa te duela,
porque soy una hija de puta.

Un poema duro, de muy buena hechura, Ara. Abrazos, ERA

Mi querida E.R.A., muchas gracias!

¡Abrazos!

[quote="Ara López"]I


Me ha gustado mucho, Ara. El laberinto de los espejos es un lugar de búsqueda, aunque tal vez esa búsqueda consiga resultados opuestos. Al final, la realidad se deforma en cóncavos espejos.
Un saludo.

Un poema, querida amiga, contundente y que llega. No deja indiferente porque descubre nítidamente los sentimientos.
Me gustó.
Abrazos
Pilar

Un poema con mucha fuerza, con unas imágenes muy evocadoras y manejadas con mano experta.
Un estética con el amor apareciendo en carne roja tras el desollamiento.

Todo un placer de lectura, querida amiga.

Un bico grande.

Roberto López escribió:

Ara López escribió:I


Me ha gustado mucho, Ara. El laberinto de los espejos es un lugar de búsqueda, aunque tal vez esa búsqueda consiga resultados opuestos. Al final, la realidad se deforma en cóncavos espejos.
Un saludo.

Gracias Roberto.

¡Un gran abrazo!

Pilar Morte escribió:Un poema, querida amiga, contundente y que llega. No deja indiferente porque descubre nítidamente los sentimientos.
Me gustó.
Abrazos
Pilar

Mi estimada Pilar, muchas gracias.

¡Un abrazo!

J. J. Martínez Ferreiro escribió:Un poema con mucha fuerza, con unas imágenes muy evocadoras y manejadas con mano experta.
Un estética con el amor apareciendo en carne roja tras el desollamiento.

Todo un placer de lectura, querida amiga.

Un bico grande.

Querido J.J. Gracias por pasar por acá y por el mensaje que compartes.

¡Un beso!