Editorial Alaire

Recostado en el lienzo del silencio
el poema quiso cobrar vida
y hablar de sosiego, de paz, de libertad.

Hubo quien pudo oírlo
pero por desesperanza,
lo dejó tendido,
abandonado en la banquina
más próxima a la nada.

Hubo un otro
que lo oyó clamar
en sorprendente voz baja,
y le prestó atención y tiempo
aunque aturdido de quehaceres rutinarios,
al poco rato,
lo dejó olvidado
entre las ramas secas de un olivo.

Pero,
extrañamente para estos días
de apuros y atropellos salvajes,
hubo alguien que caminaba lento,
saboreando el color de la senda
y disfrutando el aroma de la tarde.
Ese alguien, prestó su oído al poema,
le donó también su voz.
Entonces ambos fueron libres,
supieron de sosiego, se unieron en paz...

Recostado en el lienzo del silencio,
el poema vivió por un momento
y agradecido con quien le permitió la hazaña,
avanzó extasiado al ritmo de una estrella
y esa noche,
soñó que jugaba a las palabras.

Hermoso poema cuajado de lirismo y figuras, que hablan muy claro de la mano que lo escribió. La última estrofa me hay gustado mucho.
Un cordial abrazo desde mi isla.

José Manuel F. Febles

En el silencio recostado aprendió el poeta a soñar que jugaba, pero el poema se mantuvo firme soñando que jugaba.
Te envío un fuerte aplauso Un placer de lectura, Inés.

José Manuel F. Febles escribió:Hermoso poema cuajado de lirismo y figuras, que hablan muy claro de la mano que lo escribió. La última estrofa me hay gustado mucho.
Un cordial abrazo desde mi isla.

José Manuel F. Febles

Gracias estimado José Manuel. Un gran abrazo desde mi Sur.

Guillermo Cumar escribió:En el silencio recostado aprendió el poeta a soñar que jugaba, pero el poema se mantuvo firme soñando que jugaba.
Te envío un fuerte aplauso Un placer de lectura, amigo.

Gracias por el comentario y por el aplauso estimado Guillermo. Un abrazo.

Me ha gustado tu poema, María Inés. Me ha parecido como una versión metapoética de la parábola del buen samaritano. Saludos.

Instante que habla de luz y esencia querida amiga...
Un gusto leerte...te abrazo con todo mi cariño...
Nancy

Pablo Rodríguez Cantos escribió:Me ha gustado tu poema, María Inés. Me ha parecido como una versión metapoética de la parábola del buen samaritano. Saludos.

Pablo, gracias por dejar tu comentario. Hay influencia de esa parábola, claro que sí. Y de la parábola del sembrador también. Me alegra que te haya gustado. Un abrazo.

Lunamar Solano escribió:Instante que habla de luz y esencia querida amiga...
Un gusto leerte...te abrazo con todo mi cariño...
Nancy

Gracias Nancy. Siempre es un gusto saludarte. Abrazo afectuoso.

Hermoso trabajo, amiga María Inés.
Abrazos.

Rafel Calle escribió:Hermoso trabajo, amiga María Inés.
Abrazos.

Gracias Rafel. Un gran abrazo.

Andaba perdido en este bosque.
Me tope con tu poema y el hombre que se salvó con él. Excelente. Un gusto pasar.

María Inés Iacometti escribió:Recostado en el lienzo del silencio
el poema quiso cobrar vida
y hablar de sosiego, de paz, de libertad.

Hubo quien pudo oírlo
pero por desesperanza,
lo dejó tendido,
abandonado en la banquina
más próxima a la nada.

Hubo un otro
que lo oyó clamar
en sorprendente voz baja,
y le prestó atención y tiempo
aunque aturdido de quehaceres rutinarios,
al poco rato,
lo dejó olvidado
entre las ramas secas de un olivo.

Pero,
extrañamente para estos días
de apuros y atropellos salvajes,
hubo alguien que caminaba lento,
saboreando el color de la senda
y disfrutando el aroma de la tarde.
Ese alguien, prestó su oído al poema,
le donó también su voz.
Entonces ambos fueron libres,
supieron de sosiego, se unieron en paz...

Recostado en el lienzo del silencio,
el poema vivió por un momento
y agradecido con quien le permitió la hazaña,
avanzó extasiado al ritmo de una estrella
y esa noche,
soñó que jugaba a las palabras.

Hermoso poema, María Inés. Un placer de lectura. Un gran abrazo, ERA

F. Enrique escribió:

Quizás sea un buen momento para preguntarnos dónde está la poesía en estos tiempos que vivimos, Inés María, es hermoso lo que has reflejado con dulzura en tu poema, llega abierto el mensaje, reconforta.

Un abrazo.

Es buen momento siempre Enrique. Para preguntarnos dónde está y buscarla y rescatarla! La poesía nos necesita. La paz nos necesita. Gracias por pasar y dejar tu huella. Un abrazo .