Editorial Alaire

Sinceramente las moscas eran molestas
empecinadas en alcanzar la taza
debía parecerles exclusiva que ingenuas
él llegó en moto, perdón, como una moto
todo parecía pegajoso
pensé que sería el tiempo
extraño húmedo día de agosto
comí los tres churros
él ni los vio
ellas -las moscas- menos
en un típico arranque de los míos
salí a la calle
debieron quedarse perplejos
o no, qué importa
-quédate con las moscas
¡Dios! que alivio-.

Un hermoso poema, querida amiga Aigua, que ha sido un placer leerte.
Moscas y motos para un moscón que se quedó plantado, jajajaja.
Aunque tú ya te habías comido los churros; bueno, algo es algo, jajaja.
Ha sido un placer leerte.
RECIBE UN FUERTE ABRAZO.

Original y gracioso al mismo tiempo. Me ha hecho sonreir y me ha gustado
Un abrazo
Pilar

Gracias Rafel, sí es gracioso, el moscón se quedó con las moscas, qué podía hacer si no -respetar su ambiente- jijijiji, pero sí me comí los tres churros, en realidad los había pagado antes de que él llegara jijiji, eran míos jiji.

Aprovecho el hecho para intentar reflejar la importancia que tiene aquello que llamamos supérfluo o aparente en muchas ocasiones.


Gracias por ayudarme a -matar- algunas moscas... en el texto claro.

Gracias Pilar, igualmente me agrada saber que te ha hecho sonreir. Un abrazo

Me ha gustado mucho la excusa de las moscas. Nunca se me hubiera ocurrido, y con tu permiso, me la quedo por si acaso. Jovial forma de ver la vida cotidiana, como debe ser (aparentemente).

+Abrazo+

Simpático, Aigua, pero como señalas, son esas cosas a veces superfluas las que también tienen algo que decirnos. Me alegra verte por estos sitios. Un gusto leerte.

Un abrazo fraterno, Benjamín.

Gracias Enol, tienes permiso jiji. La apariencia es un grado, o es la experiencia...
Un saludo

Gracias Benjamín, a mí también me alegra verte en mis versos. El poema tiene -su fondo- nada aparente, pero es a través de la apriencia que muchas veces se llega... y nos aleja.

Un saludo