El alcalde carbonero (romance histórico)

[Pablo Rodríguez Cantos]

El alcalde carbonero

(romance histórico
sobre el relato de Pedro Antonio de Alarcón
"El carbonero alcalde")

En mil ochocientos diez
en el lugar de La Peza,
pueblo de agua encerrada
en su secreto de piedra,
entre olivos milenarios
y encinas de carne negra
que líquida nieve enfría
y un sol de bronce golpea,
cuando burlador el toro
en el cielo —no en la tierra—
a Orión, matador celeste,
le roba la primavera,
entre el guiso de San Marcos
y el potaje de cuaresma,
se escondieron las azadas
y se alzaron las banderas.

Era entonces de la villa
alcalde Manuel Atienza,
cincuenta inviernos de musgo
de los pies a la cabeza.
Noche de greñas ahumadas
espira en su cabellera
con luceros de caoba
tallados en dos hileras.
Balcón abierto es camisa
al jardín de su maleza
donde silvestres circulan
cantares y enredaderas.
Sus manos llevan nudosas
el esqueleto por fuera,
tan duras con los tocones
como firmes con las hembras.
Bosque de dos robles calza
coronados de una selva
donde el vigor de la sangre
moja fecundos planetas.

¿Dónde va el señor alcalde,
su vara de mando enhiesta,
trotando como un tambor
las calles y las placetas?
Va a convertir a su pueblo
de la paz hacia la alerta
para que forjen espadas
de arados y podaderas.
¡Que vienen los invasores
ya casi por Rambla Seca
en una nube de polvo
con rayos de bayoneta!

En el castillo se yerguen
enlutadas las enseñas
y en la torre, las campanas
como bélicas trompetas.
El cura da bendiciones
y absuelve a la patulea,
siendo del Señor, ministro
y de la muerte, profeta.
Los mozos tensan las hondas,
las mujeres cortan vendas
para beber ríos de sangre
bajo una lluvia de piedra.

Junto al río Morollón
un tronco de encina hueca,
como un faro horizontal
sobre un monte de madera,
boca del grito más largo,
vientre de la madre guerra,
aherrojado con alambres,
ceñido con recias cuerdas,
preñado fue hasta los topes
con hierros, pólvora y mecha,
muerte partida en pedazos
por la violencia de arena.

Era la hora de nona,
la hora de las tinieblas,
cuando al fuego del alcalde
se abrasó toda la tierra.
Sierra Nevada tembló
ante una voz tan intensa
que le hizo vomitar muertos
salidos de entre las peñas.
Rasgó su velo de nieve
en la oscuridad más nueva,
cielo negro constelado
de mortíferas estrellas.
¡Cómo mugían los toros
huyendo por las dehesas
y se retorcían los robles
desnudos de sus cortezas!
Muertos y vivos confunden
brazos extraños y piernas,
troncos de sangre caliente
y troncos de savia fresca.

Triduo santo de sepulcro
con sus llantos y sus velas
ofició un silencio verde
por la villa de La Peza.
Los vivos dieron al suelo,
todo de venas abiertas,
los despojos de los suyos
y de los otros, la afrenta.
Pero, ave fénix aciaga,
como un rescoldo en la hoguera,
al cabo de los tres días
resucitó la violencia.

¿Dónde va el señor alcalde
de una población desierta?
A luchar hasta la muerte
a la usanza alpujarreña:
emboscadas por los riscos
asaltando las veredas
con un colmillo en la mano
los lobos contra las hienas.
Mas, diezmado el enemigo,
su número tanto era
que diez soldados en suma
sitian a Manuel Atienza:
en una elevada cima
al barranco fue veleta,
ejemplo para valientes
y a los cobardes, vergüenza.
Ícaro de su valor
y señor de su conciencia,
nunca conoció este suelo
tal refulgor de cometa:

«Tres gallos me canten kyries,
reflejos por las albercas,
con un responso de viento
y una aspersión de tormenta.
Lucero de la mañana,
cirio de mi cabecera.
El valle será mi tumba
y mi lápida, la sierra.
Pero rezadme un rosario
con todas sus calaveras.
¡Que soy un hombre y un trueno!
¡Que yo soy toda La Peza!»

Y al ahorcarse las campanas
en la torre de la iglesia,
en cada pilar del agua
salió una luna pequeña.

[Hallie Hernández Alfaro]

Un romance hermoso, evocador y muy logrado, Pablo.

Bienvenido seas al foro Alaire.

Salud, felicidad y gracias por compartir.

[Rafel Calle]

Este es un muy bello poema, amigo Pablo, que tiene la enorme virtud de rescatar la memoria de los grandes clásicos, en este caso del romance. Ciertamente, tu poesía es un homenaje a lo mejor del poema medido y rimado. Madrigal, soneto, décima, romance..., son combinaciones en las que te desenvuelves como pez en el agua. Además, despliegas un estilo literario que se ajusta como un guante a dichas estrofas. Enhorabuena por tu trabajo, es importante porque, a mi juicio, no conviene olvidar los precursores de otras combinaciones, multimétricas, versiculares..., tan en boga hoy en día. La poesía y su madre, el lenguaje literario, se lo deben todo al verso medido y rimado.
Iremos hablando, si es de tu gusto, del verso que llaman libre y que nosotros llamamos verso multimétrico, no se diferencia gran cosa del verso monométrico y del polimétrico, tan solo que mientras los mono y polimétrico se urden, el multimétrico surge sin premeditación métrica, pero, al fin y al cabo, es un verso, propiamente verso con una medida y ritmo determinados. Por eso digo que no hay diferencias entre los versos, salvo en la combinación que se haga con ellos.
Abrazos.

[Marisa Peral]

[quote="Pablo Rodríguez Cantos"]

Hermoso y trabajado romance, Pablo, felicidades sinceras porque a mi me cuesta una vida poder escribir así.

Bienvenido a Alaire.

Saludos.

[Pilar Morte]

Preciosos versos que muestran calidad y belleza. Me gustó leerte
Besos
Pilar

[Pablo Rodríguez Cantos]

Muchas gracias a todos por vuestras lecturas y comentarios.

Un romance hermoso, evocador y muy logrado, Pablo.

Bienvenido seas al foro Alaire.

Salud, felicidad y gracias por compartir.

Gracias por tu bienvenida. Es verdad, llevo poco tiempo por aquí.

Hermoso y trabajado romance, Pablo, felicidades sinceras porque a mi me cuesta una vida poder escribir así.

Bienvenido a Alaire.

Saludos.

Gracias, Marisa. Escribir siempre requiere esfuerzo y trabajo: eso es lo bonito, ¿no?

Iremos hablando, si es de tu gusto, del verso que llaman libre y que nosotros llamamos verso multimétrico, no se diferencia gran cosa del verso monométrico y del polimétrico

Claro, Rafel. Será un placer hablar sobre el tema. Yo no me atrevo con el verso libre. Estoy de acuerdo contigo cuando señalas las semejanzas y diferencias entre multimétrico y mono/polimétrico. El verso con metro y rima y las estrofas clásicas en que se organizan proporcionan una arquitectura y una música apriori, que precede al poema; cuando se escribe verso libre o multimétrico, hay que crear también esa arquitectura desde cero, y eso me parece realmente difícil. Por otra parte, en el verso y estrofas clásicos, a menudo hay que crear también otra música y otra arquitectura que tendrán que encajar bien con las que ya se tenían... Realmente me parece un tema apasionante.

Preciosos versos que muestran calidad y belleza. Me gustó leerte
Besos
Pilar

Gracias, Pilar, me alegra que te haya gustado.

[Simon Abadia]

Bello tu romance. Lo he disfrutado.

Simon

[Begoña Egüen]

Muy bello tu poema... me ha encantado, estimado amigo, Pablo Rodríguez. Felicidades.
Un abrazo.
BEGOÑA.

[Pablo Rodríguez Cantos]

Muchas gracias también, Simón y Begoña.

[Marius Gabureanu]

Tu poema fluye con densidad, como un río, después de una lluvia apasionada, es decir, lleva todos los ingredientes para que el lector mantenga con los ojos bien abiertos y centrados en la historia de los versos sin otra distracción de las que puede haber, depende del tiempo que le dedica uno a leer poemas. Aprecio el lenguaje empleado, para crear una atmósfera casi onírica. Mis abrazos, Pablo.

[Guillermo Cumar]

Este romance te hace cantautor, amigo.. Un placer de lectura y el ánimo de un buen ritmo

Un abrazo y mis aplausos

[Alonso Vicent]

Historia en versos en este precioso romance a la usanza de los antiguos trovadores.
Un placer leerlo, señor Pablo, y a comentarlo vinimos.
Un saludo.

[Pablo Rodríguez Cantos]

Marius, Guillermo, Alonso: muchas gracias por vuestra lectura y comentarios. Saludos.

[Administración Alaire]

Enhorabuena, amigo Pablo, por el reconocimiento como Poema de la Semana a tu obra "El alcalde carbonero".
Un cordial abrazo.

[F. Enrique]

Te felicito, Pablo, por esta distinción tan merecida.

Un abrazo.