Haz como si no supieses que te hablo
Publicado: Sab, 12 Ene 2019 16:40
Ese individuo oftálmico,
el del traje marcado por la tuberculosis
y la espalda detrás de un gesto hindú, sospecha de nosotros.
Nadie se ha dado cuenta,
pero el café cargado con pólvora de ruinas sucesivas
ha desaparecido, y en su lugar
hay un guante para insectos carnívoros
al que le falta la sonrisa de su doble gemelo.
Ten cuidado, que no te pueda ver
cómo alejas la dimensión del crimen de nuestra intimidad,
levántate despacio,
igual que si quisieses abandonar las armas que nos han precedido,
de la misma manera que sube el humo al rostro,
y acércate a la puerta lentamente
yo entretendré el murmullo de los pájaros
y haré que mato el tono de la conversación.
Ya no tiene sentido que te toques dos veces el ala del sombrero,
ni que digas aquello de que la vida está indocumentada. Sal
como las palomas salen locas al aire, sin mirar hacia dentro,
y toma un taxi. Que los zumbidos queden atrapados en la piel de los labios,
que las sirenas vayan a buscarte pero que no te encuentren,
que las sombras de automóviles curvos
rebosen de ciudades
con caretas de anciano,
y no sepa el cometa
dónde muere la noche.
el del traje marcado por la tuberculosis
y la espalda detrás de un gesto hindú, sospecha de nosotros.
Nadie se ha dado cuenta,
pero el café cargado con pólvora de ruinas sucesivas
ha desaparecido, y en su lugar
hay un guante para insectos carnívoros
al que le falta la sonrisa de su doble gemelo.
Ten cuidado, que no te pueda ver
cómo alejas la dimensión del crimen de nuestra intimidad,
levántate despacio,
igual que si quisieses abandonar las armas que nos han precedido,
de la misma manera que sube el humo al rostro,
y acércate a la puerta lentamente
yo entretendré el murmullo de los pájaros
y haré que mato el tono de la conversación.
Ya no tiene sentido que te toques dos veces el ala del sombrero,
ni que digas aquello de que la vida está indocumentada. Sal
como las palomas salen locas al aire, sin mirar hacia dentro,
y toma un taxi. Que los zumbidos queden atrapados en la piel de los labios,
que las sirenas vayan a buscarte pero que no te encuentren,
que las sombras de automóviles curvos
rebosen de ciudades
con caretas de anciano,
y no sepa el cometa
dónde muere la noche.