Editorial Alaire

Patrullo mi soledad.
Camino de una punta a la otra
de mi soledad, y sólo encuentro hombres que ya fueron,
peldaños de cadáveres por los que desciendo
a la nada que se retuerce en mi sangre
como un gusano de dioses.
Hay un trozo de pavimento en la calle
que guardo en la memoria
para cuando mi sangre quiera mirarse en el espejo.
Patrullo mi soledad
con el móvil apagado,
no vaya ser que la suerte me ofrezca sus pistas de nieve
por las que emborracharme de zorras que atornillan las noches
sobre un papel difunto.
Ya dejé de fumar, ahora mi alma se reencarna en vapor.
Ayer pasé por una tienda de cigarrillos electrónicos
pero me dijeron que las mariposas tienen huesos que resisten al fuego,
que los crematorios son un cubo de ecos,
que el sabor a ceniza es una artesanía de mi propia sombra
y que vuelva mañana, en un miércoles.
Patrullo mi soledad sin otra desdicha
que el campo minado con recuerdos de mis articulaciones.
Y en el camino, invento la nana de la desesperación.

Tan brillante como cierto, tan emocionante como victorioso.
Yo escucho desde aquí otra nana que inventa salidas airosas, una que impregna el acero de zumos muy dulces.
Yo sé que los móviles apagados aprenden a llorar y que los cigarrillos electrónicos son el traje de los miércoles vacíos.

Abrazo enorme, queridísimo amigo.

La palabra es un nexo capaz de quebrar la distancia, de achicar la soledad y acallar la desesperación. Nos hacía falta tu poesía, Marius. Gracias por volver a compartir tu universo con nosotros.
Magnífico poema.

Un gran abrazo.

Un placer volver a leer de nuevo tus versos Marius. Los disfruté leyendo

saludos

rafael

Extraordinario, Marius. Tu talento ilumina este foro. No nos dejes por mucho tiempo: eres necesario.
Abrazos.
Jerónimo

Marius Gabureanu escribió:
Ayer pasé por una tienda de cigarrillos electrónicos
pero me dijeron que las mariposas tienen huesos que resisten al fuego,
que los crematorios son un cubo de ecos,
que el sabor a ceniza es una artesanía de mi propia sombra
y que vuelva mañana, en un miércoles.
Patrullo mi soledad sin otra desdicha
que el campo minado con recuerdos de mis articulaciones.
Y en el camino, invento la nana de la desesperación.

Precioso poema, Marius, todo él está muy bien construido y la parte final me pareció especialmente lograda, al más puro y genuino estilo Gabureanu, para mí encuadrado dentro de un particular realismo mágico con toques surrealistas, que me encanta y tanto admiro de ti.

Como el resto de compañeros me alegra un montón volver a leerte, Marius. Un abrazo, querido amigo.

Poemazo!

Lo que es una desesperación es no poder lograr, nunca, escribir como tú.

Tiene razón Luis, realismo mágico con toques surrealistas.

Es que escribes así, mágico como si tuvieras la varita. Tienes duende.

Un saludo y feliz año.

Hermoso trabajo, amigo Marius.
Abrazos.

Potente el destilar de tus versos querido amigo... sensible y vibrante recorrido...
Un gusto leerte...te abrazo con todo mi cariño...
Nancy

Ya lo leí en su momento, Marius, aunque no veía para comentar
y hoy que ya estoy un poco menos ciega, compañero,
no me sale nada productivo que decirte,
pero puedo encender un cigarrillo y escuchar la música de tu nana...
Genial. Un abrazo.

Eres capaz de dejarnos atrapados en tus versos. Me gustó mucho el poema.
Abrazos
Pilar