Editorial Alaire

Salieron de tu clara tez,
los colores no nacieron en otro sitio,
no pudieron, era el nacimiento de la acuarela,
en un espacio tan pequeño como el mundo.
Vives en un cuadro difuminado,
quedó tu juventud con una sonrisa invisible,
como esperando un obsequio,
como si quisieras decirme algo.
Vi tu retrato una noche,
o una tarde, da lo mismo,
siempre puedo ver los trazos
que dejó el agua en el árbol que abrazabas.
Puedes vivir para siempre
con esa cara de niña,
puede tu cabello seguir enredando el atardecer,
en este retrato sin marco, sin tiempo,
con la única verdad del instante que te vi.

Poema para nuestra compañera Ana Muela Sopeña, luego de ver una fotografía de su juventud la cual me pareció casi un cuadro renacentista.

Hermoso detalle querido amigo... bello y sensible... mi abrazo cariñoso para ti y Ana...
Nancy

Lunamar Solano escribió:Hermoso detalle querido amigo... bello y sensible... mi abrazo cariñoso para ti y Ana...
Nancy

Muchas gracias Nancy! un abrazo!

Satír.

Muchas gracias, Antonio. En esa foto tenía 34 años.

Muy hermoso tu detalle. La verdad es que me he quedado alucinada...

Es bello tu poema...
Un fuerte abrazo
Ana

Ana Muela Sopeña escribió:Muchas gracias, Antonio. En esa foto tenía 34 años.

Muy hermoso tu detalle. La verdad es que me he quedado alucinada...

Es bello tu poema...
Un fuerte abrazo
Ana

La misma edad que tengo ahora mismo 34, que bueno que te haya gustado! recuerda siempre, eres mi poeta favorita de este portal.
Saludos!!

Satír.

Hermosos versos para recordar a nuestra querida Ana. Felicidades a los dos.
Besos
Pilar

A. Satír escribió:Salieron de tu clara tez,
los colores no nacieron en otro sitio,
no pudieron, era el nacimiento de la acuarela,
en un espacio tan pequeño como el mundo.
Vives en un cuadro difuminado,
quedó tu juventud con una sonrisa invisible,
como esperando un obsequio,
como si quisieras decirme algo.
Vi tu retrato una noche,
o una tarde, da lo mismo,
siempre puedo ver los trazos
que dejó el agua en el árbol que abrazabas.
Puedes vivir para siempre
con esa cara de niña,
puede tu cabello seguir enredando el atardecer,
en este retrato sin marco, sin tiempo,
con la única verdad del instante que te vi.

Poema para nuestra compañera Ana Muela Sopeña, luego de ver una fotografía de su juventud la cual me pareció casi un cuadro renacentista.

Qué maravilla, Satir! Un homenaje extraordinario en belleza y regalia espiritual para Ana. Abrazospara ambos. ERA

Te felicito por ese bello poema, dedicado a una gran poeta y bella mujer.

Desde la soledad de mi isla, un fuerte abrazo.

José Manuel F. Febles

La sensibilidad poética se acoge al ideario y se llena de la imagen que el poeta quiere darle al retrato de Ana.

Me regocijo y me siento un tanto reanimado por leer tan buen poema y dedicatoria de imagen y sentido.

Un abrazo

Qué bonito!

Es que la juventud tiene eso. Aunque yo en este momento me quedo con los que tengo, no te digo cuántos jaja.

Ahora mismo, tengo una foto en el perfil de mi guasap, con una amiga, es la primera vez que cuelgo una foto mía en una red pública, aunque guasap no lo sea tanto. No me gusta ni posar en fotos ni exponerlas, ni en casa.

Y con 31, cara de niñas. Pero siempre queda algo.

Un saludo. Y seguro que además de niña, Ana, tenía y tiene mucha belleza, para haberte inspirado este poema.

Saludos a los dos y feliz año.

Hermoso poema dedicado a nuestra amiga Ana.
Felicidades, Antonio.
Abrazos.