Meditación difuminada
Publicado: Lun, 07 Ene 2019 16:55

Deambulé sin jefes ni vasallos,
me las dí de filósofo,
cómo no, de poeta,
y todo, por un beso que leía en sus ojos.
Hoy sé que puedo armarme sin luchar.
Que he viajado muy lejos dejándome el pellejo.
Quizás esos demonios, carne viva, han hablado de más
y ya me han defraudado.
A veces me debato. Literalmente.
Todo por esos yos a los que no comprendo.
Esos hijos de puta sin rabia ni perdón.
¿Que soy Dios, el Diablo, o el mismo redentor? En mi cartera, siempre el DNI.
Eso sí que redime, amigo mío.
Respondo por Ricardo, por Dios me haría el longuis.
Pero aún sigue planeando ese Dios que no vuela.
¿Por qué entonces intento demostrarme, para ser uno más?
"La no necesidad de demostrar demuestra siempre todo lo contrario."
¿Por qué dicto sentencias?
Si al final y a la postre, juré por desamor.
No maldigo mi suerte.
Porque ella siempre ha sido un rival asequible.
Quiero mi mente en blanco.
Sea yo quien espera al final del camino,
quien se entiende sin cuerpo,
quien trasciende sin causa,
quien recicla el amor para sobrevivir.
Quien sabe lo que inspira
y no por respirar.
Quien siguió sus principios hasta saber que todo es el principio.
El tiempo es el que manda, a no ser que Dios sienta fijación por la vida.