Editorial Alaire

MI LORO
El ser es y el no ser no es
Parménides

Tengo un loro precioso, color verde,
que saco a pasear en las tardes de sol.
Lo llevo en su gran jaula de alambres de oro fino
y lo pongo a mi lado en un banco del parque
para que vea a la gente que pasa y que sonríe.
Algunos me preguntan por su nombre,
otros quieren que diga palabrotas,
otros sueltan enormes risotadas
y otros, en fin, la mayor parte,
me quieren hacer ver que en la jaula no hay nada,
que dentro de la jaula solo existe un gran hueco.
Yo sé que unos lo ven y que otros no lo ven.
Por mucho que me dicen que mi loro es un hueco
(y que un hueco no es nada,
la idea inexistente de un deseo hipotético),
yo afirmo con el áspero rigor de los valientes
que mi loro es un loro.
Y me vuelvo a mi casa cuando el sol ya declina
y le doy a beber su limonada.

Hola, Jerónimo. Me ha gustado y me ha sorprendido tu poema, que me parece tan simpático como interesante. Invita a la reflexión. Saludos desde Granada.

¡Madre mía! Qué asunto tan impecable este poema; lo veo muy claro, hace de sus plumas un cuerpo metafísico, un punto de energía atendida por algunos. Brillante, extraordinariamente brillante, la idea con lenguaje de ave, con una resonancia liberada de toda duda.
Me ha encantado verte allí, en el parque, sin ningún hueco en la inspiración y me ha encantado la escena tan bien llevada a sus consecuencias.

En pie para los aplausos, querido poeta.

Abrazo de los grandes.

Tu loro es tu loro y lo llevas por adentro y por afuera para que repita: tu, mi amo, "no me pierdas ni me abandones: seré tuyo por los siglos de los siglos o por lo menos hasta que me entiendas".
Un abrazo.
P.D.: Te regalaron el loro los Reyes Magos.¡ Qué majos.!

Un abrazo

Filosofía pura. Me encanta tu loro, su lenguaje, el hueco , todo habla y todo existe. Genial idea.
Abrazo enorme y feliz Año Nuevo.
Pilar

Traen profundidad y reflexión tus versos amigo...
Un gusto leerte...feliz 2019!
Te abrazo con todo mi cariño...
Nancy

Jerónimo Muñoz escribió:MI LORO
El ser es y el no ser no es
Parménides

Tengo un loro precioso, color verde,
que saco a pasear en las tardes de sol.
Lo llevo en su gran jaula de alambres de oro fino
y lo pongo a mi lado en un banco del parque
para que vea a la gente que pasa y que sonríe.
Algunos me preguntan por su nombre,
otros quieren que diga palabrotas,
otros sueltan enormes risotadas
y otros, en fin, la mayor parte,
me quieren hacer ver que en la jaula no hay nada,
que dentro de la jaula solo existe un gran hueco.
Yo sé que unos lo ven y que otros no lo ven.
Por mucho que me dicen que mi loro es un hueco
(y que un hueco no es nada,
la idea inexistente de un deseo hipotético),
yo afirmo con el áspero rigor de los valientes
que mi loro es un loro.
Y me vuelvo a mi casa cuando el sol ya declina
y le doy a beber su limonada.

Una vez más nos regalas de tu gran ingenio y talentos múltiples. Me ha parecido un esplendoroso y sugerente poema intra-psíquico. Desarrollas en hermosos versos una escena al fresco de una condición interior, eso requiere un entendimiento de la naturaleza teatral y onírica de la realidad. Dámele al loro de mi parte una rascadita en la cabeza. Un abrazo, admirado Jerónimo, ERA

Un poema difícil de lograr, dada su temática, que he disfrutado mucho. Mis abrazos sinceros, estimado amigo.

Pablo Rodríguez Cantos escribió:Hola, Jerónimo. Me ha gustado y me ha sorprendido tu poema, que me parece tan simpático como interesante. Invita a la reflexión. Saludos desde Granada.

Ante todo, Pablo, mi cordial bienvenida a este foro. Creo que aquí encontrarás una vía de expansión para tu poesía y, además, ganarás buenos admiradores y, lo que es aún mejor, amigos.
Enseguida, mi agradecimiento por tu lectura y comentario. Me alegro de haber encontrado eco en ti.

Abrazos.

Jerónimo

Sensacional poema, Jerónimo:

Tu loro es un ser extraordinario. Unos lo ven y otros no. Un misterio infinito.

Me ha encantado
Aplausos
Un beso
Feliz 2019
Ana

Ay, querido Jerónimo, tu Mi loro me parece una obra de importancia dentro del larguísimo catálogo de poemas, muchos de ellos importantes, que has escrito hasta estos nuestros días.
Se diría que juegas con el concepto del mundo cenital proyectado como un reflejo de un mundo intrascendente (¿imperfecto en su perfección?). Tomas, haces tuya la teoría (¿socrática?, ya sabes que estoy escribiendo un ensayo sobre Sócrates y Jesús de Nazaret) por la cual este ser emplumado, sensible, imperfecto y temporal, es una mera copia de un ser de esencias ideales.
Pues bien, no me queda más remedio que aplaudir y lo hago con sumo gusto, tu concepción que va desde un idealismo subjetivo hasta un voluntarismo impetuosamente mimético (¿Berkeley y Schopenhauer?).
Ha sido un placer leerte. Felicidades por esta obra hermosa, muy interesante y plena de brillantez.
Abrazos.

Hallie Hernández Alfaro escribió:¡Madre mía! Qué asunto tan impecable este poema; lo veo muy claro, hace de sus plumas un cuerpo metafísico, un punto de energía atendida por algunos. Brillante, extraordinariamente brillante, la idea con lenguaje de ave, con una resonancia liberada de toda duda.
Me ha encantado verte allí, en el parque, sin ningún hueco en la inspiración y me ha encantado la escena tan bien llevada a sus consecuencias.

En pie para los aplausos, querido poeta.

Abrazo de los grandes.

Cuánto me alegra haber encontrado en ti el reflejo nítido de mis pensamientos. Tus palabras me despiertan del todo. Gracias, Hallie. No te diré, como siempre que eres un sol: eres el alba.
Besos.
Jerónimo

Pilar Morte escribió:Filosofía pura. Me encanta tu loro, su lenguaje, el hueco , todo habla y todo existe. Genial idea.
Abrazo enorme y feliz Año Nuevo.
Pilar

Aunque tarde, quiero agradeceerte aquí tu jugoso comentario. Tu presencia en mis versos siempre es una gran satisfacción para mí.
Abrazos.

Jerónimo

Jerónimo Muñoz escribió: ↑Dom, 06 Ene 2019 18:57 MI LORO
El ser es y el no ser no es
Parménides

Tengo un loro precioso, color verde,
que saco a pasear en las tardes de sol.
Lo llevo en su gran jaula de alambres de oro fino
y lo pongo a mi lado en un banco del parque
para que vea a la gente que pasa y que sonríe.
Algunos me preguntan por su nombre,
otros quieren que diga palabrotas,
otros sueltan enormes risotadas
y otros, en fin, la mayor parte,
me quieren hacer ver que en la jaula no hay nada,
que dentro de la jaula solo existe un gran hueco.
Yo sé que unos lo ven y que otros no lo ven.
Por mucho que me dicen que mi loro es un hueco
(y que un hueco no es nada,
la idea inexistente de un deseo hipotético),
yo afirmo con el áspero rigor de los valientes
que mi loro es un loro.
Y me vuelvo a mi casa cuando el sol ya declina
y le doy a beber su limonada.

Este poema es sorpresa y descubrimiento en el que la ironía que se deja deslizar por los versos apunta a la filosofía, el conocimiento, que es esa mirada al mundo donde cada cual ve lo que ve, encuentra lo que encuentra y vive lo que vive. La metáfora del loro es todo un acierto que nos conduce a los lectores a dudar, hacernos preguntas sobre nuestros loros y -sobre todo- lo que dicen y lo que callan. Aunque los demás les apremien o haya quien los ignore. Loros son.
Felicidades. Ha sido una grata lectura. Mi abrazo admirado.
Salud.