Editorial Alaire

Silencio, Alicia, Silencio. Quiere hablar el espejo.
Mostrarte con mirada insolente las grietas
de tu debilidad.

No te dejes caer.
Niégale la bondad de tu gesto.
Niégale las rosas espinadas que entrega cuando adivina
la sed de unos labios.

Qué dificil aprender a pintar un luminoso
olvido; evitar el temblor que provoca sellar
puertas y ventanas al sur.

Alicia,
tú que habitas un mundo sobrio y blanco,
tú que eres nube y te vistes de piedra para no tropezar
con la muerte,
tú, que has aprendido a sacudirte el dolor
al regresar a tu impoluto mundo de arena, donde cavas
y cavas un silencio tras otro,
no te dejes caer...

Repite conmigo:
este eco abisal que desprecio pulsa las cuerdas de una absurda guitarra.
Un sueño desdibuja mis labios dormidos.
La noche es una lámpara roja que enciende la pared del presente.
La noche necesita arder en mi sangre.

Te felicito por tu buen poema. Es un buen trabajo poético.
Abrazos
Simon

Rosa,

me gusta el poema, amiga. Es un punto de vista muy original sobre Alicia a través del espejo.

Silencio, Alicia, Silencio. Quiere hablar el espejo.

Este verso que inaugura el poema es de los que atrapan al lector y hacen esperar algo grande. Varias figuras literarias se combinan para dar ese primer impulso, tan necesario, que todo poema que se precie necesita. La personificación del espejo, la dirección imperativa al sujeto poemático, la ambiciosa elección del mismo (Alicia, nada menos), la contraposición con el objeto (el espejo, nada menos), generan de un solo plumazo una expectativa que engancha y atrapa.
El poema parece concentrase después en advertir al sujeto sobre los peligros de entrar en el espejo. (No te dejes caer...) Advertencia de gran calado, teniendo en cuenta las especialísimas cualidades de todo espejo, que grandes autores (Borges, Wilde...) han explorado. Por decir algo, quizá la ambición de querer añadir demasiados detalles externos (puertas, ventanas al sur, mundo de arena...) diluye un poco esa interesante exploración interna.

Me ha gustado mucho, Rosa.
Un abrazo.

Mirarse, reconocerse, reconocer lo que gusta y disgusta. Un precioso poema que atrapa desde el inicio. Me gustó mucho.
Besos
Pilar

Rosa Marzal escribió:Silencio, Alicia, Silencio. Quiere hablar el espejo.
Mostrarte con mirada insolente las grietas
de tu debilidad.

No te dejes caer.
Niégale la bondad de tu gesto.
Niégale las rosas espinadas que entrega cuando adivina
la sed de unos labios.

Qué dificil aprender a pintar un luminoso
olvido; evitar el temblor que provoca sellar
puertas y ventanas al sur.

Alicia,
tú que habitas un mundo sobrio y blanco,
tú que eres nube y te vistes de piedra para no tropezar
con la muerte,
tú, que has aprendido a sacudirte el dolor
al regresar a tu impoluto mundo de arena, donde cavas
y cavas un silencio tras otro,
no te dejes caer...

Repite conmigo:
este eco abisal que desprecio pulsa las cuerdas de una absurda guitarra.
Un sueño desdibuja mis labios dormidos.
La noche es una lámpara roja que enciende la pared del presente.
La noche necesita arder en mi sangre.

Una nueva y original perspectiva de Alicia y del simbolismo del espejo. En mi interpretación, el espejo es una proyección del yo ulterior.
Concuerdo con Pablo que el verso de apertura establece las pautas en modo que desde el introito queremos ir en pos del resto del poema que estrofa tras estrofa nos eleva a la cúspide de la vanguardia y la creatividad. El verso de cierre es insuperable. Te felicito! ERA

Simon Abadia escribió:Te felicito por tu buen poema. Es un buen trabajo poético.
Abrazos
Simon

Muchas gracias, Simón.

Abrazos.

Pablo Ibáñez escribió:Rosa,

me gusta el poema, amiga. Es un punto de vista muy original sobre Alicia a través del espejo.

Silencio, Alicia, Silencio. Quiere hablar el espejo.

Este verso que inaugura el poema es de los que atrapan al lector y hacen esperar algo grande. Varias figuras literarias se combinan para dar ese primer impulso, tan necesario, que todo poema que se precie necesita. La personificación del espejo, la dirección imperativa al sujeto poemático, la ambiciosa elección del mismo (Alicia, nada menos), la contraposición con el objeto (el espejo, nada menos), generan de un solo plumazo una expectativa que engancha y atrapa.
El poema parece concentrase después en advertir al sujeto sobre los peligros de entrar en el espejo. (No te dejes caer...) Advertencia de gran calado, teniendo en cuenta las especialísimas cualidades de todo espejo, que grandes autores (Borges, Wilde...) han explorado. Por decir algo, quizá la ambición de querer añadir demasiados detalles externos (puertas, ventanas al sur, mundo de arena...) diluye un poco esa interesante exploración interna.

Me ha gustado mucho, Rosa.
Un abrazo.

Hola, Pablo:

Me alegra que te guste el poema.
En cuanto a los versos que señalas, tal vez podría haberlos planteado de una manera más original, pero los creí necesarios. El verso puertas, ventanas al sur intenta representar una mirada nostálgica al ayer y mundo de arena hace referencia a la fragilidad de la existencia.

Gracias por este comentario de lujo, amigo.


Abrazos.

Todo el poema es magnífico, pero el introito y el cierre, dicen muchas cosas. Es curioso, dos versos, conectados y alejados, ¡ cuánto dicen!

Desde mi isla un cordial saludo y mis sinceras felicitaciones.

José Manuel F. Febles

El poema te atrapa desde el primer verso. Enhorabuena por este trabajo. Abrazos.

Precioso poema que he disfrutado, amiga Rosa.
Mis felicitaciones.
Un abrazo.

Un poema grandioso, querida Rosa.

Alicia en tu palabra, en el espejo atado a la memoria, en el riquísimo ámbito biodecodificador.

Aplausos sonoros y mis felicitaciones sinceras; abrazos.

Un recorrido hondo y sensible que despliega luminosa vibración querida amiga...
Un gusto leerte siempre...te abrazo con todo mi cariño...
Nancy

todo el poema nutrido por una mejestuosa y bella metáfora en carne viva.

Un abrazo

Un poema muy bello, amiga Rosa, otro más que añadir a tu gran colección.
Abrazos.

Fantástico, Rosa. Me encanta.

Un abrazo.