Editorial Alaire

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Brel hubiera sido un gran poeta si sus letras nos hubieran llegado a través del papel, sin duda tenía sensibilidad y recursos para que se le recordara simplemente como poeta. Pero el arte ya no puede ser entendido como pabellones estancos de disciplinas separadas que no pueden inmiscuirse unas en otras e, incluso, en algunos casos invadirse, así podemos encontrarnos con cierta frecuencia que en algunas de las obras más celebradas de nuestros días el invitado le roba el protagonismo al anfitrión. Creo que los grandes artistas de la Historia han procedido así, pero siempre dando una preeminencia considerable a la disciplina elegida para expresarse. De alguna manera el collage multicultural y comunicativo que vamos construyendo, no demasiado bien, y nuestra realidad desorientada han hecho que lo que ha sido facultativo para mantener viva la evolución en el arte ahora es necesario para que el arte no muera.

Brel era un genio único y transgresor dentro del monumento inmenso y perdurable de la Chanson, esa muchacha sensual de una tristeza embriagadora y atrayente que pertenece a todos los corazones sensibles. Poetas como Brel hay pocos, pero los hay, músicos hay más y encuentra a quienes le superen, lo que convierte a Brel en un ser de otro mundo es la interpretación; se sirvió para ello de otras disciplinas, a las mencionadas anteriormente debemos añadir el teatro, el drama de estar vivo en el que no olvidaba que había que dejar un lugar para la sonrisa aunque fuera para representar realidades amargas con métodos de enseñanza rigurosos y poco didácticos, pero todos hemos tenido en nuestra vida una rosa que nos clavaba otras espinas.

Yo quise decirle a la gente algo así; "Tú quieres ser poeta, entonces debes conocer a los mejores poetas." Reconozco que este mensaje no ha encontrado eco. Me queda la satisfacción, no tanta como tendría otra mucha gente cuya bandera es la humildad, de haber interpretado bien al genial cantante, de haber comprendido a tiempo que era un poeta y no un pensador, porque me quedo con la impresión de que lo interesante no suele interesar a nadie. Me alegro de que tú rompas esa norma.

Un abrazo.

Una de las cosas de las que más decepcionado estoy en mi experiencia en los foros es constatar la escasa importancia que se le da al esfuerzo, no hay apenas diferencia en la recepción que se le da a un trabajo luchado y bien preparado y a otro que se limita a copiar y pegar con el agravante de que, a veces, se utilizan textos ajenos sin indicar el autor. Simplemente digo lo que he visto, como buen seguidor de Brel lucho por cada oración, por cada palabra, por cada reivindicación pletórica de la vida. No puedo decir que en este foro haya podido observar lo que denuncio con amargura, en el ámbito que nos movemos no hay peor delito que el plagio.


Quizás ningún músico haya sido más ecléctico que Brel, nadie haya desarrollado sobre un escenario un dramatismo más convincente y emocionante o cantado al amor como si fuera un sueño que se le reclamara a la vida. (Alunizando en el planeta de Brel)

Se acabaron los tiempos en que se reía de su propio final aunque reconociera el miedo cuando presentía el instante único, en que decía que la vida solo tiene dos fechas, que dormir es morir un poco si no se sueña. (Orly)

Brel salía ya del vestuario empapado en sudor. Quizás recuerdes aquella canción que no entendías pero te emocionaba; ahí se debatían en cada canción, como si fuera la última, su fuerza irrefrenable, su orgullo de seguir siendo un niño, de ser poeta. (Brel tal como lo siento)

Muchas gracias. Un abrazo.