Entre recuerdos

[Ramón Carballal]

Un hombre se mira en el espejo y ve un soliloquio mudo.
Pero él sabe qué decir porque su voz es fuente de oro
que solo necesita del silencio para manar.
Pasea por los metros cuadrados de un piso sin luz,
escucha el crujir de las tablas, la tenacidad de la carcoma,
el gorjeo de los pájaros en el alféizar.
Quisiera hablar contra el cuarzo del ventanal,
decir: hoy ríe la vida con su gong eterno.
Abre un libro por la página mil veces leída,
aún queda el aroma de los veinte años sobre el papel usado.
No enciende el televisor, la radio le enseña que no es su tiempo el que escucha,
en la rosa del tiesto la alegría es un brote de diez pétalos huérfanos.
¿Quién le dirá de la lujuria cuando pasa junto a él un ave desnuda
de pechos inabarcables? Ya solo, perdido en la quietud del atardecer,
el retorno deja babas azules, así en la hoz del crepúsculo su sueño danza
entre las olas del recuerdo, y al fin es una isla su transcurrir
donde ya no viven los años que vendrán sino únicamente los que han sido.

[Óscar Distéfano]

Un hombre se mira en el espejo y ve un soliloquio mudo.
Pero él sabe qué decir porque su voz es fuente de oro
que solo necesita del silencio para manar.
Pasea por los metros cuadrados de un piso sin luz,
escucha el crujir de las tablas, la tenacidad de la carcoma,
el gorjeo de los pájaros en el alféizar.
Quisiera hablar contra el cuarzo del ventanal,
decir: hoy ríe la vida con su gong eterno.
Abre un libro por la página mil veces leída,
aún queda el aroma de los veinte años sobre el papel usado.
No enciende el televisor, la radio le enseña que no es su tiempo el que escucha,
en la rosa del tiesto la alegría es un brote de diez pétalos huérfanos.
¿Quién le dirá de la lujuria cuando pasa junto a él un ave desnuda
de pechos inabarcables? Ya solo, perdido en la quietud del atardecer,
el retorno deja babas azules, así en la hoz del crepúsculo su sueño danza
entre las olas del recuerdo, y al fin es una isla su transcurrir
donde ya no viven los años que vendrán sino únicamente los que han sido.

Hondos son los recuerdos que han dejado su huella y persisten en la nostalgia. Extraer poesía de lo vivido es una tarea muy difícil, porque se necesita trasmitir, no una simple crónica biográfica, sino lo que el sentimiento genuino que produjeron aquellos momentos. Me gustó la forma aprosada que le otorga gravedad (sentimiento de pérdida) al mensaje.

Un abrazo, amigo.
Óscar

[Pilar Morte]

Me ha encantado y también identificado con mis sentimientos. Felicidades.
Besos
Pilar

[Lunamar Solano]

Bella creación querido amigo... emociona su atmósfera...
Un gusto leerte siempre...te abrazo con todo mi cariño...
Nancy

[Rafael Valdemar]

Interesante e intimista poema el que nos dejas Ramón. Me gustó

saludos

rafael

[José Manuel F. Febles]

Tú sabes, querido compañero, que el pasado es un sentimiento común que llevamos en el alma. Lo has manifestado con total belleza en una novedosa, como siempre, imágenes hermosas. Felicitaciones desde la soledad de mi isla,

José Manuel F. Febles

[J. J. Martínez Ferreiro]

Una maravilla, Ramón!!

No se puede destacar nada, porque todo el poema es una obra de arte. Me atrevo a decir que es de lo mejor que te he leído últimamente ¡¡Qué ya es decir!!

Un cerrado aplauso, querido amigo.

Unha forte aperta.

[Ramón Carballal]

Un hombre se mira en el espejo y ve un soliloquio mudo.
Pero él sabe qué decir porque su voz es fuente de oro
que solo necesita del silencio para manar.
Pasea por los metros cuadrados de un piso sin luz,
escucha el crujir de las tablas, la tenacidad de la carcoma,
el gorjeo de los pájaros en el alféizar.
Quisiera hablar contra el cuarzo del ventanal,
decir: hoy ríe la vida con su gong eterno.
Abre un libro por la página mil veces leída,
aún queda el aroma de los veinte años sobre el papel usado.
No enciende el televisor, la radio le enseña que no es su tiempo el que escucha,
en la rosa del tiesto la alegría es un brote de diez pétalos huérfanos.
¿Quién le dirá de la lujuria cuando pasa junto a él un ave desnuda
de pechos inabarcables? Ya solo, perdido en la quietud del atardecer,
el retorno deja babas azules, así en la hoz del crepúsculo su sueño danza
entre las olas del recuerdo, y al fin es una isla su transcurrir
donde ya no viven los años que vendrán sino únicamente los que han sido.

Hondos son los recuerdos que han dejado su huella y persisten en la nostalgia. Extraer poesía de lo vivido es una tarea muy difícil, porque se necesita trasmitir, no una simple crónica biográfica, sino lo que el sentimiento genuino que produjeron aquellos momentos. Me gustó la forma aprosada que le otorga gravedad (sentimiento de pérdida) al mensaje.

Un abrazo, amigo.
Óscar

Agradezco, Óscar, el amable comentario que dejas. Un abrazo.

[Ramón Carballal]

Me ha encantado y también identificado con mis sentimientos. Felicidades.
Besos
Pilar

Gracias, Pilar. Me alegra que te haya gustado el poema y que te hayas identificado con él. Besos.

[Jerónimo Muñoz]

¡Ay, Ramón, Ramón! Este poema se me ha clavado en el alma. De verdad. Me he sentido fotografiado en él. ¡Qué belleza! Abarcas todos los estilos y eso tómalo como el mejor elogio. Tu capacidad poética es envidiable. Te aplaudo con toda mi sinceridad.
Un fuerte abrazo.
Jerónimo

[Ramón Carballal]

Bella creación querido amigo... emociona su atmósfera...
Un gusto leerte siempre...te abrazo con todo mi cariño...
Nancy

Gracias, Nancy, por tus amables palabras. Besos.

[Ramón Carballal]

Interesante e intimista poema el que nos dejas Ramón. Me gustó

saludos

rafael

Gracias, Rafael, por leerme y dejar tu comentario. Un abrazo.

[Ramón Carballal]

Tú sabes, querido compañero, que el pasado es un sentimiento común que llevamos en el alma. Lo has manifestado con total belleza en una novedosa, como siempre, imágenes hermosas. Felicitaciones desde la soledad de mi isla,

José Manuel F. Febles

Gracias, José Manuel, por tu lectura y amables palabras. Un abrazo.

[xaime oroza carballo]

Un hombre se mira en el espejo y ve un soliloquio mudo.
Pero él sabe qué decir porque su voz es fuente de oro
que solo necesita del silencio para manar.
Pasea por los metros cuadrados de un piso sin luz,
escucha el crujir de las tablas, la tenacidad de la carcoma,
el gorjeo de los pájaros en el alféizar.
Quisiera hablar contra el cuarzo del ventanal,
decir: hoy ríe la vida con su gong eterno.
Abre un libro por la página mil veces leída,
aún queda el aroma de los veinte años sobre el papel usado.
No enciende el televisor, la radio le enseña que no es su tiempo el que escucha,
en la rosa del tiesto la alegría es un brote de diez pétalos huérfanos.
¿Quién le dirá de la lujuria cuando pasa junto a él un ave desnuda
de pechos inabarcables? Ya solo, perdido en la quietud del atardecer,
el retorno deja babas azules, así en la hoz del crepúsculo su sueño danza
entre las olas del recuerdo, y al fin es una isla su transcurrir
donde ya no viven los años que vendrán sino únicamente los que han sido.

O primeiro que se me veu á cabeza, traila lectura, foi o chío dunha garza saíndo do cantil cara ao azul do ceo. Grazas, meu por isa imaxe.
Unha aperta

[Ramón Carballal]

Una maravilla, Ramón!!

No se puede destacar nada, porque todo el poema es una obra de arte. Me atrevo a decir que es de lo mejor que te he leído últimamente ¡¡Qué ya es decir!!

Un cerrado aplauso, querido amigo.

Unha forte aperta.

Gracias, J.J. Me alegra que te haya gustado el poema. Unha forte aperta.