Cuando toco tus manos..
Publicado: Mar, 06 Nov 2018 5:21
Cuando toco tus manos….
A Aristi.
Y el recuerdo de la aparente sombra fantasmal… te hiere,
hembra te quiebro el dedo, en vaginas, en dulces crepúsculos…
Silencios que son de una mujer, dolorosa, herida, loca.
siempre el rostro surge de las tardes de lunas…
Cristo y los demonios, la poesía, el regalo justo…
Noo!! Neruda, no seas como las caracolas de tu puerta,
cuando toco tus manos…
Tus sendas abren límites entre el genio y el dinero,
las rutas me agotan y no puedo crear poesías
mi perro te huele como mujer
y nada tiene un sentido, nada
ni la música ni el beso que ruge en la primavera.
Nada, nada espero de ti, nada, de tu rostro,
de tus manos, amante de la tiranía en la guerra,
mundo que gira sobre vertientes de nadas
Tu grito de mujer, tu duda, tu soga al cuello,
creador para la fama de un poema,
de una galería de huesos enamorados
Pero penétrame en mi falo, sombrío en el campo,
distante de las barcas a la muerte de los ayeres,
te rezo, te rezo
para que ya no existas.
Pero no dejare piedades de rosas en la mundana mano
con semen, que ruge, y que quiebra las mareas
Somos, otros, otros
Y esas bibliotecas donde pones tus libros
la decadencia y la cadencia que eres.
No vuelvas a mí, no por favor
la primavera está en flor y hoy corto
tu adiós para siempre… para que digas
te amo.
A Aristi.
Y el recuerdo de la aparente sombra fantasmal… te hiere,
hembra te quiebro el dedo, en vaginas, en dulces crepúsculos…
Silencios que son de una mujer, dolorosa, herida, loca.
siempre el rostro surge de las tardes de lunas…
Cristo y los demonios, la poesía, el regalo justo…
Noo!! Neruda, no seas como las caracolas de tu puerta,
cuando toco tus manos…
Tus sendas abren límites entre el genio y el dinero,
las rutas me agotan y no puedo crear poesías
mi perro te huele como mujer
y nada tiene un sentido, nada
ni la música ni el beso que ruge en la primavera.
Nada, nada espero de ti, nada, de tu rostro,
de tus manos, amante de la tiranía en la guerra,
mundo que gira sobre vertientes de nadas
Tu grito de mujer, tu duda, tu soga al cuello,
creador para la fama de un poema,
de una galería de huesos enamorados
Pero penétrame en mi falo, sombrío en el campo,
distante de las barcas a la muerte de los ayeres,
te rezo, te rezo
para que ya no existas.
Pero no dejare piedades de rosas en la mundana mano
con semen, que ruge, y que quiebra las mareas
Somos, otros, otros
Y esas bibliotecas donde pones tus libros
la decadencia y la cadencia que eres.
No vuelvas a mí, no por favor
la primavera está en flor y hoy corto
tu adiós para siempre… para que digas
te amo.