Editorial Alaire

...

Te he encontrado, yo que te conozco bien,
distinta a como te recordaba.
Más ambigua, más callada entre el rumor
denso que las voces incompletas declaran.

Tú, que nunca fuiste extrovertida, señalas
puertas y ventanas tras los gritos afónicos
de las enseñas indecisas. Vestida en el gris
dormitas sueños de apática incertidumbre.

Despeinada. Indolente en los abrazos, tibia
la mirada ya sin el brillo del este, atardeces
tu figura al paso transeúnte que te observa.
Hablas todas las lenguas empeñada en una
mientras se te escapan al sueño los verbos.

Los pies al mar. Sobre las colinas tu cabeza
con rizados cabellos húmedos, sal y viento,
enredados en las dudas de banderas viejas,
nostalgia por los futuros que no acontecen.

Te pasea gente con carritos mientras el tren
va y viene sin que nadie se quede para regar
los geranios de ventanas nuevas, mudas alas
en que otros vuelan mientras te dicen adiós.

...

DE momento agarro el cero y me lo llevo a la cama. Mañana vuelvo.
Ya sabes...un abrazo o más.
Pepa

Ignacio Mincholed escribió:...

Te he encontrado, yo que te conozco bien,
distinta a como te recordaba.
Más ambigua, más callada entre el rumor
denso que las voces incompletas declaran.

Tú, que nunca fuiste extrovertida, señalas
puertas y ventanas tras los gritos afónicos
de las enseñas indecisas. Vestida en el gris
dormitas sueños de apática incertidumbre.

Despeinada. Indolente en los abrazos, tibia
la mirada ya sin el brillo del este, atardeces
tu figura al paso transeúnte que te observa.
Hablas todas las lenguas empeñada en una
mientras se te escapan al sueño los verbos.

Los pies al mar. Sobre las colinas tu cabeza
con rizados cabellos húmedos, sal y viento,
enredados en las dudas de banderas viejas,
nostalgia por los futuros que no acontecen.

Te pasea gente con carritos mientras el tren
va y viene sin que nadie se quede para regar
los geranios de ventanas nuevas, mudas alas
en que otros vuelan mientras te dicen adiós.

...

Hola Ignacio, leo y releo este poema cuajadito de intensidad y metáforas que me hablan de desmemoria.
En todos tus versos encuentro algo que me lleva a la añoranza, al recuerdo de cuando Ella, mi Madre, era un cascabel. Después llegó el Gran Señor Alzheimer y se la llevó.
Maravillosamente escrito, Ignacio.
Felicidades y gracias por compartirlo.
Abrazos.

Josefa A. Sánchez escribió:DE momento agarro el cero y me lo llevo a la cama. Mañana vuelvo.
Ya sabes...un abrazo o más.
Pepa

¡Pero bueno, qué sorpresa!
Vuelve, que se necesitan letras, je.

Gracias Josefa, un abrazo.
Ignacio

Marisa Peral escribió:

Ignacio Mincholed escribió:...

Te he encontrado, yo que te conozco bien,
distinta a como te recordaba.
Más ambigua, más callada entre el rumor
denso que las voces incompletas declaran.

Tú, que nunca fuiste extrovertida, señalas
puertas y ventanas tras los gritos afónicos
de las enseñas indecisas. Vestida en el gris
dormitas sueños de apática incertidumbre.

Despeinada. Indolente en los abrazos, tibia
la mirada ya sin el brillo del este, atardeces
tu figura al paso transeúnte que te observa.
Hablas todas las lenguas empeñada en una
mientras se te escapan al sueño los verbos.

Los pies al mar. Sobre las colinas tu cabeza
con rizados cabellos húmedos, sal y viento,
enredados en las dudas de banderas viejas,
nostalgia por los futuros que no acontecen.

Te pasea gente con carritos mientras el tren
va y viene sin que nadie se quede para regar
los geranios de ventanas nuevas, mudas alas
en que otros vuelan mientras te dicen adiós.

...

Hola Ignacio, leo y releo este poema cuajadito de intensidad y metáforas que me hablan de desmemoria.
En todos tus versos encuentro algo que me lleva a la añoranza, al recuerdo de cuando Ella, mi Madre, era un cascabel. Después llegó el Gran Señor Alzheimer y se la llevó.
Maravillosamente escrito, Ignacio.
Felicidades y gracias por compartirlo.
Abrazos.

Marisa, gracias por la nota y tus palabras. Entiendo tu añoranza.

Un abrazo.
Ignacio

Continúo masticando estos versos en B, como si de una cuenta pendiente se tratara.
Un abrazo.
Pepa

Qué bien escribes, Ignacio, es un placer recorrer tus versos hondos, que no crípticos.
Besos
Pilar

Ignacio Mincholed escribió:...

Te he encontrado, yo que te conozco bien,
distinta a como te recordaba.
Más ambigua, más callada entre el rumor
denso que las voces incompletas declaran.

Tú, que nunca fuiste extrovertida, señalas
puertas y ventanas tras los gritos afónicos
de las enseñas indecisas. Vestida en el gris
dormitas sueños de apática incertidumbre.

Despeinada. Indolente en los abrazos, tibia
la mirada ya sin el brillo del este, atardeces
tu figura al paso transeúnte que te observa.
Hablas todas las lenguas empeñada en una
mientras se te escapan al sueño los verbos.

Los pies al mar. Sobre las colinas tu cabeza
con rizados cabellos húmedos, sal y viento,
enredados en las dudas de banderas viejas,
nostalgia por los futuros que no acontecen.

Te pasea gente con carritos mientras el tren
va y viene sin que nadie se quede para regar
los geranios de ventanas nuevas, mudas alas
en que otros vuelan mientras te dicen adiós.

...

Quizá el poema represente el complejo psikis humano. Es el único escenario donde el espacio y el tiempo son conductos maleables, posibles de desasemblar, Los personajes vienen en olas de una epoca en nuestra vida o e la vida de otro...Muy interesante y bello porque a veces parece ser una parte de la personalidad, otras, alguien entrañable...otras, parece ser un lugar igual de entrañable. Me han fascinado sus incognitas, Mincholed. E.R.A.

Josefa A. Sánchez escribió:Continúo masticando estos versos en B, como si de una cuenta pendiente se tratara.
Un abrazo.
Pepa

Je, no, Josefa, sólo son sensaciones de una realidad recreada. Ambientes.

Gracias otra vez, y otro abrazo.
Ignacio

Profundamente sensible y conmovedor querido amigo...
Un gusto leerte...te abrazo con todo mi cariño...
Nancy

Ignacio, la buena y limpia inspiración y el arte póético inundan tu poema.

un abrazo

Pilar Morte escribió:Qué bien escribes, Ignacio, es un placer recorrer tus versos hondos, que no crípticos.
Besos
Pilar

Gracias Pilar, te agradezco tus palabras tan amables y las aprecio.

Un abrazo.
Ignacio

E. R. Aristy escribió:

Ignacio Mincholed escribió:...

Te he encontrado, yo que te conozco bien,
distinta a como te recordaba.
Más ambigua, más callada entre el rumor
denso que las voces incompletas declaran.

Tú, que nunca fuiste extrovertida, señalas
puertas y ventanas tras los gritos afónicos
de las enseñas indecisas. Vestida en el gris
dormitas sueños de apática incertidumbre.

Despeinada. Indolente en los abrazos, tibia
la mirada ya sin el brillo del este, atardeces
tu figura al paso transeúnte que te observa.
Hablas todas las lenguas empeñada en una
mientras se te escapan al sueño los verbos.

Los pies al mar. Sobre las colinas tu cabeza
con rizados cabellos húmedos, sal y viento,
enredados en las dudas de banderas viejas,
nostalgia por los futuros que no acontecen.

Te pasea gente con carritos mientras el tren
va y viene sin que nadie se quede para regar
los geranios de ventanas nuevas, mudas alas
en que otros vuelan mientras te dicen adiós.

...

Quizá el poema represente el complejo psikis humano. Es el único escenario donde el espacio y el tiempo son conductos maleables, posibles de desasemblar, Los personajes vienen en olas de una epoca en nuestra vida o e la vida de otro...Muy interesante y bello porque a veces parece ser una parte de la personalidad, otras, alguien entrañable...otras, parece ser un lugar igual de entrañable. Me han fascinado sus incognitas, Mincholed. E.R.A.

Pues, ahí andan esas vertientes que señalas moldeando unas a otras.
Muchas gracias por la lectura, tu agudeza y consideración.

Un abrazo, Era.
Ignacio

Como siempre, poesía arriesgada que se interna desbrozando selva.

Me encantaron y mucho estas dos estrofas finales:

Los pies al mar. Sobre las colinas tu cabeza
con rizados cabellos húmedos, sal y viento,
enredados en las dudas de banderas viejas,
nostalgia por los futuros que no acontecen.

Te pasea gente con carritos mientras el tren
va y viene sin que nadie se quede para regar
los geranios de ventanas nuevas, mudas alas
en que otros vuelan mientras te dicen adiós

Todo un placer de lectura, amigo Ignacio.