Editorial Alaire

Quiero amarte con el peso de los años.
Con la pausa del invierno
y el paso atolondrado del sol
en el verano.
En la clara primavera que al final se pisa,
sin piedad,
estampando pétalos-vida
en resignadas veredas.

Quiero amarte con la esfera del silencio
que cada tanto ríe
y muta con sus formas.

Puedo amarte con angustias agendadas
a favor del viento,
pero elijo el desorden de la aurora
y volver a nombrarte
con lo incauto del canto en algún nido
que se quedó despierto.

Habrás de saberme en agonía
solo por el trance de mis párpados,
a veces empeñados
-o empañados-
subidos a arideces en el llanto.

Se tornarán helados los otoños
cuando olvides la hojarasca,
esa parte de mi piel
hecha pedazos,
expuesta sin querer
-y sin buscarlo-
al qué dirán de los que aún contemplan
el torpe vuelo de mi vida...

Quiero ser tu motivo en la nostalgia
y renovarme en tu sonrisa.
Adivinar tu gesto de estrella nublada
por recorrer tu esencia,
y desgajarla,
para contártela tranquila,
prendida a tu mirada.

Quiero tener la certeza de tus manos
y el gigante regalo de tu vida
rosa o lirio,
tácito o espina,
luz o sueño,
cielo y sombra...

Quiero ser
-y que seas- la presencia
de mi eterno enigma.

En resumen, de ser posible,
-y sin remordimientos-
declararte
"el amor"
en esta, mi humilde poesía.

Apasionado trabajo, amiga María Inés.
Abrazos.

Bella y desbordante la pasión de tus sensibles versos querida amiga...
Un gusto leerte...te abrazo con todo mi cariño...
Nancy

Sube para deleite de todos.

Con la pasión dispuesta faci lte srá conseguir lo que tan bien quieres y que el poema cuenta.

Un abrazo

María Inés Iacometti escribió:Quiero amarte con el peso de los años.
Con la pausa del invierno
y el paso atolondrado del sol
en el verano.
En la clara primavera que al final se pisa,
sin piedad,
estampando pétalos-vida
en resignadas veredas.

Quiero amarte con la esfera del silencio
que cada tanto ríe
y muta con sus formas.

Puedo amarte con angustias agendadas
a favor del viento,
pero elijo el desorden de la aurora
y volver a nombrarte
con lo incauto del canto en algún nido
que se quedó despierto.

Habrás de saberme en agonía
solo por el trance de mis párpados,
a veces empeñados
-o empañados-
subidos a arideces en el llanto.

Se tornarán helados los otoños
cuando olvides la hojarasca,
esa parte de mi piel
hecha pedazos,
expuesta sin querer
-y sin buscarlo-
al qué dirán de los que aún contemplan
el torpe vuelo de mi vida...

Quiero ser tu motivo en la nostalgia
y renovarme en tu sonrisa.
Adivinar tu gesto de estrella nublada
por recorrer tu esencia,
y desgajarla,
para contártela tranquila,
prendida a tu mirada.

Quiero tener la certeza de tus manos
y el gigante regalo de tu vida
rosa o lirio,
tácito o espina,
luz o sueño,
cielo y sombra...

Quiero ser
-y que seas- la presencia
de mi eterno enigma.

En resumen, de ser posible,
-y sin remordimientos-
declararte
"el amor"
en esta, mi humilde poesía.

Hermoso poema donde haces despliegue del buen hacer e impresionante sensibilidad, Maria Ines. Abrazos, ERA

Un poema apasionado, Inés, lleno de recursos poéticos bien labrados.

Me ha encantado recorrer tus versos y sentir contigo ese amor vivrante por el otro.

Un fuerte abrazo
Enhorabuena
Feliz Año
Ana

Rafel Calle escribió:Apasionado trabajo, amiga María Inés.
Abrazos.

Muchas gracias Rafel. Buen nuevo año.

Lunamar Solano escribió:Bella y desbordante la pasión de tus sensibles versos querida amiga...
Un gusto leerte...te abrazo con todo mi cariño...
Nancy

Nancy! Tus comentarios evidencian siempre tu sensibilidad y generosidad. Un gran abrazo y gracias!

Hallie Hernández Alfaro escribió:Sube para deleite de todos.

¡Gracias Hallie!
Que tengas un excelente año.

Guillermo Cumar escribió:Con la pasión dispuesta faci lte srá conseguir lo que tan bien quieres y que el poema cuenta.

Un abrazo

Que así sea Guillermo. Muchas gracias. Feliz 2019.

E. R. Aristy escribió:

María Inés Iacometti escribió:Quiero amarte con el peso de los años.
Con la pausa del invierno
y el paso atolondrado del sol
en el verano.
En la clara primavera que al final se pisa,
sin piedad,
estampando pétalos-vida
en resignadas veredas.

Quiero amarte con la esfera del silencio
que cada tanto ríe
y muta con sus formas.

Puedo amarte con angustias agendadas
a favor del viento,
pero elijo el desorden de la aurora
y volver a nombrarte
con lo incauto del canto en algún nido
que se quedó despierto.

Habrás de saberme en agonía
solo por el trance de mis párpados,
a veces empeñados
-o empañados-
subidos a arideces en el llanto.

Se tornarán helados los otoños
cuando olvides la hojarasca,
esa parte de mi piel
hecha pedazos,
expuesta sin querer
-y sin buscarlo-
al qué dirán de los que aún contemplan
el torpe vuelo de mi vida...

Quiero ser tu motivo en la nostalgia
y renovarme en tu sonrisa.
Adivinar tu gesto de estrella nublada
por recorrer tu esencia,
y desgajarla,
para contártela tranquila,
prendida a tu mirada.

Quiero tener la certeza de tus manos
y el gigante regalo de tu vida
rosa o lirio,
tácito o espina,
luz o sueño,
cielo y sombra...

Quiero ser
-y que seas- la presencia
de mi eterno enigma.

En resumen, de ser posible,
-y sin remordimientos-
declararte
"el amor"
en esta, mi humilde poesía.

Hermoso poema donde haces despliegue del buen hacer e impresionante sensibilidad, Maria Ines. Abrazos, ERA

Muchas gracias ERA. Me complace que mis poemas te inviten a dedicar unas palabras. Un gran abrazo.

Ana Muela Sopeña escribió:Un poema apasionado, Inés, lleno de recursos poéticos bien labrados.

Me ha encantado recorrer tus versos y sentir contigo ese amor vivrante por el otro.

Un fuerte abrazo
Enhorabuena
Feliz Año
Ana

Muchas gracias Ana!!! Me encanta compartir pasiones con ustedes. Un gran abrazo.