Linternas en la nieve
Publicado: Jue, 18 Oct 2018 8:51
La muerte, ¿qué es la muerte?
Yo se lo diré:
El Cielo, El Purgatorio, El Infierno, La Reencarnación, la nada.
¿Cómo no creer en una concepto que esconde tantos otros, por encima incluso de los sentidos?
Si quisiese, podría
tener lo que quisiese
-¡lo que hace el no saber lo que se quiere!-.
Si quisiese, podría conformarme
con escribir las claves, las respuestas
-ni siquiera con ellas me conformo-.
Puede haber solución de todo tipo,
para ello se hicieron las interpretaciones
-¿Qué les puede ofrecer un perturbado?-.
Solo sigo el camino de mis letras,
ésas, cuáles, hablar de todo un poco,
no evitar los tab´ús porque no existen,
un texto puede renegar de los demás,
y así hasta el fin de la escritura.
Es la trampa.
No encontrar la verdad, porque no existe,
¿cómo iba a existir?
No, no, no, no es eso lo que busco
-muchas veces las cosas se complican-.
Hablo de conceptos que me ataban.
No creo en nada.
-¿Quién dice que eso no sea un engañabobos?-
Los conceptos existen en la mente,
si no fuese por ellos...
¿En qué se creería? ¿En qué se dejaría de creer?
¿La muerte?
Es la tentación, también la sensación
de que algo se me escapa.
Lo sé, porque si pienso en ella me traiciono.
Y de alguna manera, creo que hay otra forma
para autoconvencerme de estar vivo.
Me he deshecho de ideas, conceptos fulminantes.
Y ahora mismo, no pienso, solo escribo.
Quizá yo sea el último tonto sobre la Tierra
que no cree ni deja de creer, que no quiere ni deja de querer.
Yo se lo diré:
El Cielo, El Purgatorio, El Infierno, La Reencarnación, la nada.
¿Cómo no creer en una concepto que esconde tantos otros, por encima incluso de los sentidos?
Si quisiese, podría
tener lo que quisiese
-¡lo que hace el no saber lo que se quiere!-.
Si quisiese, podría conformarme
con escribir las claves, las respuestas
-ni siquiera con ellas me conformo-.
Puede haber solución de todo tipo,
para ello se hicieron las interpretaciones
-¿Qué les puede ofrecer un perturbado?-.
Solo sigo el camino de mis letras,
ésas, cuáles, hablar de todo un poco,
no evitar los tab´ús porque no existen,
un texto puede renegar de los demás,
y así hasta el fin de la escritura.
Es la trampa.
No encontrar la verdad, porque no existe,
¿cómo iba a existir?
No, no, no, no es eso lo que busco
-muchas veces las cosas se complican-.
Hablo de conceptos que me ataban.
No creo en nada.
-¿Quién dice que eso no sea un engañabobos?-
Los conceptos existen en la mente,
si no fuese por ellos...
¿En qué se creería? ¿En qué se dejaría de creer?
¿La muerte?
Es la tentación, también la sensación
de que algo se me escapa.
Lo sé, porque si pienso en ella me traiciono.
Y de alguna manera, creo que hay otra forma
para autoconvencerme de estar vivo.
Me he deshecho de ideas, conceptos fulminantes.
Y ahora mismo, no pienso, solo escribo.
Quizá yo sea el último tonto sobre la Tierra
que no cree ni deja de creer, que no quiere ni deja de querer.