Dos latidos anudados
Publicado: Mié, 17 Oct 2018 12:42
Tal vez de a ratos me olvides
pues mi imagen inconstante
suele cambiarse de espacios.
Habita un poco en tu piel,
se te cuela en los zapatos
y se camina con vos
-sin que lo sepas- el barrio,
la ciudad, los laberintos
de conscientes e inconscientes
pensamientos enredados.
Tal vez de a ratos me olvides
porque no te tengo enfrente
pero me meto en tu sombra,
me relajo en tus vaivenes,
salgo a tu encuentro en el aire
y en el papel que te lee.
No me verás con tus ojos
-caramelos de café-
y creerás que estoy ausente,
transitando otros afanes,
recorriendo otros placeres.
Y culparás al olvido
sea tuyo o sea mío
por no dejarme presente
en tus esencias morenas,
en las criptas de tu aroma,
al alcance, en tus aceras.
Tal vez, de a ratos me olvides,
pero es mi mejor refugio
estarte tan en el alma
que mi imagen sea detalle
y mi piel, solo un murmullo
combatiéndote las sombras
de infelices madrugadas.
Incluso tal vez de a ratos,
tu corazón desconcierte
el concierto que formamos
porque no escuche el latido
que tranquiliza tus manos.
Y creerá que me ha perdido
en un rincón del pasado...
No sabe que mi latido
suena a tuyo, acompasado
sin diferencia de esperas,
sin distancias, aferrado
tuyo al mío, mío al tuyo,
dos latidos anudados
que ya no pueden ser uno
después de haberse encontrado.
pues mi imagen inconstante
suele cambiarse de espacios.
Habita un poco en tu piel,
se te cuela en los zapatos
y se camina con vos
-sin que lo sepas- el barrio,
la ciudad, los laberintos
de conscientes e inconscientes
pensamientos enredados.
Tal vez de a ratos me olvides
porque no te tengo enfrente
pero me meto en tu sombra,
me relajo en tus vaivenes,
salgo a tu encuentro en el aire
y en el papel que te lee.
No me verás con tus ojos
-caramelos de café-
y creerás que estoy ausente,
transitando otros afanes,
recorriendo otros placeres.
Y culparás al olvido
sea tuyo o sea mío
por no dejarme presente
en tus esencias morenas,
en las criptas de tu aroma,
al alcance, en tus aceras.
Tal vez, de a ratos me olvides,
pero es mi mejor refugio
estarte tan en el alma
que mi imagen sea detalle
y mi piel, solo un murmullo
combatiéndote las sombras
de infelices madrugadas.
Incluso tal vez de a ratos,
tu corazón desconcierte
el concierto que formamos
porque no escuche el latido
que tranquiliza tus manos.
Y creerá que me ha perdido
en un rincón del pasado...
No sabe que mi latido
suena a tuyo, acompasado
sin diferencia de esperas,
sin distancias, aferrado
tuyo al mío, mío al tuyo,
dos latidos anudados
que ya no pueden ser uno
después de haberse encontrado.