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Amanecer

Publicado: Jue, 07 Ago 2008 12:55
por Benjamín León

Abren los frutos sus lugares tiernos, sus vientres deslavados por la noche, sus párpados dormidos. La luz quiebra el sonido de las plantas y vence la agonía. Insectos y lugares del repudio traman su abecedario libre bajo los cuerpos, ante el tacto, ante el cincel que forma en la matriz el ruido innumerable del amor que se desborda y se deshace. Retumba así la edad, el laberinto que se pierde o que se inicia sobre las fuentes claras. Adviertes entonces mi silencio y la quietud, el llanto adormecido de los huesos poblándose en tu nombre. La tierra inscribe el pulso de mi alma, y tú eres en mí los átomos, la infinitud y la carencia, el hambre y su sonido.

Publicado: Vie, 08 Ago 2008 7:35
por Sara Castelar Lorca
Un amanecer que además de hermoso es hondo, como todo lo que conlleva ese comenzar en la luz de los cuerpos, en el despertar en todos los sentidos...me gusta mucho, B., sí, realmente me gusta muchísimo... :wink: . Además de toda su cargo de significado no puedo dejar de destacar el potencial lírico que despliegas, preciso y preciso, como tú.

Un besito, amor

Sara

Re: Amanecer

Publicado: Vie, 08 Ago 2008 21:35
por Blanca Sandino
Preciosa, Benjamín. Y digo preciosa porque tú consideras que es prosa poética, pero:


"Abren los frutos sus lugares tiernos,
sus vientres deslavados por la noche,
sus párpados dormidos.

La luz quiebra el sonido de las plantas y vence la agonía.
Insectos y lugares del repudio traman su abecedario
libre bajo los cuerpos,
ante el tacto,
ante el cincel que forma en la matriz el ruido innumerable del amor
que se desborda y se deshace.

Retumba así la edad,
el laberinto que se pierde o que se inicia sobre las fuentes claras.
Adviertes entonces mi silencio
y la quietud,
el llanto adormecido de los huesos poblándose en tu nombre.

La tierra inscribe el pulso de mi alma,
y tú eres en mí los átomos,
la infinitud y la carencia,
el hambre y su sonido."

Ay, ya me voy : )))

Blanca


Benjamín León escribió: Abren los frutos sus lugares tiernos, sus vientres deslavados por la noche,
(...)
el hambre y su sonido.